27
de noviembre de 21019 – TO - MIÉRCOLES DE LA
XXXIV SEMANA
Gracias a la
constancia salvarán sus vidas
Lectura
de la profecía de Daniel 5, 1-6. 13-14. 16-17. 23-28
El
rey Baltasar ofreció un gran banquete a mil de sus dignatarios, y bebió vino en
la presencia de esos mil. Estimulado por el vino, Baltasar mandó traer los
vasos de oro y plata que Nabucodonosor, su padre, había sacado del Templo de
Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus dignatarios, sus mujeres y
sus concubinas. Entonces trajeron los vasos de oro que habían sido sacados del
Templo, de la Casa de Dios en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus
dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. Mientras bebían vino, glorificaban a
los dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra.
De
pronto, aparecieron unos dedos de mano humana, que escribían sobre el estuco
del muro del palacio real, frente al candelabro, y el rey veía el extremo de
esa mano que escribía.
Entonces
el rey cambió de color y sus pensamientos lo llenaron de espanto; se le
aflojaron todos los miembros y se entrechocaban sus rodillas.
Daniel
fue introducido en la presencia del rey, y este, tomando la palabra, le dijo: «¿Así
que tú eres Daniel, uno de los deportados judíos que el rey, mi padre, hizo
venir de Judá? Yo he oído decir que en ti reside el espíritu de los dioses, y
que se han hallado en ti clarividencia, perspicacia y una sabiduría superior.
Yo
he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver problemas. Si tú ahora
puedes leer la inscripción y me haces conocer su interpretación, te vestirás de
púrpura, llevarás un collar de oro en tu cuello y ocuparás el tercer puesto en
el reino.»
Daniel
tomó la palabra y dijo en presencia del rey: «Puedes guardar para ti tus dones
y dar a otros tus regalos; de todas maneras, yo leeré al rey la inscripción y
le haré conocer su interpretación.
Te
has exaltado contra el Señor del cielo: han traído a tu presencia los vasos de
su Casa, y han bebido vino en ellos, tú y tus dignatarios, tus mujeres y tus
concubinas; has glorificado a los dioses de plata y oro, de bronce, hierro,
madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has celebrado al
Dios que tiene en su mano tu aliento y a quien pertenecen todos tus caminos.
Por eso ha sido enviada esta mano de parte de él, y ha sido trazada esta
inscripción.
Esta
es la inscripción que ha sido trazada: Mené, Tequel, Parsín. Y esta es la
interpretación de las palabras: Mené: Dios ha contado los días de tu reinado y
les ha puesto fin; Tequel: tú has sido pesado en la balanza y hallado falto de
peso; Parsín: tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y a los
persas.»
Palabra
de Dios.
SALMO Dn
3, 62. 63. 64. 65. 66. 67
Sol
y luna, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo
y glorifíquenlo eternamente!
Astros
del cielo, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo
y glorifíquenlo eternamente!
Lluvias
y rocíos, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo
y glorifíquenlo eternamente!
Todos
los vientos, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo
y glorifíquenlo eternamente!
Fuego
y calor, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo
y glorifíquenlo eternamente!
Frío
y heladas, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo
y glorifíquenlo eternamente!
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 21, 10-19
«Jesús
hablaba a sus discípulos acerca de su venida:
Se
levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes
terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos
aterradores y grandes señales en el cielo.
Los
detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán
encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y
esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan
bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una
elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni
contradecir.
Serán
entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos;
y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi
Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la
constancia salvarán sus vidas.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
A
modo de parábola, el episodio del banquete del rey Baltasar, que no hay que
considerar necesariamente como histórico, le sirve al autor del libro de
Daniel, para seguir reflexionando sobre el sentido de la historia humana.
Los
adivinos oficiales se han mostrado incapaces de leer y descifrar la inscripción
misteriosa escrita en las paredes del salón de banquetes del palacio, Daniel lo
logra sin ninguna dificultad. Cómo ha profanado los vasos sagrados del templo
de Jerusalén, Baltasar será asesinado y su reino repartido entre los medos y
los persas.
Baltasar
es un hombre ficticio. Daniel se refiere a Antíoco Epífanes, que había saqueado
y profanado el templo de Jerusalén en el 167 a.C. La orgía de la corte real, y
además con los vasos sagrados fruto del saqueo en el templo de Jerusalén, no
puede acabar bien.
Daniel
valientemente interpreta las visiones y anuncia lo que significan las letras
que aparecen en la pared. A ese gran rey que se creía muy importante Dios lo
encuentra falto de peso y su reino, “dividido”, será entregado a nuevos
conquistadores.
Los
excesos se pagan tarde o temprano. La rebeldía contra el Señor y la adoración a
dioses de oro y plata se encuentran ante el juicio de Dios.
Cuando
nos olvidamos de Dios, no nos pueden ir bien las cosas en nuestra vida. Si no
rectificamos los desórdenes de nuestra conducta, para ser fieles, seremos presa
de nuestras mismas miserias.
***
Después
de hablar de los signos engañosos que acompañarán el final, el evangelio de hoy
se refiere a los verdaderos signos. El principal es la persecución por
“predicar el evangelio”. Jesús mismo protegerá a su comunidad si se mantiene
firme y fiel dando testimonio.
La
persecución “por causa de Jesús” es un signo evangélico ya anunciado en las
Bienaventuranzas: “Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos. Dichosos ustedes cuando los insulten y los
persigan y los calumnien de cualquier modo por mi causa”.
Cuando
Lucas escribía su evangelio, la comunidad cristiana ya tenía mucha experiencia
de persecuciones, cárceles y martirios, por parte de los enemigos de fuera; y
dificultades, divisiones y traiciones desde dentro.
La
situación de los cristianos en el mundo antiguo fue dificultosa y precaria
desde el comienzo. Sufrieron la persecución de los judíos que los veían como un
peligro para la religión oficial y luego fueron perseguidos por el estado
romano, que los veía como la misma encarnación del mal y un peligro para el
imperio.
La
persecución no fue una contingencia producida por odios personales. Esta
situación se produjo por la actitud de los cristianos que se caracterizaron por
poner en duda todo el sistema de valores religiosos y políticos vigentes en el
mundo antiguo. Este modo de ver y sentir la vida, los llevó a inevitables
enfrentamientos con los defensores del sistema cultual, político, financiero
que era considerado de carácter sagrado.
A
lo largo de dos mil años, la Iglesia por otros motivos y en lugares diversos,
ha seguido teniendo la misma experiencia de calumnia, odio, persecución y
muerte. Mártires de todos los tiempos, también del nuestro, estimulan con el
ejemplo de su vida y de su muerte. Mártires de sangre y mártires silenciosos de
la vida diaria, que viven según los criterios del evangelio de Jesús con
admirable coherencia y constancia.
Cuando
la predicación del Evangelio no molesta a nadie es porque se ha amoldado a los
criterios del mundo y ha perdido su fuerza. Quiénes siguen a Cristo
decididamente deben optar por Él, sin hacer concesiones. Por eso el mensaje de
vida del evangelio, paradójicamente, genera rechazo, persecución y muerte. Los
testigos son excluidos, traicionados, difamados, encarcelados, expulsados,
torturados, asesinados. Muchos se preguntaron si vale la pena un futuro de este
tipo.
El
poder que amenaza no es eterno, y su derrota está en lo que aparenta ser su victoria:
nuevamente la paradoja. La muerte, para el evangelio, es Vida y Triunfo. Porque
las estructuras del mal son derrotadas en cada mártir que generan. Porque la
luz de estos testigos se hace más fuerte en su pueblo que cuando vivían. Su
mensaje, por su muerte, se hace creíble y esperanzador. Los que aparentemente
se creen vencedores con la persecución y la muerte, son vencidos porque no
pueden cortar ni acabar con la vida y el testimonio que dejan estos testigos,
en la vida de su pueblo.
Jesús
no nos ha engañado: nunca prometió que en esta vida seremos aplaudidos y que
nos resultará fácil el camino. Lo que sí nos asegura es que salvaremos la vida
por la fidelidad, y que Él dará testimonio ante el Padre de los que hayan dado
testimonio de Él ante los hombres.
Por
eso sigue siendo válido seguir a Cristo. Porque la Vida siempre triunfa sobre
la muerte, porque no hay nada por encima del poder de Dios. Ser cristiano
cuando las cosas andan bien no es problema. Lo difícil es perseverar en los
momentos de dificultad. El cristianismo, es un estilo de vida que,
necesariamente, si es fiel al Evangelio va a encontrarse muchas veces en
contraposición con los valores, pensamientos y actitudes del mundo, y ésta es
la causa de los problemas.
Ser
firmes en la fe en un mundo de injusticia, de violencia, de mentira, de
deshonestidad, corrupción etc., no es sencillo y es la causa del rechazo o de
la persecución por parte de aquellos a los que el estilo de vida del cristiano
coherente incomoda. Necesitamos ser valientes y mostrar al mundo la buena
noticia del reino como verdaderos discípulos de Jesús. Él ha prometido
ayudarnos y estar con nosotros hasta el final. Su palabra no pasa ni cambia:
permanece para siempre.
PARA DISCERNIR
¿Me
arriesgo por causa de la Buena Noticia?
¿Soy
capaz de aceptar el rechazo por manifestar mi fe?
¿Hago
concesiones con tal de no ser cuestionado?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Toda
mi vida quiero serte fiel
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Todos
os odiarán por causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza
perecerá»
…”Jesús
prometió siempre la paz a sus discípulos, tanto antes de su muerte como después
de su resurrección, siempre la paz (Jn 14,27; Lc 24,36). Los discípulos jamás
alcanzaron la paz exterior, pero vivieron la paz en la lucha y el amor en el
sufrimiento; y en la muerte encontraron la vida. Encontraron también
un gozoso triunfo cuando, antes de la muerte, se les interrogaba, juzgaba y condenaba. Fueron verdaderos testimonios.
un gozoso triunfo cuando, antes de la muerte, se les interrogaba, juzgaba y condenaba. Fueron verdaderos testimonios.
Sí,
hay muchos hombres que viven llenos de dulzura en su cuerpo y en su alma hasta
el punto de estar penetrados de ella hasta el meollo y hasta las venas, pero
cuando seguidamente viene el sufrimiento, las tinieblas, el abandono interior y
exterior, no saben qué hacer. Se paran, simplemente, y de ahí nada sacan.
Cuando llegan los terribles huracanes, el abandono interior, la tentación
exterior del mundo, de la carne y del Enemigo, el que sabrá pasar a través de
todo ello encontrará la paz profunda que nadie le podrá quitar. Pero el que no
coge este camino se queda atrás y jamás saboreará la paz verdadera. Así se ve
cuáles son los verdaderos testimonios de Cristo”…
Juan Taulero
(hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Sermón 21, para
la Ascensión
PARA REZAR
Oración
del testigo
Es
hora de ser tus testigos, Señor del alba.
Es hora de construir juntos la Civilización del amor.
Es hora de salir a las plazas y ciudades como hermanos.
Es hora de hacer del mundo un arco iris de unidad y de color.
Es hora de construir juntos la Civilización del amor.
Es hora de salir a las plazas y ciudades como hermanos.
Es hora de hacer del mundo un arco iris de unidad y de color.
Es
hora de anunciar la vida desde la vida hecha fiesta.
Es hora de gritar al mundo de los hombres tu salvación.
Es hora de gritar como voceros del alba a hombres y mujeres,
que el Crucificado ha resucitado, y el mundo sabe a redención.
Es hora de gritar al mundo de los hombres tu salvación.
Es hora de gritar como voceros del alba a hombres y mujeres,
que el Crucificado ha resucitado, y el mundo sabe a redención.
Es
hora de vivir en la luz y abrir caminos sin fronteras.
Es hora de darse la mano y hacer un coro grande al sol.
Es hora de decir a los miedosos; no teman, tengan ánimo,
que el mundo, el corazón del mundo, vive en Resurrección.
Es hora de darse la mano y hacer un coro grande al sol.
Es hora de decir a los miedosos; no teman, tengan ánimo,
que el mundo, el corazón del mundo, vive en Resurrección.
Es
hora de juntarnos como amigos en un solo pueblo.
Es hora de marchar unidos sembrando la paz y el amor.
Es hora de llamar al hombre hermano, hermano mío.
Es hora de vivir en armonía, en lazos de hermandad y comunión.
Es hora de marchar unidos sembrando la paz y el amor.
Es hora de llamar al hombre hermano, hermano mío.
Es hora de vivir en armonía, en lazos de hermandad y comunión.
Que
así sea.
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