1 de Mayo - SAN JOSÉ OBRERO
¿No es
este el hijo del carpintero?
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas 3, 14-15. 17.
23-24
Hermanos:
Sobre
todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.
Que
la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados,
porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de gracias.
Todo
lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús,
dando gracias por él a Dios Padre.
Cualquiera
sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es
para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará,
haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
89, 2. 3-4. 12-13. 14 y 16 (R.: 17c)
R. El
Señor haga prosperar la obra de nuestras manos.
Antes
que fueran engendradas las montañas,
antes
que nacieran la tierra y el mundo,
desde
siempre y para siempre, tú eres Dios. R.
Tú
haces que los hombres vuelvan al polvo,
con
sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque
mil años son ante tus ojos
como
el día de ayer, que ya pasó,
como
una vigilia de la noche. R.
Enséñanos
a calcular nuestros años,
para
que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete,
Señor! ¿Hasta cuándo?
Ten
compasión de tus servidores. R.
Sácianos
en seguida con tu amor,
y
cantaremos felices toda nuestra vida.
Que
tu obra se manifieste a tus servidores,
y
que tu esplendor esté sobre tus hijos. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 13, 54-58
En
aquel tiempo:
Al
llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera
que todos estaban maravillados.
«¿De
dónde le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es
este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son
hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros
todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?»
Y
Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Entonces
les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.»
Y
no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Palabra
del Señor.
A
finales del siglo XIX y principio del XX, el 1 de mayo se convirtió en una
fecha reivindicativa y revolucionaria a favor de la clase obrera. El Papa Pío
XII, en 1955, quiso darle una dimensión cristiana, e instituyó la fiesta de San
José Obrero, que no sólo fue trabajador, artesano humilde, sino el modelo de
todo trabajador cristiano desde su dedicación a la familia de Nazaret. De esta
manera el Papa proyectaba una luz nueva sobre la dignidad del trabajo, que
ofrece el medio de perfeccionar la creación, sirviendo a Dios y a los hombres,
imitando a Dios Creador y al Hijo de Dios también artesano como su padre José,
y uniendo los sufrimientos y contrariedades del propio trabajo a la cruz de
Cristo.
PARA
REZAR
Los
evangelios nos dicen muy poco de San José, sin embargo lo presentan con cinco
títulos, importantes y significativos que lo definen y definen su lugar en la
historia de la salvación: se lo llama “hijo de David” (Mt 1,20), “esposo de
María” (Mt 1,16), “padre de Jesús” (Lc 2,48), “hombre justo” (Mt 1,19), y “el
carpintero” (Mt 13,55) que enseñó su mismo oficio a Jesús (Mc 6,3).
Hoy
celebramos al sencillo carpintero de Nazaret que tiene que trabajar cada día,
para sostener a su familia con el esforzado y humilde trabajo en una vida
oculta y laboriosa.
El
título de “carpintero” en San José, define no sólo un trabajo, sino una actitud
frente a la vida. El trabajo es el modo concreto y cotidiano con que expresa su
amor a la familia de Nazaret. Jesús participa en el trabajo y en el estilo de
vida de José, y llega a ser conocido como el “hijo del carpintero”. Jesús ha
redimido el trabajo que sólo era una carga, para que sea una colaboración
generosa en la transformación del mundo. …”En el artesano de Nazaret, Dios nos
quiere revelar la dignidad del trabajo por más simple que sea. La laboriosidad,
es una virtud por la cual el ser humano puede participar en la obra de Dios,
Creador y Redentor, puede hacerse en cierto sentido más humano, y puede
profundizar en la amistad con Cristo. San José nos enseña a santificar la vida
diaria, elevando a Cristo las obras comunes, humildes y sencillas. Redemptoris
Custos, Juan Pablo II.
El
evangelio no recoge ni una sola palabra suya, por eso la tradición, nos muestra
a José como un hombre de profundo silencio, y fe madura, capaz de percibir la
acción de Dios. San José, más que con sus palabras, habla con sus actitudes y
gestos. Con su silencio, su obediencia, su trabajo. Fue un obrero auténtico.
La
vivencia del trabajo de San José es modélica para todos los trabajadores; de
ahí que sea considerado su patrono. Al hablar de la realidad del trabajo, la
Iglesia nos dice que “los fieles laicos deben desempeñar su trabajo con
competencia profesional, con honestidad humana, con espíritu cristiano y
especialmente como forma de su propia santificación… Es más, sabemos que
mediante el trabajo ofrecido a Dios, las personas se asocian con la obra
redentora de Jesucristo, cuyo trabajo con sus manos en Nazaret, ennobleció
grandemente la dignidad del trabajo” (GS. 67). En este mensaje fuerte y
sencillo el cristiano inmerso en el mundo está invitado a encontrar su propia
espiritualidad.
El
5 de enero de 1964, desde Nazareth, exhortaba el Papa Paulo VI a aprender la
lección del trabajo, la conciencia de su dignidad. Y nos señalaba a todos “al
gran modelo, al hermano divino, al defensor de todas las causas justas, es
decir: a Cristo, Nuestro Señor”, el hijo del carpintero, como era conocido
Jesús. Y con el hijo, el padre, San José, obrero. “La Obra Bien Hecha”. El
realizaría tareas sencillas, pero pondría toda su alma en hacer las cosas bien.
No haría cosas extraordinarias, pero lo ordinario lo haría extraordinariamente.
Que él sea nuestro ejemplo a seguir en las tareas que hagamos cada día de
nuestra vida, y pidamos a él su intercesión para que nuestro trabajo sea
siempre agradable a los ojos de Dios.
PARA
DISCERNIR
¿Desde
qué perspectiva valoro el trabajo?
¿Descubro
en el trabajo un modo de santificación personal y de construcción del Reino?
¿Me
siento colaborador en la obra creadora de Dios?
REPITAMOS
A LO LARGO DE ESTE DÍA
Señor
yo soy tu siervo
PARA LA
LECTURA ESPIRITUAL
…
“El ejemplo de Tomás Moro demuestra que le es posible a un cristiano vivir
en el mundo según el Evangelio y actuar en él a imitación de Cristo; y ello en
medio de su propia familia, de sus posesiones y de la vida política: es posible
llevar una vida santa en medio de estas distintas situaciones, con sobriedad,
sencillez y honestidad, sin caer en fanatismos ni «beaterías», de modo serio y
alegre al mismo tiempo.
¿Qué
es, pues, lo más importante para un cristiano que vive en el mundo? Realizar,
en la fe, una opción radical por Dios, por el Señor y por su Reino, a pesar de
todas las inclinaciones pecaminosas, y conservarla intacta a través de los
acontecimientos ordinarios de cada día. Conservar, viviendo en el mundo, la
libertad fundamental respecto al mundo, en medio de la familia, de las
posesiones y de la vida política, al servicio de Dios y de los hermanos. Poseer
la alegre prontitud que permite ejercer esta libertad, en cualquier momento, a
través de la renuncia, y cuando estemos llamados a hacerlo, a través de la
renuncia total. Sólo en esta libertad respecto al mundo, buscada por amor a
Dios, es donde el cristiano, que vive en el mundo, pero recibe la libertad como
don de la gracia de Dios, encuentra la fortaleza, el consuelo, el poder y la
alegría que son su victoria”…
H. Küng,
Libertad en el mundo. Brescia 1966, 44s.
PARA
REZAR
¡San
José, guardián de Jesús y casto esposo de María,
Tú
empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber.
Tú
mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege
bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti.
Tú
conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.
Ellos
se dirigen a ti porque saben que tú los comprendes y proteges.
Tú
también supiste de pruebas, cansancio y trabajo.
Pero,
aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida,
tu
alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría
debido
al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios
que te fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre. Amén
San
Juan XXIII
Oremos
Dios
nuestro, creador del universo, que has establecido que el hombre coopere con su
trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que, guiados por el ejemplo de San
José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y
alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo.
I
de mayo de 2021 – PASCUA – SÁBADO DE LA IV
SEMANA
El que me ha
visto ha visto al Padre
Lectura
de los Hechos de los Apóstoles 13, 44-52
Casi
toda la ciudad se reunió el sábado siguiente para escuchar la Palabra de Dios.
Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y con injurias
contradecían las palabras de Pablo.
Entonces
Pablo y Bernabé, con gran firmeza, dijeron:
«A
ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra de Dios, pero ya que la
rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los
paganos. Así nos ha ordenado el Señor: Yo te he establecido para ser la luz de
las naciones, para llevar la salvación hasta los confines de la tierra.»
Al
oír esto, los paganos, llenos de alegría, alabaron la Palabra de Dios, y todos
los que estaban destinados a la Vida eterna abrazaron la fe. Así la Palabra del
Señor se iba extendiendo por toda la región.
Pero
los judíos instigaron a unas mujeres piadosas que pertenecían a la aristocracia
y a los principales de la ciudad, provocando una persecución contra Pablo y
Bernabé, y los echaron de su territorio. Estos, sacudiendo el polvo de sus pies
en señal de protesta contra ellos, se dirigieron a Iconio.
Los
discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
97, 1. 2-3ab. 3cd-4 (R.: 3cd)
R. Los
confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios.
Canten
al Señor un canto nuevo,
porque
él hizo maravillas:
su
mano derecha y su santo brazo
le
obtuvieron la victoria. R.
El
Señor manifestó su victoria,
reveló
su justicia a los ojos de las naciones:
se
acordó de su amor y su fidelidad
en
favor del pueblo de Israel. R.
Los
confines de la tierra han contemplado
el
triunfo de nuestro Dios.
Aclame
al Señor toda la tierra,
prorrumpan
en cantos jubilosos. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Juan 14, 7-14
Jesús
dijo a sus discípulos:
«Si
ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y
lo han visto.»
Felipe
le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta.»
Jesús
le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no
me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: “Muéstranos al
Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las
palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las
obras.
Créanme:
yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les
aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún
mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi
Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo
en mi Nombre, yo lo haré.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
El
sábado que siguió a la predicación de Pablo en la sinagoga de Antioquía de
Pisidia casi toda la ciudad se congregó para oír la palabra de Dios. Ocho días
después, la buena noticia del Evangelio había recorrido toda la ciudad. Los
judíos al ver lo que sucedía se llenaron de envidia y contradecían con
blasfemias todo lo que Pablo anunciaba.
Los
apóstoles, después de haber predicado primero a los judíos en las sinagogas, se
verán obligados a dirigirse a los gentiles en los que encontraron oyentes mejor
dispuestos. El pueblo de la antigua alianza había sido elegido primero, pero
por esto no podían pretender monopolizar la salvación de Dios. Su elección era
sólo el inicio de algo que tenía que extenderse a todos los pueblos.
El
Dios creador del cielo y de la tierra ama a todos los hombres y quiere que
todos se salven. Pablo y Bernabé llevan adelante algo que repetirán en muchas
ciudades: si son rechazados por los judíos, van a predicar a los paganos.
Siempre siguen el mismo orden: «anuncian primero la Palabra de Dios a los
judíos, pero cuando la rechazan, se dedican a los gentiles». Esto era para lo
que Dios había elegido particularmente a Pablo.
Al
oír esto, los paganos se alegraron y glorificaban a Dios. Sin embargo los
judíos incitaron a algunos notables del país y promovieron una persecución
contra Pablo y Bernabé; estos sacudiendo ante ellos el polvo de sus pies, se
fueron a Iconio.
***
En
el momento de la partida de Jesús de este mundo al Padre, el anhelo profundo y
escondido de todo hombre de querer ver al Padre aparece en los labios de
Felipe. En el evangelio nos encontramos con la médula de la revelación que
Jesús hace de su propia persona y de su relación con el Padre. Los apóstoles
creen que podrían ver al Padre como ven al Hijo. El Padre no es accesible a las
miradas, sino a la contemplación, y esta se apoya en el signo por excelencia
que es mismo Hijo y sus obras.
La
pregunta de Felipe conduce a Jesús a la afirmación decisiva de que Él está en
el Padre y el Padre en Él y que Él mismo hace las obras del Padre. Al Padre
nadie lo ha visto: pero el que ha visto a Jesús, ya ha visto al Padre.
El
que cree y acepta a Cristo, ha creído y aceptado al mismo Dios. Jesús es la
puerta, el camino, la luz, y en él tenemos acceso a Dios Padre. También la
fecundidad de nuestra oración queda asegurada al pedir “en el nombre de Jesús”.
Pedir “en el nombre de Jesús” equivale, efectivamente, a pedir la presencia de
Cristo en el actuar humano, a fin de que sea verdaderamente signo de la
presencia de Dios.
Tenemos
en Jesús al mediador más eficaz: su unión íntima con el Padre hará, si nosotros
estamos unidos a Él, que nuestra oración sea siempre escuchada.
El
conocimiento que pide Jesús a Felipe significa pasar de una lógica, racional y
fría, a tener ojos para la realidad interior. Esta es la mirada de fe que pide
Jesús a Felipe. Dios no es algo que está arriba, ni abajo; está entre los
hombres y se llama Jesús.
Jesús
es el rostro del Padre, la imagen acabada del Padre. Está entre nosotros,
acompaña nuestra existencia, vela por nuestra vida, tiene compasión de los
enfermos, atiende a los pobres. Sus predilectos son los excluidos, los
pecadores, los menospreciados de la sociedad. Va en busca de la oveja
descarriada a la que trae sobre los hombros.
Jesús,
el rostro del Padre, nos da esperanza a los hombres de que un día, después de
haber caminado en esta tierra, se nos regalará la vida definitiva en Dios.
Donde
hay hombres y mujeres que tienen la mirada limpia y el corazón abierto para
recibir a sus hermanos, donde hay alguien que ama y anda por un camino que le
puede costar su tranquilidad por vivir a favor de sus hermanos, donde existen
hombres que no se preocupan obsesivamente del mañana porque viven en las manos
del Padre, allí está Dios. Dios anda entre las cosas de esta vida y está
hablando: hay que saber escucharlo.
A
través de Jesús, el amor del Padre seguirá manifestándose en la ayuda a los
discípulos para su misión. Esa es nuestra certeza más profunda y la fuente de
todo gozo a pesar de las dificultades y persecuciones.
PARA DISCERNIR
¿Qué
rostro de Dios ando buscando?
¿Qué
rostro de Jesús me revela el rostro de Dios?
¿Cuáles
son los signos que hacen creíble mi amor?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Muéstrame,
Señor, tus caminos
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…Te
revelaste, Señor, como invisible; eres un Dios escondido e inefable. Pero te
haces visible en cada ser: la criatura es la flor de tu mirada. Tu mirada
confiere el ser, Dios mío, tú te haces visible en la criatura.
Soy
incapaz de darte un nombre, estás más allá del límite de toda definición
humana. Socorre a los hijos de los hombres: ellos te veneran en figuras
diferentes y eres para ellos causa de guerras religiosas. Sin embargo, ellos te
desean, Bien único, oh Inefable y Sin Nombre.
No
sigas oculto aún, manifiesta tu rostro: así seremos salvos. Responde a nuestra
oración: desaparecerán la espada y el odio, encontraremos la unidad en la
diversidad. Aplácate, Señor, tu justicia es misericordia: ten piedad de
nosotros, frágiles criaturas…
Nicolás de Cusa,
cit. en G. Vannucci,
11 Libro de la
oración universal, Florencia, 1985, p. 367.
PARA REZAR
Ante
Tí, Señor
Jesús,
Estar aquí, ante Tí, y ya está todo,
Cerrar los ojos de mi cuerpo
Cerrar los ojos de mi alma
y quedarme así, inmóvil, silencioso,
abrirme ante tí, que estás abierto a mí.
estar presente ante tí, el infinito presente.
Yo acepto, Señor, este no sentir nada,
no ver nada,
no oír nada,
vacío de toda idea,
de toda imagen,
en la noche.
Heme aquí simplemente
para encontrarte sin obstáculo
en el silencio de la Fe,
ante Tí, Señor. Amén.
Michel
Quoist
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