17 de octubre de 2020 – TO – SÁBADO DE LA XXVIII SEMANA
El Espíritu les enseñará lo que deban
decir
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo
a
los cristianos de Efeso 1, 15-23
Hermanos:
Habiéndome
enterado de la fe que ustedes tienen en el Señor Jesús y del amor que
demuestran por todos los hermanos, doy gracias sin cesar por ustedes,
recordándolos siempre en mis oraciones.
Que
el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un
espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente.
Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la
que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los
santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los
creyentes, por la eficacia de su fuerza.
Este
es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los
muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de
todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que
pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro.
El
puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza
de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de aquel que llena completamente
todas las cosas.
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 8, 2-3a. 4-5. 6-7 (R.: 7)
R.
Diste dominio a tu Hijo sobre la obra de tus manos.
¡Señor,
nuestro Dios,
qué
admirable es tu Nombre en toda la tierra!
Quiero
adorar tu majestad sobre el cielo:
con
la alabanza de los niños y de los más pequeños. R.
Al
ver el cielo, obra de tus manos,
la
luna y la estrellas que has creado:
¿qué
es el hombre para que pienses en él,
el
ser humano para que lo cuides? R.
Lo
hiciste poco inferior a los ángeles,
lo
coronaste de gloria y esplendor;
le
diste dominio sobre la obra de tus manos,
todo
lo pusiste bajo sus pies. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12
Jesús
dijo a sus discípulos:
«Les
aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo
del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca
delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios.
Al
que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que
blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
Cuando
los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se
preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo
les enseñará en ese momento lo que deban decir.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
La
comunidad de Éfeso es famosa por su fe y su amor a todos, lo que a Pablo llena
de satisfacción. Pablo adecuándose a las leyes tradicionales de la acción de
gracias judía, en su oración, pide que Dios les conceda sabiduría para conocerlo
mejor.
Este
don sobrenatural ya conocido por los sabios del Antiguo Testamento es ampliado
porque ya no es solamente la práctica de la ley ni una explicación del mundo.
Pablo sabe muy bien que hay una manera de conocimiento de Cristo que no depende
del hombre, sino del don de Dios, del regalo de un espíritu de sabiduría y de
revelación que, iluminando los ojos del corazón, hace comprender la esperanza a
la que somos llamados, las riquezas sin medida de su herencia para con
nosotros, los creyentes.
Esta
sabiduría es esperanza, porque es la confianza en que el Dios de Jesucristo
está obrando en la historia.
Este
poder de Dios no está reservado sólo para el futuro, sino que desde ahora ha
puesto a Cristo como cabeza de todos los seres en el misterio mismo de la
Iglesia.
La
Iglesia está indisolublemente unida a Cristo, como un cuerpo a su cabeza. La
Iglesia es esa unidad primordial de la que surgen las gracias y de los dones de
Cristo que El reserva para toda la humanidad.
***
Jesús
continúa la instrucción tanto a sus discípulos de modo particular, como a la
gente en general en su subida a Jerusalén. Esta vez lo hará mostrando la
radicalidad que implica el seguimiento. Optar por Jesús no se puede reducir al
ámbito íntimo del corazón, necesariamente tiene que manifestarse, verse también
exteriormente.
Esta
toma de posición, tiene repercusiones no sólo en esta vida sino en la vida
eterna. El discípulo que lo reconozca será reconocido por él delante de la
presencia misma del Padre.
La
libertad de Jesús frente a las prácticas legales, el cuestionamiento de ciertas
prácticas sin contenido, la invitación a cuidarse de la levadura de los
fariseos, buscan que sus discípulos puedan experimentar y vivir la novedad del
Reino con un corazón nuevo. El seguidor, con la experiencia de una conciencia
liberada, vivirá y trasmitirá una experiencia religiosa que libera y humaniza.
Creer
y seguir a Jesús no es sólo un acto de aceptación verbal; sino, ante todo, un
acto de identificación y adhesión a su propuesta: creer en lo que Él creyó y
amar a quienes Él amó.
El
rechazo del Hijo del Hombre delante de Dios, de aquel que lo rechace a Él, va
directamente contra los dirigentes religiosos, que muchas veces impedían a los
hombres el acceso a la verdadera fe.
La
certeza de la presencia del Espíritu Santo, nos da la seguridad necesaria para
enfrentar los desafíos y dificultades que encontramos en su concreción. La
blasfemia contra el Espíritu Santo se presenta aquí en los que, viendo la luz,
la niegan, y no quieren ser perdonados ni salvados. Son ellos mismos los que se
excluyen del perdón y la salvación: El Padre que no nos olvida, Jesús que “se
pondrá de nuestra parte” el día del juicio, y el Espíritu que nos inspirará
cuando nos presentemos ante los magistrados y autoridades para dar razón de
nuestra fe.
Vivir
en cristiano es hacer que la fe sobrepase nuestro ámbito interior, para que su
influencia testimonial llegue al contexto en que vivimos. Para este camino que
no es fácil, necesitamos la ayuda de la gracia. Jesús nos asegura el amor de
Dios y el auxilio eficaz de su Espíritu. Además Él mismo saldrá fiador a favor
nuestro en el momento decisivo. No se dejará ganar en generosidad, si nosotros
hemos sido valientes en nuestro testimonio, si no hemos sentido vergüenza en
mostrarnos cristianos en nuestro ambiente.
PARA DISCERNIR
¿Me
animo a dar testimonio en mi ambiente?
¿Experimento
el haber sido liberado?
¿Confío
en la presencia del Espíritu que me sostiene?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero
testimoniarte Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Si
uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá
de su parte»
El
más admirable de los mártires ha sido el obispo Policarpo. Primeramente, en
cuanto supo todo lo que había sucedido, no se inquietó sino que quiso
permanecer en la ciudad. Bajo la insistencia de la mayoría, acabó alejándose de
ella. Se retiró a una pequeña propiedad situada no lejos de la ciudad y
permaneció en ella algunos días con algunos compañeros. Noche y día oraba insistentemente
por todos los hombres y por todas las iglesias del mundo entero, lo cual era su
costumbre habitual…
Unos
policías, a pie y a caballo, armados como si se tratara de correr detrás de un
bandido, se pusieron en marcha. Ya tarde llegaron a la casa en la que se
encontraba Policarpo. Éste estaba acostado en una pieza de la planta superior;
desde allí hubiera podido escapar a otra propiedad. Pero no quiso; se limitó a
decir: «Que se cumpla la voluntad de Dios». Al oír la voz de los policías, bajo
al piso inferior y se puso a hablar con ellos. Éstos quedaron admirados por la
avanzada edad y la serenidad de Policarpo: no podían comprender porqué habían
tenido que gastar tantas energías para coger a un anciano como él. Policarpo se
apresuró, a pesar de la hora avanzada, a servirles algo para comer y beber,
tanto como desearon. Tan sólo les pidió le concedieran una hora para orar
libremente. Ellos se lo concedieron y se puso a orar de pie, mostrando ser un
hombre lleno de la gracia de Dios. Y así, durante dos largas horas, sin parar,
oró en voz alta. Los que le escuchaban estaban llenos de estupor; muchos de
ellos lamentaban haberse puesto en camino contra un hombre tan santo.
Cuando
hubo terminado su oración, en la que recordó a todos los que había conocido durante
su larga vida, pequeños y grandes, gente ilustre y gente sencilla, y a toda la
Iglesia extendida por el mundo entero, había llegado la hora de partir. Le
hicieron subir a un asno y le condujeron a la ciudad de Esmirna. Era el día del
gran sábado.
Carta de la
Iglesia de Esmirna sobre sus mártires (hacia 155)
PARA REZAR
Creo
en un Dios que sin límites me ama,
que vino a darnos luz, como nos da el sol, cada mañana.
Creo en un Dios que penetra mi pensamiento,
que se mete en mi corazón y conoce mis sentimientos.
Comunidad:
Creo en un Dios que sabe todo lo que me pasa,
que sufre y ríe conmigo, que me sostiene y que me abraza.
Creo en un Dios que en mí ve lo bueno,
que perdona lo malo y me hace un ser nuevo.
Creo en un Dios que es verdad y es camino,
que es pan y que es agua, alimento de peregrinos.
Creo en un Dios que es humano y es divino,
que está en el cielo y a la vez aquí, en mi destino.
Creo en un Dios que se muestra pequeño,
que se manifiesta humilde, pero que de todo es dueño.
Comunidad:
Creo en un Dios que es Padre, que es Hijo,
y que es Espíritu Santo. Que es Uno y es Trino.
Creo en un Dios que es Dios de mis padres,
un Dios que por su pueblo hizo y hará cosas grandes.
En ese Dios creo, con una fe sin tiempo,
con una fe simple, que nace desde adentro.
Comunidad:
En ese Dios creo, con fe verdadera,
con toda mi fuerza y mi alma entera.
En ese Dios creo, el mismo de ayer,
el que será mañana y será para siempre.
En ese Dios creo, pues vela por el universo,
porque está en la inmensidad y también en cada verso,
en cada palabra, en cada mirada, en cada sonrisa y en cada gesto
que desde el ser humano nacen para ir haciendo en la tierra su Reino.
Comunidad:
En ese Dios creo, en El está mi esperanza,
a El doy mi canto y dedico mi alabanza,
a El ofrendo mi vida, pobre, consagrada,
y le entrego esta fe, pequeña, que de creer no se cansa.
Gerardo
Oberman
Elevemos en cada celebración o Misa trasmitida por los distintos medios que realicen "en o desde la Parroquia Dulcisímo Nombre de Jesús de Saavedra" del próximo domingo una Oración Comunitaria por el eterno descanso de Bernardo Serén García +Q.E.P.D. con motivo de cumplirse el próximo 18 de octubre el Centenario de su natalicio. Tus hijos Alicia y Ángel, tu nieta Analía y nieto político Alejandro... todos te recordaremos con muchísimo amor y te mantenemos vivo siempre presente en nuestros corazones y a tu flamante bisnieta que no has podido conocer físicamente le contaremos cuando crezca sobre tu bondad y humildad infinita y ejemplo de persona y el cariño que siempre has derramado entre tus seres queridos y todas las enseñanzas que sabiamente nos transmitiste! Gracias por tu vida a nuestro lado! Que los Ángeles Y Arcángeles te hagan llegar a través de Nuestro Señor Jesucrito este humilde homenaje tan merecido. 18-10-1920/18-10-2020
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