31 de mayo de 2022 – T. PASCUAL - MARTES DE LA VII SEMANA
31 de mayo – La visitación de Santa María Virgen (F)
Feliz de ti,
Virgen María, por haber creído
Lectura
de la profecía de
Sofonías 3, 14-18
¡Grita
de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo
corazón, hija de Jerusalén! El Señor ha retirado las sentencias que pesaban
sobre ti y ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en
medio de ti: ya no temerás ningún mal.
Aquel
día, se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos!
¡El
Señor, tu Dios, está en medio de ti, es un guerrero victorioso! El exulta de
alegría a causa de ti, te renueva con su amor y lanza por ti gritos de alegría,
como en los días de fiesta.
Yo
aparté de ti la desgracia, para que no cargues más con el oprobio.
Palabra
de Dios.
O bien:
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo
a
los cristianos de Roma 12, 9-16b
Hermanos:
Amen
con sinceridad. Tengan horror al mal y pasión por el bien. Ámense cordialmente
con amor fraterno, estimando a los otros como más dignos. Con solicitud
incansable y fervor de espíritu, sirvan al Señor. Alégrense en la esperanza,
sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración. Consideren como
propias las necesidades de los santos y practiquen generosamente la
hospitalidad.
Bendigan
a los que los persiguen, bendigan y no maldigan nunca. Alégrense con los que
están alegres, y lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros, no
quieran sobresalir, pónganse a la altura de los más humildes.
Palabra
de Dios.
SALMO
Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6 (R.: 6b)
R.
¡Es grande en medio de ti el Santo de Israel!
Este
es el Dios de mi salvación:
yo
tengo confianza y no temo,
porque
el Señor es mi fuerza y mi protección;
él
fue mi salvación.
Ustedes
sacarán agua con alegría
de
las fuentes de la salvación. R.
Den
gracias al Señor, invoquen su Nombre,
anuncien
entre los pueblos sus proezas,
proclamen
qué sublime es su Nombre. R.
Canten
al Señor porque ha hecho algo grandioso:
¡que
sea conocido en toda la tierra!
¡Aclama
y grita de alegría, habitante de Sión,
porque
es grande en medio de ti
el
Santo de Israel! R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56
María
partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de
Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó
de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
«¡Tú
eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu
saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que
se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor.»
María
dijo entonces:
«Mi
alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios,
mi Salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante
todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí
grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación
en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y
elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos
con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su
misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y
de su descendencia para siempre.»
María
permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
No
sabemos si Sofonías, cuando habla de la Hija de Sión, piensa en el pueblo
elegido o en una persona individual que lo simboliza; posiblemente se le superponen
ambas imágenes. Lo importante para él es la expresión que muestra que Yahvé
está en medio de su pueblo. Y, cuando Yahvé se acerca a los suyos, aparta el
temor y aparece la fiesta, la alegría y el gozo.
Lucas
contempla a María desde los antiguos símbolos judíos: la Hija de Sión, el arca
de la Alianza, el santuario cerrado; todo lo que puede significar la presencia
cercana del Dios entrañable. María, como el Arca de la Alianza, sube a la
montaña de Judá llevando consigo al Dios del gozo.
Lucas
subraya su prontitud para el servicio. La indicación de que Isabel, su prima,
de edad ya avanzada, va a necesitar ayuda basta para provocar el movimiento de
la Virgen María.
No
se regodea en su privilegio y alegría. María sale de su mundo, de sí misma y
tomando el camino que atravesaba los montes de Samaría acude con rapidez a Ain
Karem donde residían Isabel y Zacarías para ayudar a su parienta.
Así
como el ángel «entró» en su casa y la «saludó» con el “Ave María”, María «entró
en casa de Zacarías y saludó a Isabel». Se confunden en un abrazo la que va a
ser Madre de Dios con la que será madre del Precursor.
Dos
mujeres habitadas por el Espíritu Santo comparten la obra de Dios en un impulso
de ternura. El encuentro de las dos madres sirve de telón de fondo para el encuentro
de los dos niños que lleva cada una en su seno. El hijo de María, verdadero
“Hijo del Altísimo” concebido gracias a la potencia del Espíritu, es la fuente
del gozo que experimenta Isabel al oír el saludo de María y la causa por la
cual el otro niño, Juan, salta de alegría en el vientre de su madre.
Isabel
proclama a María, Bienaventurada porque ha creído. Ella es la primera de los
pobres de Yahvé que, en medio de su misma pobreza ha recibido la gracia de Dios
y ha respondido con fe y con el corazón abierto a los planes de Dios. María es
de Dios. Por eso es grande y dichosa: ha recibido el don de Dios, ha creído, y
puede presentarse como portadora de Dios entre los seres humanos.
María
es mujer de nuestra historia, abierta a Dios y a los seres humanos. Ha vivido
siempre en actitud de gratuidad y de donación. Se reconoce amada de Dios que es
su Señor, y canta agradecida. Mujer solidaria que cree en el Dios solidario.
El
Dios de María, el Dios Santo y Todopoderoso es solidario y está a favor
de los humildes, de los humillados, de los pobres. María se reconoce
inmersa en la historia de pobreza y sufrimiento de los seres humanos,
descubriendo, al mismo tiempo, la fuerza creadora de Dios que transforma, por
medio de Jesús, las viejas condiciones de la historia. María alaba al Señor por
esa misteriosa forma en que actúa y proclama no sólo lo que Dios ha hecho en su
vida, sino que alza su voz para cantar la acción de Dios en la humanidad.
María
cree y canta a un Dios solidario y, por eso, liberador del mal que pesa
sobre la vida del hombre bajo diversas formas. La solidaridad lleva a Dios
a hacerse hombre en Jesús de Nazaret. Esa solidaridad liberadora del Dios de la
vida, lleva a Jesús a la pasión y a la cruz. María, Mujer solidaria estará
al lado de su hijo que muere en la cruz.
Hoy
es preciso mirar a María, verla en el Evangelio como ella se presenta y no como
nosotros nos la imaginamos. Es necesario mirar a María para contemplar el papel
esencial que ella tiene en el misterio de Cristo y en el misterio de la
Iglesia. En ella, como imagen de la Iglesia, se nos muestra el cuño con el que
cada cristiano y la Iglesia entera debe ser modelada.
…
“La Iglesia contempla a María «como purísima imagen de lo que ella misma,
toda entera, ansía y espera ser” … (SC 103; MC 22). En la escuela de la Madre
de Dios, la Iglesia aprende el estilo de vida de la gratuidad, del amor que se
adelanta a las necesidades del otro y le trasmite no sólo la vida, sino el gozo
y el sentido de la vida: … «La Virgen fue en su vida ejemplo de aquel amor
maternal con que es necesario que estén animados todos aquellos que, en la
misión apostólica de la Iglesia, cooperan a la regeneración de los hombres»…
(LG 65).
En
el acontecimiento de la Visitación, María ayuda a la Iglesia a tomar conciencia
de su vocación misionera. … “En efecto, con su visita a Isabel, María realiza
el preludio de la misión de Jesús y, colaborando ya desde el comienzo de su
maternidad en la obra redentora del Hijo, se transforma en el modelo de quienes
en la Iglesia se ponen en camino para llevar la luz y la alegría de Cristo a
los hombres de todos los lugares y de todos los tiempos…” San Juan Pablo II
PARA DISCERNIR
¿Qué
me dice la imagen de María en la Visitación?
¿Reconozco
en la servicialidad un gesto evangelizador?
¿Sé
proclamar lo que Dios obra en mi vida y en la historia?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Mi
alma canta la grandeza del Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…
“La conciencia cristiana «percibe a María como la figura de la Iglesia…, su
sacramento…, el espejo en el que se refleja toda la Iglesia. Ella la lleva ya y
la contiene toda entera en su persona. María es el inicio, el germen y la forma
perfecta de la Iglesia; en ella se encuentra todo lo que el Espíritu derramará
sobre la Iglesia. En María se celebra la promesa y la anticipación del triunfo
de la Iglesia. De este modo, María «no eclipsa la gloria de todos los santos
como el sol, al levantarse la aurora, hace desaparecer las estrellas«, como se
lamentaba santa Teresa de Lisieux de las presentaciones de la Virgen. Al
contrario, la Virgen María «supera y adorna» a todos los miembros de la
Iglesia” …
San
Buenaventura. H. de Lubac, Meditación sobre la Iglesia.
PARA REZAR
Virgen
María, que movida por la caridad,
no
dudaste en abandonar tu tierra
y
ponerte en marcha hacia la casa de tu prima Isabel,
dame
un corazón desprendido
para
que no tema abandonar mis propias seguridades
y
lanzarme al encuentro de aquellos que me necesitan.
Tú,
que a pesar de estar embarazada,
te
pusiste al servicio de tu anciana pariente
que
necesitaba de tu ayuda,
enséñame
a hacer de mi vida un servicio constante a los demás.
Que
sepa llevar a los demás a Jesucristo,
así
como tú lo llevaste en tu vientre,
y
lo hiciste presente en la casa de Isabel.
Yo
también quiero, Madre, ser misionero como tú,
y
hacer presente a Jesucristo en todo lugar donde vaya,
donde
la voluntad del Padre del Cielo quiera llevarme.
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