1
de febrero de 2020 – TO – SÁBADO DE LA III
SEMANA
Hasta el
viento y las aguas le obedecen
El
Señor envió a David al profeta Natán. El se presentó a David y le dijo:
«Había
dos hombres en una misma ciudad, uno rico y el otro pobre. El rico tenía una
enorme cantidad de ovejas y de bueyes. El pobre no tenía nada, fuera de una
sola oveja pequeña que había comprado. La iba criando, y ella crecía junto a él
y a sus hijos: comía de su pan, bebía de su copa y dormía en su regazo. ¡Era
para él como una hija! Pero llegó un viajero a la casa del hombre rico, y este
no quiso sacrificar un animal de su propio ganado para agasajar al huésped que
había recibido. Tomó en cambio la oveja del hombre pobre, y se la preparó al
que le había llegado de visita.»
David
se enfureció contra aquel hombre y dijo a Natán: «¡Por la vida del Señor, el
hombre que ha hecho eso merece la muerte! Pagará cuatro veces el valor de la
oveja, por haber obrado así y no haber tenido compasión.»
Entonces
Natán dijo a David: «¡Ese hombre eres tú! Así habla el Señor, el Dios de Israel:
la espada nunca más se apartará de tu casa, ya que me has despreciado y has
tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita.
Así
habla el Señor: “Yo haré surgir de tu misma casa la desgracia contra ti.
Arrebataré a tus mujeres ante tus propios ojos y se las daré a otro, que se
acostará con ellas en pleno día. Porque tú has obrado ocultamente, pero yo lo
haré delante de todo Israel y a la luz del sol.”»
David
dijo a Natán: «¡He pecado contra el Señor!»
Natán
le respondió: «El Señor, por su parte, ha borrado tu pecado: no morirás. No
obstante, porque con esto has ultrajado gravemente al Señor, el niño que te ha
nacido morirá sin remedio.» Y Natán se fue a su casa.
El
Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y él cayó
gravemente enfermo. David recurrió a Dios en favor del niño: ayunó
rigurosamente, y cuando se retiraba por la noche, se acostaba en el suelo. Los
ancianos de su casa le insistieron para que se levantara del suelo, pero él se
negó y no quiso comer nada con ellos.
Palabra
de Dios
SALMO
Sal. 51 (50) 12-17
R:
Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Oh
Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame
por dentro con espíritu firme;
no
me arrojes lejos de tu rostro,
no
me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme
la alegría de tu salvación,
afiánzame
con espíritu generoso:
enseñaré
a los malvados tus caminos,
los
pecadores volverán a ti. R.
Líbrame
de la sangre, oh Dios,
Dios,
Salvador mío,
y
cantará mi lengua tu justicia.
Señor,
me abrirás los labios,
y
mi boca proclamará tu alabanza. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41
Al
atardecer de aquel día, Jesús dijo a sus discípulos: «Crucemos a la otra
orilla.» Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba.
Había otras barcas junto a la suya.
Entonces
se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba
llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo
despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?»
Despertándose,
él increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio! ¡Cállate!» El viento se aplacó
y sobrevino una gran calma. Después les dijo: «¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no
tienen fe?»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
El
profeta Natán, que en otras ocasiones le transmite al rey palabras de bendición
y promesas, ahora denuncia valientemente su pecado, con este expresivo relato
del rico que le roba al pobre su única oveja.
Natán
no condena desde el exterior. Cuenta una parábola y conduce al rey a que tome
conciencia por sí mismo y a que sea él mismo quien aporte un juicio sobre su
pecado.
David
reacciona y reconoce su culpa, pidiendo perdón a Dios. La verdadera santidad de
David es haber sabido reconocer su falta: “Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Devuélveme la alegría de tu salvación”.
El
Salmo 50, el «miserere», es la oración de un pecador que reconoce humildemente
su culpa ante Dios y le pide un corazón nuevo. Este salmo resume la experiencia
de debilidad y confianza en la misericordia de Dios.
También
nosotros somos débiles. Podemos, humillar los derechos de los demás y tener un
corazón complejo. Somos invitados a reaccionar como David.
***
El
evangelio de Marcos ejemplifica el tema de la fe. Después de las parábolas,
empieza aquí una serie de cuatro milagros de Jesús, para demostrar
verdaderamente que el Reino de Dios ya ha llegado y está actuando. Estos
milagros no fueron hechos en presencia de la muchedumbre, sino sólo ante los
discípulos para educarlos en la fe.
Jesús
deja la Galilea, donde desde ahora la gente lo acosa. Va con sus discípulos a
la región pagana, de los Gerasenos, país de misión donde la Palabra de Dios no
ha sonado todavía. Suben a la barca para pasar a la otra orilla y se desata la
tormenta.
El
mar es sinónimo, en la Biblia, del peligro y del lugar del maligno. Las olas se
echaban sobre la barca, de tal modo que parecía hundirse y Jesús en la popa
continúa durmiendo. Los discípulos reprochan a Jesús por su poco interés, y Él
a su vez les reprocha su poca fe.
Ellos
creían que estar con Jesús, los libraba de todo problema o calamidad. Este fue
el momento del desencanto y de la provocación a la fe. Se dieron cuenta que aun
junto a Jesús, las olas pueden ser muy fuertes y hacer estremecer la barca.
Jesús los lleva a la aventura de poder enfrentarse a la vida con fe.
Cuando
Marcos escribe este evangelio, la comunidad cristiana sabe mucho de
persecuciones y de fatigas. A veces son dudas, otras miedo, o dificultades de
fuera, crisis y tempestades que nos zarandean.
Frente
a la realidad de la persecución y del miedo, el evangelista se sirve del
testimonio de algunos creyentes que manifiestan que Jesús durante su vida
histórica, en algún momento, se enfrentó con las fuerzas de la naturaleza
cuando ellas eran incontrolables. Jesús se enfrenta a los poderes del mal,
haciendo prevalecer la vida allí donde la muerte quiere imponer su dominio y su
imperio.
Una
tempestad es un buen símbolo de muchas crisis humanas, personales y sociales.
Muchas veces experimentamos en nuestra vida, tanto en la personal como en la
comunitaria y eclesial, la presencia tormentosa de acontecimientos o
situaciones que nos llevan a remar contra fuertes corrientes, con la impresión
de que todo parece que se hunde. Mientras Dios parece que duerme.
A
los cristianos, no se nos ha prometido una travesía apacible en el mar de esta
vida. La fe no es un depósito del que vamos sacando recetas para solucionar
todos los males. La fe no nos libera de la dureza del camino, de la búsqueda
compartida, del remar contra corriente, pero nos mantiene en la seguridad de
que el Señor está con nosotros.
La
fe es hoy una “reserva de confianza” en el mar embravecido de la vida. Cristo
Jesús está presente en nuestra vida todos los días, como nos prometió, hasta el
fin del mundo. Su Espíritu es el animador de la Iglesia y de la historia.
Cristo
con su muerte y resurrección aparece como el vencedor del mal. Con Él nos ha
llegado la salvación de Dios. La fe es despertar cotidianamente al Cristo que
está durmiendo dentro de nosotros.
Dios
quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
A pesar de las dificultades, Dios jamás se ha olvidado de nosotros; Él va
siempre como compañero de viaje en nuestra vida. Sin embargo Él no está con
nosotros para suplir lo que a cada uno corresponde realizar. Cada uno de
nosotros, debe aportar todo su esfuerzo, toda su vida, para construir un mundo
que no se quede estancado en el egoísmo, ni se resigne con lo que ya logró;
siempre será necesario ir más allá.
Los
signos de su compañía y presencia serán el esfuerzo por hacer de este mundo un
signo cada vez más claro del Reino de Dios, en que todos disfrutemos de la paz
y vivamos la solidaridad, la comunión fraterna y la justicia auténtica.
PARA DISCERNIR
¿Creemos
también en tiempos de crisis?
¿Sentimos
la ausencia de problemas como garantía de su cercanía?
¿Cuándo
nuestros cálculos fallan, sentimos que Dios nos ha abandonado?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
Fortalece
mi fe
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”El
amor irradia, es el origen primero y siempre nuevo de todo vivir. Por amor
hemos nacido; por amor vivimos; ser amados es alegría de la vida; no serlo y no
ser capaz de amar es infinita tristeza.
La
comunidad es la casa del amor: ella traduce, en el orden concreto de los días,
la verdad de la historia del amor. No es una, sino muchas las gratuidades que
se requieren para hacer un camino común; a cada uno le incumbe la urgencia de
comenzar a amar. Quien piense que no tiene necesidad de los otros se quedará en
la soledad de una vida sin amor; quien se pone a aprender del otro y se hace
mendigo de amor construye vínculos de paz y hace crecer a su alrededor la
comunión con todos. Esto expresa ya de algún modo qué grande es la fatiga que
supone amar: si tuviéramos que tener en cuenta el vasto mundo de las relaciones
humanas, la evidencia del fracaso del amor aparecería hasta inquietante. Aunque
ha sido hecho para amar, parece ser que el hombre no es capaz de hacerlo;
aunque ha sido originado por el amor, parece ser que ya no es capaz de suscitar
amor. ¿Quién hará al hombre capaz de amar? Nos volvemos capaces de amar cuando
nos descubrimos amados previamente, envueltos y conducidos por la ternura del
Amor hacia un futuro, un futuro que el amor construye en nosotros y para
nosotros: hacer este descubrimiento es creer y confesar la Trinidad del Dios
cristiano.
La
fe viene a escrutar en las profundidades del misterio, en la escuela del santo
relato de la cruz y de la resurrección del Señor, el eterno manar del Amor en
la figura del Padre, principio sin principio, gratuidad pura y absoluta, que da
comienzo a todo en el amor y no se detiene ni siquiera ante el doloroso rechazo
de la infidelidad y del pecado. Y junto al eterno Amante, la fe cuenta del
Hijo, el eternamente Amado, que con su vida en la carne, vivida en obediencia
filial, nos hace capaces de pronunciar el «sí» de la fe a la iniciativa de la
caridad de Dios. Junto con el Amante y con el Amado contempla la fe la figura
del Espíritu, que une a ambos con el vínculo del Amor eterno y, al mismo
tiempo, les abre al don de sí, al generoso éxodo de la creación y de la
salvación: el Espíritu Santo, éxtasis de Dios, viene a liberar el amor, a
hacerlo siempre nuevo y radiante”…
B. Forte, En
memoria del Salvador, Cinisello B. 1992, pp. 175-182, passim.
PARA REZAR
Creemos
en Dios, creador de la vida,
quien
sostiene lo creado y lo guarda de la destrucción;
que nos manda a trabajar, mantener y enriquecer la creación;
que nos manda a trabajar, mantener y enriquecer la creación;
que
nos llama a una vida
obediente, sirviéndole, en medio de la gente;
obediente, sirviéndole, en medio de la gente;
que
nos guiará en medio de los conflictos de este
mundo; que por su Espíritu Santo congrega a los cristianos
mundo; que por su Espíritu Santo congrega a los cristianos
y
sostiene a su Iglesia y la renueva
para que sea una comunidad ejemplar entre los hombres;
para que sea una comunidad ejemplar entre los hombres;
que
en Jesucristo nos salva; que
en él nos muestra la persona nueva,
en él nos muestra la persona nueva,
que
ama y vive por los demás sirviendo hasta el sacrificio;
que no tolera la injusticia ni la hipocresía
que no tolera la injusticia ni la hipocresía
y
nos libra de caer en ellas; que nos juzga y nos corrige;
que
nos da poder para luchar en medio de la adversidad y el peligro;
que
levanta: personas en todas las épocas
para
luchar por un mundo de amor, justicia y paz; que nos
libra del odio en medio de la lucha;
libra del odio en medio de la lucha;
que
cada día nos anticipa la esperanza
de
su reino de amor, que viene. Amén.
Hola espectadores, soy Nelson y estoy a punto de compartir mi testimonio aquí, mi madre me presentó a Great Baba Ogbogo cuando descubrió que no podía embarazar a mi esposa después de 3 años de nuestro matrimonio. Entonces, estos trajeron muchos problemas a mi matrimonio y me llevaron al divorcio. ella dijo, él es Altamente espiritual y puede hacer que mi esposa regrese a mí con alegría y podamos tener hijos juntos. Al principio, no dudé hasta que lo contacté y luego me lancé hechizos poderosos e hice que mi esposa volviera a mí después de hacer lo que me pidieron y lo que necesitaba. Ahora, también estamos felices con niños encantadores. Desde el día en que Great BaBa Ogbogo trabajó para mí y resolvió mis problemas. Hice un fuerte voto de que mientras viva, continuaré testificando sobre la bondad de sus grandes obras, y para aquellos que enfrentan dificultades de relación y matrimoniales, deben contactarlo rápidamente y convertirse en un feliz testificador como yo. Dejo caer su contacto aquí, correo electrónico: greatbabaogbogotemple@gmail.com, o su número de WhatsApp. +447440557868 ...
ResponderEliminarHizo que mi ex esposa volviera a mí con alegría
Me curó de un hombre impotente a un hombre de verdad.