23 de febrero de 2022 – TO - MIÉRCOLES DE LA VII SEMANA
El que no está
contra nosotros está con nosotros
Lectura
de la carta del apóstol Santiago 4, 13-16
Y
ustedes, los que ahora dicen: «Hoy o mañana iremos a tal ciudad y nos
quedaremos allí todo el año, haremos negocio y ganaremos dinero», ¿saben acaso
qué les pasará mañana? Porque su vida es como el humo, que aparece un momento y
luego se disipa.
Digan
más bien: «Si Dios quiere, viviremos y haremos esto o aquello.»
Ustedes,
en cambio, se glorían presuntuosamente, y esa jactancia es mala. El que sabe
hacer el bien y no lo hace, comete pecado.
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 48, 2-3. 6-7. 8-10. 11 (R.: Mt 5, 3)
R.
¡Felices los que tienen alma de pobres,
porque a ellos les pertenece el
Reino de los Cielos!
Oigan
esto, todos los pueblos;
escuchen,
todos los habitantes del mundo:
tanto
los humildes como los poderosos,
el
rico lo mismo que el pobre. R.
¿Por
qué voy a temer en los momentos de peligro,
cuando
me rodea la maldad de mis opresores,
de
esos que confían en sus riquezas
y
se jactan de su gran fortuna? R.
No,
nadie puede rescatarse a sí mismo
ni
pagar a Dios el precio de su liberación,
para
poder seguir viviendo eternamente
sin
llegar a ver el sepulcro:
el
precio de su rescate es demasiado caro,
y
todos desaparecerán para siempre. R.
Cualquiera
ve que mueren los sabios;
necios
e ignorantes perecen por igual,
y
dejan a otros sus riquezas. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 9, 38-40
Juan
le dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu
Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros.»
Pero
Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi
Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con
nosotros.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Santiago,
predicador concreto, se dirige sucesivamente a algunas grandes categorías
sociales de su tiempo. En el pasaje de hoy Santiago hablará más particularmente
a los «comerciantes», algunos judíos que desde la época del exilio en Babilonia
se habían especializado en el gran comercio internacional.
Si
bien lo que dice no es una novedad estamos siempre tentados a ignorarlo.
Sabemos que nuestra vida es fugaz; como la niebla que se ve un rato y luego se
desvanece. A pesar de esto tendemos a actuar como si el futuro estuviera en
nuestras manos, dependiera de nosotros. La invectiva contra los ricos es muy
dura.
Es
lastimoso dejarse deslumbrar por el brillo de las riquezas y de los vestidos,
del oro y la plata. Todo llegará. El Señor ahora no está, pero volverá. La
riqueza se pudre, los vestidos se apolillan, el oro y la plata se los come el
orín.
Lo
único cierto es que estamos en manos de Dios. No vale la pena absolutizar nada:
ni los negocios, ni los proyectos, ni nuestro futuro. La Palabra nos enseña a
mantener una sana indiferencia, para que no nos aferremos demasiado de las
cosas pasajeras.
Lo
que el autor de la carta dice al engreído de sí mismo puede valer para
todos. En efecto, a menudo nos creemos capaces de disponer de nuestra vida a
nuestro gusto, sin contar con Dios, y Santiago nos recuerda que la vida es
corta.
***
En
el episodio de hoy, uno de los discípulos, Juan, corre donde Jesús para pedir
autorización y detener a uno que expulsaba demonios en nombre de Jesús sin ser
del grupo.
Los
apóstoles se dejaban llevar muchas veces por la impaciencia y los celos.
Querían arrancar la cizaña del campo, deseaban que lloviera fuego del cielo
porque en un pueblo no los habían querido recibir. Jesús tenía siempre mucha
más paciencia y un corazón mucho más generoso. Es muchas veces la tentación de
los que se piensan buenos o “parte de”; pretender acaparar o monopolizar los
dones de Dios y sentir celos de que otros hagan cosas buenas. Querer tener todo
controlado.
La
respuesta de Jesús está en consonancia con toda la novedad del Evangelio. Abre
la posibilidad para que todo el que quiera obrar el bien en su nombre lo haga.
No obliga a todos a meterse bajo el mismo paraguas. La preocupación de Jesús es
verdaderamente universal porque le preocupa el bien de la humanidad y no los intereses
de su pequeño grupo. Hacer el bien a los demás es más importante que los
protagonismos.
Frente
a los criterios pequeños de los discípulos, el Señor abre la posibilidad a un
horizonte más amplio. el que no está contra nosotros, está con nosotros. Junto
al espíritu estrecho y sectario de Juan, el trueno, tenemos aquí la apertura
total de Jesús que invita a sus discípulos a confiar en el Espíritu Santo.
La
verdad y el bien no son patrimonio de algunos, sino de aquellos que se abren a
Dios y dejan que su gracia bondadosa los toque. Mientras que los
criterios humanos tienden a estandarizar a todo con sus medidas, Jesús.
abre de par en par, y para todos, el mensaje de salvación. En Jesús, sabiduría
y amor, entran los diferentes, los que no son aparentemente seguidores
directos, los que no tienen el carnet de inscripción en la institución divina,
pero que, sin embargo, demuestran que están en sintonía con la sabiduría de su
corazón que siempre suma, nunca resta. Dios actúa en todas partes y el Espíritu
no es propiedad de ningún grupo, ni de ninguna estructura. El Espíritu sopla
donde quiere.
En
la Iglesia, para la construcción del Reino, hay diferentes carismas y
diferentes maneras de proponer el mensaje evangélico. Desde la teología que
propone un evangelio más encarnado e inculturado desde los más pobres, hasta la
renovación en el Espíritu Santo que busca una renovación del individuo, lo que
se busca es la edificación del reino de Dios, así los distintos carismas
cooperan de diferente manera a la única misión de la Iglesia que es
evangelizar.
PARA DISCERNIR
¿Experimento
mi vida de fe como un derecho o privilegio frente a los demás?
¿Divido
fácilmente entre los míos y los de otro lado?
¿Integro
a los distintos?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Es
de los nuestros el que obra el bien
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Se
lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros»
…
“Imitemos la inmensidad del amor del mismo Jesús, modelo supremo de amor hacia
la Iglesia. Indudablemente que la Esposa de Cristo, la Iglesia, es única; y sin
embargo el amor del Esposo divino se extiende tan ampliamente que, sin excluir
a nadie, abarca en su Esposa a todo el género humano. Si nuestro Salvador ha
derramado su sangre, es con el fin de reconciliar con Dios, en la cruz, a todos
los hombres, incluso aunque estén separados por la nación o la sangre y
reunirlos en un solo Cuerpo. El verdadero amor de la Iglesia exige, pues, no
solamente que unos sean miembros de los otros en el mismo Cuerpo, llenos de
mutua solicitud (Rm 12,15), miembros que deben alegrarse cuando otro miembro es
honorado y sufrir con él cuando él sufre (1C 12,26); sino que exige también que
en los demás hombres todavía no unidos a nosotros en el Cuerpo de la Iglesia,
sepamos reconocer en ellos a hermanos de Cristo según la carne, llamados igual
que nosotros a la misma salvación eterna.
Sin
duda que no falta gente, sobre todo hoy, ¡desgraciadamente!, que orgullosamente
alaban la lucha, el odio y la envidia como medio para sublevar y exaltar la
dignidad y la fuerza del hombre. Pero nosotros, que discernimos con dolor los
lamentables frutos de esta doctrina, seguimos a nuestro Rey pacífico, que nos
ha enseñado no sólo amar a los que no pertenecen a la misma nación o tienen el
mismo origen (Lc 10,33s), sino incluso amar a nuestros enemigos (Lc 6,27s),
Celebremos con san Pablo, el apóstol de las naciones lo ancho, lo largo, lo
alto y lo profundo del amor de Cristo (Ef. 3,18); amor que la diversidad de
pueblos o de costumbres no puede romper, que la inmensidad que se extiende en
el océano no puede disminuir, que, en fin, las guerras, hechas por una causa
justa o injusta, no pueden disgregar”…
Pío XII, papa de
1939 a 1958 Encíclica Mystici Corporis Christi
PARA REZAR
Este
es tu reino entre nosotros, Señor,
vivir
en tu amor ser tus hijos
y
contemplar tu rostro,
tal
como lo manifestó tu hijo amado, Jesús.
Ahora
sabemos que la auténtica sabiduría
está
amasada de vida diaria, de trabajo,
de
alegrías y penas, de oración y evangelio;
de
un caminar constante hacia un mundo nuevo
que
renace a su liberación y a la paz definitiva.
Porque
esta sabiduría no nos aleja del mundo
sino
que nos hace vivir en plenitud
dando
sentido a nuestra vida
para
volcarnos a un gran proyecto:
una
nueva humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.