6 de noviembre de 2020 – TO – VIERNES DE LA XXXI SEMANA
Ser astutos
como los hijos de este mundo
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo
a
los cristianos de Filipos 3, 17-4, 1
Sigan
mi ejemplo, hermanos, y observen atentamente a los que siguen el ejemplo que yo
les he dado. Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito llorando:
hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la
perdición, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de
vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra. En cambio, nosotros somos
ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador
el Señor Jesucristo. El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo
semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las
cosas bajo su dominio.
Por
eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, ustedes que son mi
alegría y mi corona, amados míos, perseveren firmemente en el Señor.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
121, 1-2. 3-4a. 4b-5 (R.: cf. 1)
R. Vamos
con alegría a la Casa del Señor.
¡Qué
alegría cuando me dijeron:
«Vamos
a la Casa del Señor»!
Nuestros
pies ya están pisando
tus
umbrales, Jerusalén. R.
Jerusalén,
que fuiste construida
como
ciudad bien compacta y armoniosa.
Allí
suben las tribus,
las
tribus del Señor. R.
-Según
es norma en Israel-
para
celebrar el nombre del Señor.
Porque
allí está el trono de la justicia,
el
trono de la casa de David. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-8
Jesús
decía a sus discípulos:
«Había
un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus
bienes. Lo llamó y le dijo: “¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta
de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto.”
El
administrador pensó entonces: “¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el
cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que
voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!.”
Llamó
uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: “¿Cuánto debes a
mi señor?” “Veinte barriles de aceite”, le respondió. El administrador le dijo:
“Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez.”
Después
preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?” “Cuatrocientos quintales de trigo”, le
respondió. El administrador le dijo: “Toma tu recibo y anota trescientos.”
Y
el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan
hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los
demás que los hijos de la luz.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
En
la comunidad de Filipos, como en todas, hay algunos que “andan como enemigos de
la cruz de Cristo”, que “sólo aspiran a cosas terrenas”, más aún, “su dios es
el vientre y su gloria, sus vergüenzas”. No han sacado las consecuencias de su
fe en Jesús. Pablo quiere dejar bien en claro que ser cristiano afecta a la
manera de vivir, al estilo de conducta.
Ayer,
Pablo, se puso como ejemplo de los que han sabido descubrir a Cristo en su
vida, y dejar por Él otras posibilidades que tenían; hoy se vuelve a poner como
ejemplo en cuanto al estilo de vida, invitándolos a participar en la carrera
que él lleva. Conocen cuál es el sentido de la vida y lo que deben hacer para
alcanzar la meta cristiana, pero este conocimiento, no es más que un primer
paso. Es necesario que se lancen hacia delante y corran hasta alcanzar “el
galardón de la soberana vocación de Dios, en Cristo Jesús”.
Un
cristiano debe considerarse “ciudadano del cielo” y tener la mirada fija en el
futuro, “de donde aguardamos un Salvador, el Señor Jesucristo, que transformará
nuestra condición humilde en condición gloriosa, como la suya”. Aunque el mundo
pretenda presentar la satisfacción de nuestros instintos y el placer de los
sentidos, como criterio fundamental de la existencia, un cristiano sabe que hay
otros valores superiores a los que dar prioridad en su vida.
Entre
el ayer y el mañana, los discípulos deben vivir el hoy con alegría, con
coherencia, con vigilancia, solo así puede dar ejemplo a los demás.
***
Toda
la vida de Jesús, sus gestos y sus palabras, anuncian un Dios de gratuidad.
Después de las tres parábolas de la misericordia, en las que Jesús responde a
la crítica que le hacen los fariseos y maestros de la ley porque se mezcla con
publicanos y pecadores, Lucas continúa esta sección de instrucción a sus
discípulos con una nueva parábola: el mayordomo astuto. ¿Por qué elogia al
administrador? Para comprenderlo, hay que situar la parábola en un contexto
mucho más amplio, para poder ver que se presenta como un resumen de todo el
evangelio.
Jesús
ya había hablado del “administrador fiel y prudente”, encargado de distribuir a
cada uno su ración. La ración debía ser abundante; la misericordia debe ser
grande como la del Padre. Esto se encuentra en el trasfondo de la escena del
administrador que perdonó las “deudas” a los deudores del amo.
Un
patrón pide cuentas a su mayordomo porque éste malgasta sus bienes. El
mayordomo quedará sin empleo y tendrá que ganarse la vida de otra forma. Ya no
se encuentra en condiciones de cavar y, mendigar le resulta vergonzoso.
Entonces se le ocurre esta salida astuta: al que debía cien barriles de aceite,
le pasa la cuenta sólo por cincuenta; y al que debía cien medidas de trigo, le
pasa cuenta sólo por ochenta. Con esto buscaba ganarse la simpatía y el aprecio
de los deudores de su patrón para ser recibido luego por ellos con
agradecimiento. Renuncia a unos derechos de cobro, para conseguir una ganancia
mejor en su nueva situación de desempleado. Esto, es lo que admira su patrón, y
lo que lleva a Jesús a sentenciar que «los hijos de este mundo son más sagaces
que los hijos de la luz».
La
revelación de la gracia divina abre una nueva era a la humanidad. Los
administradores prudentes son los que imitan con sus hermanos el perdón del
Padre. Dios nos ha dado su gracia sin cálculos. Los tiempos de crisis exigen
una decisión a la altura de la situación. El discípulo es invitado en la tarea
evangelizadora a la creatividad y sagacidad, a recuperar esas características y
a ponerlas en función de la construcción del reino. Jesús invita a sus
discípulos a saber aprovechar y no desperdiciar ninguna oportunidad para
anunciar la propuesta del reino.
El
Reino de Dios no puede estar condenado a la ineficacia ni a la
incomprensibilidad. Hacer en virtud de la luz, lo que otros hacen por el poder
de las tinieblas. Jesús reprocha a los cristianos el hecho de no tener el mismo
ingenio, ni la misma inteligencia para “sus asuntos espirituales”, que los que
tienen para los asuntos de este mundo. No es de creyentes maduros, quedarse en
hermosos principios, necesitamos agotar el ingenio preocupándonos por llegar
hasta la eficacia.
El
amor de Dios es gracia sin condiciones. El Señor nos ha enriquecido con su
Vida, y ha derramado abundantemente su Espíritu Santo en nosotros, para
administrar los bienes de Dios; dejando de lado nuestras miradas egoístas,
miopes y sin audacia; abriendo nuestros ojos y trabajando, para que el Reino de
Dios, llegue a quienes se han alejado de Él, viven hundidos en el dolor, el
pecado, o dominados por la injusticia o la maldad.
PARA DISCERNIR
¿Anuncio
el evangelio a tiempo y a destiempo?
¿Comprometo
todos mis dones en este anuncio?
¿Aprovecho
todas las oportunidades para dar testimonio de mi fe?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Hazme
siempre hijo de tu luz, Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Vivir
como buen gerente de los dones de Dios
…
“De estas regiones [India y Sri Lanka] no sé escribiros nada más si no es esto:
son tan grandes las consolaciones comunicadas por Dios nuestro Señor a los que
van por entre los paganos para convertirlos a la fe en Cristo, que si hay algún
gozo en esta vida, es este, ciertamente. A menudo me ocurre oír decir a alguno
que está entre estos cristianos: «¡Señor, no me des tantas consolaciones en
esta vida! Pero, puesto que en vuestra bondad y misericordia infinitas me las
dais, ¡llevadme a vuestra santa gloria! ¡Tanta es la pena que se tiene de vivir
sin veros, una vez que os habéis manifestado así a vuestra criatura!» ¡Oh, si
los que buscan conocerlo a través del saber en los estudios se esforzaran tanto
para buscarlo en estas consolaciones del apostolado, no pasarían día y noche
buscando el saber! Si los gozos que busca un estudiante en lo que aprende, los
buscara haciendo sentir a su prójimo lo que le es necesario para conocer a
Dios, cuanto más consolado y mejor preparado se encontraría para dar cuenta de
sí mismo cuando Cristo volverá y le pedirá; «Dame cuenta de tu gestión» …
Acabo
pidiendo a Dios nuestro Señor… que nos reúna en su santa gloria. Y para
obtenernos este beneficio, tomemos por intercesoras y abogadas todas las almas
santas de las regiones en que me encuentro… A todas estas santas almas, les
pido que obtengan de Dios nuestro Señor, todo el tiempo que nos queda de
separación, la gracia de sentir en lo íntimo de nuestras almas su santísima
voluntad y cumplirla perfectamente” …
San Francisco
Javier (1506-1552), misionero jesuita
Carta del 15/01/1544
PARA REZAR
Tú
nos llamas, Señor y Dios nuestro,
a
anunciar tu Reino.
El
tiempo se ha cumplido:
ha
llegado la hora de la fe.
Te
suplicamos, Señor,
que
liberes nuestros corazones con tu Espíritu
y
afiances nuestra decisión:
ha
llegado la hora de que nos pongamos
a
seguir a tu Hijo como sus discípulos y misioneros.
Ayúdanos a llevar el evangelio a todos los hombres.
Que nunca nos cerremos a nadie y atendamos a las llamadas que nos hacen.
Que caminemos con los ojos abiertos y el corazón en la mano
confesando nuestra fe, sin miedo ni vergüenza
siendo Testigos tuyos en el mundo,
llevando la Buena Noticia a la humanidad,
construyendo
una Iglesia unida, justa y fraternal.
María Madre de los Apóstoles,
enséñanos
la radicalidad del Evangelio,
para
no desfigurar el mensaje de salvación
y
un que un día podamos encontrarnos con todos en el Reino.
Amén
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