11 de mayo de 2021 – TO - VIERNES DE LA X SEMANA
EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (S)
Le traspasó el
costado y brotó sangre y agua
PRIMERA
LECTURA
Lectura
del libro de Oseas 11,1.3-4.8-9
Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
¡Y
yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no
reconocieron que yo los cuidaba.
Yo
los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que
alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de
comer.
¿Cómo
voy a abandonarte, Efraím? ¿Cómo voy a entregarte, Israel? ¿Cómo voy a tratarte
como a Admá o a dejarte igual que Seboím? Mi corazón se subleva contra mí y se
enciende toda mi ternura: no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré
otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de
ti, y no vendré con furor.
Palabra
de Dios.
SALMO
Isaías 12,2-6
R:
Sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
El
Señor es mi Dios y Salvador:
confiaré
y no temeré,
porque
mi fuerza y mi poder es el Señor,
él
fue mi salvación.
Y
sacaréis aguas con gozo
de
las fuentes de la salvación. R.
Dad
gracias al Señor,
invocad
su nombre,
contad
a los pueblos sus hazañas,
proclamad
que su nombre es excelso. R.
Tañed
para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas
a toda la tierra;
gritad
jubilosos, habitantes de Sión:
“Qué
grande es en medio de ti
el
santo de Israel.” R.
SEGUNDA
LECTURA
Lectura
de la carta de San Pablo a los Efesios
3,8-12.14-19.
Yo,
el menor de todos los santos, he recibido la gracia de anunciar a los paganos
la insondable riqueza de Cristo, y poner de manifiesto la dispensación del
misterio que estaba oculto desde siempre en Dios, el creador de todas las
cosas, para que los Principados y las Potestades celestiales conozcan la
infinita variedad de la sabiduría de Dios por medio de la Iglesia.
Este
es el designio que Dios concibió desde toda la eternidad en Cristo Jesús,
nuestro Señor, por quien nos atrevemos a acercarnos a Dios con toda confianza,
mediante la fe en él.
Por
eso doblo mis rodillas delante del Padre, de quien procede toda paternidad en
el cielo y en la tierra.
Que
él se digne fortificarlos por medio de su Espíritu, conforme a la riqueza de su
gloria, para que crezca en ustedes el hombre interior.
Que
Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el
amor. Así podrán comprender, con todos los santos, cuál es la anchura y la
longitud, la altura y la profundidad, en una palabra, ustedes podrán conocer el
amor de Cristo, que supera todo conocimiento, para ser colmados por la plenitud
de Dios.
Palabra
de Dios.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Juan 19,31-37
Era
el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera
quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que
no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne.
Los
soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados
con Jesús.
Cuando
llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino
que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó
sangre y agua.
El
que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la
verdad, para que también ustedes crean.
Esto
sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ninguno de
sus huesos.
Y
otro pasaje de la Escritura, dice: Verán al que ellos mismos traspasaron.
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Si
hablar del corazón es hablar de amor, con justicia podemos hablar del amor que
deriva del Corazón de Jesús, como un Amor con mayúscula, Amor por excelencia,
del Hijo de Dios que se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz, Amor
de hermano y amigo redentor que vino a compartir con nosotros la vida y la
historia, vestido de nuestra carne mortal.
En
el centro del misterio de nuestra fe está Jesucristo. En el centro del misterio
de Jesucristo está su muerte y su resurrección. En el centro del misterio
de su muerte está su amor. Por esto podemos decir que la celebración de la
fiesta del corazón de Jesús conduce a la esencia del cristianismo: la persona
de Jesús, hijo de Dios y salvador del mundo revelando el misterio más íntimo de
su ser, hasta la profundidad desde la cual comprendemos todas sus palabras y
acciones: su amor filial y fraterno hasta la muerte.
Amor
se llama Cristo Jesús. Su vida fue un signo del buen amar, del saber amar
porque ha amado como nadie. En su discipulado aprendemos a amar en dimensiones
completamente nuevas. Lo que hoy celebramos no es la fiesta de un órgano
fisiológico ni un amor estoico, platónico, o sentimentaloide. Su corazón
ha probado la alegría y el estupor frente a la maravilla de la naturaleza, o
frente a la mirada de un joven que quiere llegar al reino, sentimientos de
compasión por la multitud abatida y agobiada, sentimientos de misericordia por
las vidas quebradas por el pecado, la enfermedad o la pobreza, sentimientos de
amistad por sus discípulos y la familia de Lázaro, de indignación por la
profanación del templo y la verdadera fe, sentimientos angustiosos ante la
cercanía de la pasión y de abandono en su agonía cuando la muerte parecía
triunfar.
Lo
que representa el Corazón de Jesús es el amor derramado, regalado,
comprometido con esta humanidad, un amor dispuesto al sacrificio con tal de
producir vida. Amor inclaudicable por la causa del hombre: por su valoración,
su dignidad, su vida y su salvación. Amor que llega hasta la cruz. Amor que se
entrega sin condiciones. Amor eficaz porque contagia vida. La revelación más
decisiva del corazón de Jesús es que el amor no es verdadero ni total, si no es
capaz de atravesar la muerte. No trae vida si no acepta atravesar el dolor
hasta la misma muerte. Puede tratarse de la muerte física, pero sobre todo se
trata de la muerte, de la renuncia, de la pérdida y el olvido de uno
mismo. Cuando la muerte es asumida desde, y por amor a Cristo se vuelve
portadora de vida y de salvación. El misterio del corazón de Jesús es el
misterio de un hombre atravesado por el amor hasta la muerte.
La
piedad cristiana desde tiempos muy remotos ha vivido como parte importante de
su vida de fe la compasión por Cristo en sus padecimientos y dolores. La
meditación de los sufrimientos de Cristo debe suscitar el dolor de los pecados
nuestros y los del mundo. Pero, no tenemos que quedarnos reducidos a ese
sentimiento; debe haber lugar para el gozo de la salvación, gozo de conocer que
somos tan amados y que ha triunfado el amor por encima de todo pecado y de la
misma muerte.
Desde
el principio Dios se ha hecho conocer como aquel que ama, que elige libremente
y se une con fidelidad a todos los hombres. La lectura del Antiguo Testamento
proclama el amor de Dios para con su pueblo, demostrando cómo lo eligió y lo
salvó, estableció con él un pacto, lo condujo con suavidad y con lazos de amor
y fue un buen pastor para él.
El
corazón de Jesús nos lleva al centro de la vida cristiana, a lo
esencial de nuestra vida y de nuestra fe. La vida cristiana desde el principio
hasta el final es un misterio de amor. Ser discípulo no es otra cosa que
creer en el amor de Dios por nosotros. Aceptar este amor es dar una respuesta
de amor. La obligación de amarnos unos a otros deriva como conclusión lógica
del misterio que celebramos. San Juan afirma claramente (1 Jn 4,11): “Si Dios
nos ha amado de este modo, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
Jamás ha visto nadie a Dios. Si nos amamos los unos a los otros, Dios mora en
nosotros y su amor en nosotros es perfecto”.
…
“El corazón es una realidad íntima y unificante que evoca el misterio que
resiste a todo análisis, que es la ley silenciosa y más fuerte que cualquier
organización y avance técnico del hombre. Corazón indica el lugar donde el
misterio del hombre trasciende hasta el misterio de Dios; la infinitud que
experimenta dentro de sí grita y clama la infinita plenitud de Dios. Evoca el
corazón atravesado, el corazón angustiado, exprimido hasta la muerte. Decir
corazón significa decir amor, amor inaferrable y desinteresado, el amor que
vence en la inutilidad, que triunfa en la debilidad, que muerto da la vida. Con
la palabra corazón se nombra aquella cosa que es totalmente corpórea y también
es todo en todo a tal punto que se puede contar sus latidos y se puede parar en
un llanto santo porque no es necesario seguir avanzando desde el momento que se
ha encontrado a Dios. Quien puede negar que en esta palabra nos encontramos a
nosotros mismos, nuestro destino y el modo propio de existencia cristiana que
si es imposto como peso o gracia en sí misma” …
K.
Rahner
PARA DISCERNIR
¿Qué
sentimientos descubro en lo profundo de mi corazón?
¿Qué
lugar tiene el corazón de Jesús en mi vida?
¿Cuáles
son los sentimientos que quisiera reproducir en mi vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Dame
un corazón semejante al tuyo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Venid
a mí todos los que estáis cansados y agobiados
…Tú,
que has hecho por mí tan grandes y bellas cosas, que me has puesto a tu
servicio para siempre, ¿qué te voy a devolver por tantos beneficios? ¿Qué
alabanzas y acciones de gracias podré ofrecerte, aunque me ocupara en ello mil
veces? ¿Qué soy yo, pobre criatura, en comparación a ti, mi abundante
redención? Mi alma que tú has rescatado, te la ofreceré toda entera, te
homenajearé con el amor de mi corazón. Sí, transporta mi vida en ti, llévame
contigo enteramente, encerrándome en ti, haz que no sea más que una sola cosa
contigo.
Oh
Amor, tu ardor divino me ha abierto el corazón dulcísimo de mi Jesús. Oh
corazón fuente de dulzura, corazón desbordante de bondad, corazón
sobreabundante de caridad, corazón de donde destila, gota a gota, la
benevolencia, corazón lleno de misericordia…, corazón muy amado, te pido que
absorbas mi corazón todo entero en ti. Perla muy amada de mi corazón, invítame
a tus banquetes que dan la vida; derrama para mí los vinos de tu
consolación…para que la ruindad de mi espíritu se llene de tu caridad divina, y
la abundancia de tu amor supla la pobreza y la miseria de mi alma.
Oh corazón amado por encima de todo…, ten piedad de mi. Te suplico que la
dulzura de tu caridad vuelva valiente mi corazón. Hazme la gracia de que las
entrañas de tu misericordia se conmuevan en mi favor, porque desgraciadamente,
mis bajezas son numerosas, mis méritos son nulos. Mi Jesús, que el mérito de tu
muerte preciosa, me perdone todo lo que he cometido de mal…; que me atraiga
hacia ti tan fuertemente que transformada totalmente por la fuerza de tu amor
divino, encuentre gracia a tus ojos… Y dame, oh mi querido Jesús, amarte a ti
solo en todas las cosas y por encima de todas las cosas, me ligue a ti con
fervor, espere en ti y no ponga ningún límite a mi esperanza…
Santa Gertrudis
de Helfta (1256-1301),
monja
benedictina Los Ejercicios, 7
PARA REZAR
Letanías
del Sagrado Corazón de Jesús
Señor
ten misericordia de nosotros.
Cristo,
ten misericordia de nosotros.
Señor
ten misericordia de nosotros.
Cristo,
óyenos…
Cristo,
escúchanos…
Dios,
Padre celestial, ten misericordia de nosotros…
Dios,
Hijo Redentor del mundo…
Dios,
Espíritu Santo…
Trinidad
Santa, que eres un solo Dios…
Corazón
de Jesús, Hijo del Padre Eterno…
Corazón
de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre…
Corazón
de Jesús, unido sustancialmente al Verbo Divino
Corazón
de Jesús, de majestad infinita…
Corazón
de Jesús, templo santo de Dios…
Corazón
de Jesús, tabernáculo del Altísimo,…
Corazón
de Jesús, Casa de Dios y puerta del cielo…
Corazón
de Jesús, horno ardiente de caridad. ..
Corazón
de Jesús, receptáculo de justicia y amor…
Corazón
de Jesús, lleno de bondad y amor. ..
Corazón
de Jesús, abismo de todas las virtudes…
Corazón
de Jesús dignísimo de toda alabanza…
Corazón
de Jesús, Rey y centro de todos los corazones…
Corazón
de Jesús, en quien están todos los tesoros de sabiduría y ciencia…
Corazón
de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la Divinidad…
Corazón
de Jesús en quien el Padre se ha complacido…
Corazón
de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido…
Corazón
de Jesús, deseo de los collados eternos.
Corazón
de Jesús, paciente y de mucha misericordia.
Corazón
de Jesús, rico para todos los que te invocan…
Corazón
de Jesús, fuente de vida y santidad….
Corazón
de Jesús, propiciación por nuestros pecados…
Corazón
de Jesús, saturado de oprobios…
Corazón
de Jesús, oprimido por nuestras maldades…
Corazón
de Jesús, hecho obediente hasta la muerte.
Corazón
de Jesús, traspasado por la lanza.
Corazón
de Jesús, fuente de todo consuelo…
Corazón
de Jesús, vida y resurrección nuestra…
Corazón
de Jesús, paz y reconciliación nuestra…
Corazón
de Jesús, víctima de los pecadores…
Corazón
de Jesús, salud de los que esperan en Ti…
Corazón
de Jesús, esperanza en los que en Ti mueren…
Corazón
de Jesús, delicia de todos los santos.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados del mundo, óyenos, Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
Jesús,
manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo.
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