11
de junio de 2020 – TO - JUEVES DE LA X SEMANA
11 de junio - San Bernabé, Apóstol
El Reino de los
cielos está cerca
Lectura
de los Hechos de los apóstoles 11, 21b-26; 13,1-3
En
aquellos días: Muchos creyeron y se convirtieron. Al enterarse de esto, la
Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia
que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a
permanecer fieles al Señor con un corazón firme. Bernabé era un hombre
bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Y una gran multitud adhirió
al Señor. Entonces partió hacia Tarso en busca de Saulo, y cuando lo encontró,
lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a
mucha gente. Y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos
recibieron el nombre de “cristianos”. En la Iglesia de Antioquía había profetas
y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio
de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo.
Un
día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les
dijo: “Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado”.
Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los
despidieron.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
97,1.2-3b. 3c-4. 5-6 (R.: cf. 2b)
R. El
Señor reveló su justicia a los ojos de las naciones.
Canten
al Señor un canto nuevo,
porque
Él hizo maravillas:
su
mano derecha y su santo brazo
le
obtuvieron la victoria. R.
El
Señor manifestó su victoria,
reveló
su justicia a los ojos de las naciones:
se
acordó de su amor y su fidelidad
a
favor del pueblo de Israel. R.
Los
confines de la tierra han contemplado
el
triunfo de nuestro Dios.
Aclame
al Señor toda la tierra,
prorrumpan
en cantos jubilosos. R.
Canten
al Señor con el arpa
y
al son de instrumentos musicales;
con
clarines y sonidos de trompeta
aclamen
al Señor, que es Rey. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-13
Jesús
dijo a sus discípulos: Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está
cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los
leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den
también gratuitamente. No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni
provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el
que trabaja merece su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo,
busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento
de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa
casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa
paz vuelva a ustedes.
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
La
primera lectura narra el inicio de la comunidad cristiana en Antioquía, la cual
jugará un papel decisivo en la expansión del cristianismo, en la cuenca del
Mediterráneo, tal como lo relatan los capítulos 13 y 14 de los Hechos de los
Apóstoles. Cuando la Iglesia de Jerusalén se entera de la respuesta positiva de
los habitantes de Antioquía frente al evangelio, enviaron a Bernabé, el cual es
descrito como “ser humano justo y lleno del Espíritu Santo y fe”.
Bernabé
es un “justo”, es decir, según el lenguaje teológico del Antiguo Testamento una
persona íntegra y fiel a los mandamientos del Señor. Pero además, es descrito
como alguien “lleno del Espíritu Santo y fe”, con lo cual se lo coloca en el
ámbito de la nueva alianza, presentándolo como alguien dócil a la acción de
Dios, en la obra de expansión del evangelio. El Espíritu Santo, en efecto,
actuará eficazmente por mediación de Bernabé en la predicación del evangelio a
los paganos.
El
relato de los Hechos añade que Bernabé “exhortaba a todos para que se
mantuvieran fieles al Señor”. Luego se describe la fecundidad de la predicación
y de la exhortación de este hombre, “lleno de Espíritu Santo y fe”, “una
considerable multitud se unió al Señor”.
***
En
el evangelio de Mateo se narra el envío de los Doce por parte de Jesús y se
indican las instrucciones básicas para la misión evangelizadora: a quien deben
ir, lo que deben decir, como deben actuar.
Jesús
elige a “Doce” de entre los discípulos para continuar su obra. El número “doce”
hace referencia a las doce tribus de Israel. En el proyecto salvador de Jesús
“los Doce” representan, las columnas del nuevo pueblo de Dios.
La
misión de estos doce elegidos va destinada inicialmente a “las ovejas perdidas
de la casa de Israel”. A partir de Israel, la misión se va abriendo poco a poco
a todos los hombres; esto se realizará plenamente sólo después de la muerte y
resurrección de Jesús, mediante la cual es constituido Mesías y Señor
universal, con la efusión del Espíritu Santo.
Su
programa misionero es descrito y se estructura a imagen de la misión histórica
que llevó a cabo Jesús. Igual que Él deben anunciar el Reino y realizar los
signos que los acreditan. Deberán anunciar que “está llegando el reino de los
cielos”; proclamar que la justicia, la compasión y la solidaridad son una
gracia y una realidad que hay que acoger como don de Dios, para construir un
proyecto nuevo de humanidad.
Por
otra parte, están llamados a continuar realizando los gestos de liberación de
Jesús en favor de los pobres, los enfermos y los marginados del mundo. Para
esto, Jesús los hace participar de la plenitud de su “poder”. Palabra y acción
van indefectiblemente unidas.
Hoy
también la misión es ponerse en camino, nos exige movernos de un lugar a otro,
avanzar, superar obstáculos y no dejarnos vencer por el rechazo y la
incomprensión del mundo. Como discípulos misioneros debemos confiar
absolutamente en la gracia que se nos ha dado para anunciar. Esta es nuestra
mayor fuerza: no apoyarnos en seguridades humanas, ir desprovistos de todo,
confiando sólo en la fuerza del mensaje que llevamos, y abandonados totalmente
a la providencia divina.
Desprovistos
de todo y necesitados de todo, llevamos la mayor riqueza: el don del reino; por
eso son posibles la pobreza, la confianza y el abandono.
PARA DISCERNIR
¿Siento
la necesidad de evangelizar?
¿Dónde
pongo mis seguridades?
¿Descubro
que mi vida está llamada a ser evangelizadora por sí misma?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Aclame
al Señor toda la tierra
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
¿Cómo
no ser apóstoles?
No
buscamos el apostolado: él nos busca. Dios nos hace apóstoles al amarnos
primero. ¿Cómo compartiríamos pan, techo, corazón, con ese prójimo que es
nuestra propia carne, sin estar desbordantes por él del amor de nuestro Dios,
si ese prójimo no lo conoce? Sin Dios todo es miseria, el que ama no tolera la
miseria, menos aún la miseria grande. ¿No ser apóstoles, no ser misioneros?
¿Qué significaría entonces y cómo sería pertenecer a un Dios que envió a su
Hijo para que el mundo fuera salvado por él?
Sin
embargo, no pensamos en ser apóstoles. En las manos de Dios, en el cuerpo de
Cristo, en el movimiento del Espíritu, pensamos en ser el Cristo que queremos
ser, el Cristo que nunca fue amor sin ser luz. Y no hay luz sin el precio de la
luz. Lo copiamos mal sin cesar, entramos en él sin parecernos pero tenaces.
¿Cómo no ser apóstoles o por lo menos no tener la voluntad de serlo? ¿Cómo no
ser misioneros totalmente disponibles? (…)
¿Cómo
no evangelizar si el Evangelio está en nuestra piel, manos, corazón, cabeza?
Debemos decir por qué tratamos de ser lo que queremos ser y tratamos de no ser
lo que no queremos ser. Debemos predicar, porque predicar es decir públicamente
algo sobre Jesucristo, Dios y Señor. No se puede amar y callar.
Venerable
Madeleine Delbrêl (1904-1964) – laica, misionera en la ciudad.
La alegría de
creer (La joie de croire, Seuil, 1968), trad. sc©evangelizo.org
PARA REZAR
Señor,
que nos has dado la gracia de pertenecer a tu Iglesia
y
de participar en ella de tu misión de salvar a los hombres,
ayúdanos
a conocerte mejor, a seguirte más de cerca
a
darte a conocer a todos los hombres.
Inspíranos valor y entusiasmo,
Inspíranos valor y entusiasmo,
para
hacernos amigos de todos aquellos con quienes nos encontremos
y
podamos acercarlos a Tí.
Que
permanezcamos siempre cerca de ti y haz que
seamos
generosos y creativos miembros de tu Iglesia.
Fortalece
y acrecienta tu vida en nosotros,
para
que todo lo que hagamos sea hecho contigo, desde ti y para ti.
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