21
de noviembre de 2019 – TO – JUEVES DE LA XXXIII
SEMANA
Si hubieras comprendido el mensaje de paz
La Presentación de la Santísima Virgen María
Mi alma
proclama la grandeza del Señor.
Lectura
de la profecía de Zacarías 2, 14-17
Grita
de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio serán un
pueblo para él y habitarán en medio de ti. ¡Así sabrás que me ha enviado a ti
el Señor de los ejércitos!
El
Señor tendrá a Judá como herencia, como su parte en la Tierra santa, y elegirá
de nuevo a Jerusalén. ¡Que callen todos los hombres delante del Señor, porque
él surge de su santa Morada!
Palabra
de Dios.
SALMO Lc
1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55 (R.: 49)
R. El
Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Su nombre es santo.
Mi
alma canta la grandeza del Señor,
y
mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. R.
Porque
el miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En
adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque
el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su
Nombre es santo! R.
Su
misericordia se extiende de generación en generación
sobre
aquellos que lo temen.
Desplegó
la fuerza de su brazo,
dispersó
a los soberbios de corazón. R.
Derribó
a los poderosos de su trono
y
elevó a los humildes.
Colmó
de bienes a los hambrientos
y
despidió a los ricos con las manos vacías. R.
Socorrió
a Israel, su servidor,
acordándose
de su misericordia,
como
lo había prometido a nuestros padres,
en
favor de Abraham
y
de su descendencia para siempre. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 12, 46-50
Jesús
estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban
afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos
están ahí afuera y quieren hablarte.»
Jesús
le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y señalando con
la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque
todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi
hermano, mi hermana y mi madre.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
El
20 de noviembre del 543, tuvo lugar en Jerusalén la dedicación de la basílica
de Santa María la Nueva, erigida sobre la colina de Sión, ante la explanada del
templo. Las Iglesias de Oriente han ligado a esta dedicación el recuerdo de la
«Entrada en el Templo de la Santísima Madre de Dios», que recogen las
narraciones antiguas.
Desde
siempre, y al estilo de cada época, a los niños o a los adolescentes se los ha
presentado en comunidad para dejar constancia de la pertenencia de ellos al
grupo. Inclusive religiosamente, el bautismo cristiano es una primera
presentación: el abrirle la puerta de la fe al nuevo miembro.
Cuenta
la tradición que por aquellos tiempos también se daban las presentaciones en el
templo, y que Ana y Joaquín acudieron al lugar para ofrecer a su muchachita al
Todopoderoso. Es lo que hoy celebra, como fiesta, la Iglesia.
La
presentación de María en el templo no está narrada en ningún texto de la
Sagrada Escritura; de él, sin embargo, hablan abundantemente y con muchos
detalles algunos escritos apócrifos…Según el texto apócrifo del llamado
“Proto-evangelio de Santiago, la Virgen habría nacido en Jerusalén; sus padres,
llamados Joaquín y Ana, la habrían concebido ya ancianos después de muchas
súplicas a Yahvé a causa de la esterilidad; la habrían ofrecido al Señor y la
habrían presentado, niña aún, en el templo, para que viviera allí su infancia.
En
esta versión encontramos una hermosa leyenda en la que se describe poéticamente
la presentación de la pequeña María en el Templo de Jerusalén: “El sacerdote la
acogió, la besó, la bendijo y la sentó en el tercer escalón del
altar. Y ella danzó sobre sus piececitos y toda la casa de Israel
comenzó a quererla. Sus padres se marcharon admirados. María era
alimentada en el Templo como una paloma y recibía el alimento por manos de
un ángel”.
La
fiesta mariana de hoy, nació de esta tradición popular. Pero más allá de la
leyenda encontramos buenos motivos para comprender mejor el misterio de María y
también el nuestro.
Una
acción de gracias al Dios de la vida. San Joaquín y Santa Ana le agradecen a
Dios el don de la vida de su hija, mediante el rito de la presentación en el
Templo. Es lo mismo que María hará con su propio hijo Jesús, cuando al llevarlo
al Templo de Jerusalén, ella dé gracias públicamente por el don de su
maternidad y por el don de la vida nueva que ha venido al mundo.
Una
consagración de esta vida a Dios para vivir en sintonía con su querer. En la
presentación en el Templo, a la acción de gracias, le sigue un acto de
consagración, de ofrecimiento de la vida a Dios. Por encima del acontecimiento
que puede servir como soporte a esta festividad, María aparece hoy la Purísima,
«la fuente perpetuamente manante del amor», “el templo espiritual de la santa
gloria de Cristo nuestro Dios” (Liturgia bizantina)
Se
trata de una hermosa y devota creación, que compendia rasgos salientes del
Antiguo Testamento. La avanzada edad de los progenitores cuadra bien con los
orígenes de la que verdaderamente es “don de Dios”; más todavía que Isaac para
el longevo Abraham y que los hijos de Raquel.
El
voto de los padres de entregar a su hija al servicio exclusivo de Dios,
actualiza el gesto de Ana, madre de Samuel, que después de dar a luz a su hijo,
de forma milagrosa, lo dedica totalmente al templo de Silo. A los tres años,
por otra parte, tenía lugar el destete, según II Mac 7, 27. En María, Israel ha
dado por fin la respuesta fiel, que Dios esperaba desde siempre al compromiso
de la alianza. Con María nace la Iglesia de Cristo y se realiza como comunidad
consagrada al Señor. Su respuesta: “Soy la sierva del Señor, hágase en mí según
tu palabra” (Lc 1, 38), son el eco fiel del ofrecimiento que el “Siervo de
Dios” hará de su vida al Padre: “He aquí que vengo…para hacer, oh Dios, tu
voluntad” (Hebr 10, 7 citando el Sal 40, 8 – 9).
María,
mucho mejor que el templo de Salomón, alberga al hijo de Dios en su seno;
anticipando la vocación de los creyentes y de la Iglesia, templo del Dios
viviente, que se encuentra en espera de la Jerusalén celestial; donde ya no
habrá templo, puesto que Dios habita allí para siempre. A esto apunta la
primera lectura del profeta Zacarías, escogida para esta liturgia: “Grita y
alégrate, hija de Sión, porque yo vengo a habitar en medio de ti” (Zac 2, 14).
Naciones numerosas se adherirán al Señor y Él habitará en medio de su pueblo.
La fiesta de la Entrada, o la Presentación, de la Madre de Dios en el Templo,
es la que celebra el fin del “Templo de piedra” en Jerusalén como la morada de
Dios. Cuando la niña María entra al templo, la época del templo llega a su fin,
y se revela el “preludio de la buena voluntad de Dios”. En este festejo
celebramos, en la persona de la Madre de Cristo Dios, que nosotros también
somos templo y morada del Señor.
La
Presentación de María, como se dice en Occidente, es el símbolo de la
consagración que la Virgen Inmaculada hizo de sí misma al Señor en los albores
de su vida consciente. Hoy contemplamos la dedicación total de María a la
voluntad de Dios. Por eso es que hoy leemos en el evangelio la definición que
Jesús da de su propia familia: “Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre
celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mt 12,50).
María
es plenamente la Madre de Jesús, no solamente porque lo llevó nueve meses en su
vientre, porque lo dio a luz, porque lo alimentó y lo educó, sino porque ella
escuchó y obedeció con una dedicación total su Palabra, porque esta Palabra fue
el fuego que ardió en su corazón y le indicó la ruta de su proyecto de vida.
Durante
toda su vida, desde la presentación en el Templo como ofrenda viviente al Señor
y desde aquél día en que con su “sí” aceptó ser la Madre de Jesús, hasta la
dramática experiencia del Calvario, María fue signo de la adhesión, de la
fidelidad, de la consagración total a la voluntad de Dios.
De
esta forma el misterio de María no se agota en ella misma sino que ilumina
profundamente la vida de “todo” aquel que como ella viva un serio camino de
discipulado. Porque María, por su consagración total a la voluntad de Dios, es
el primer y más claro ejemplo del cumplimiento de las palabras de Jesús que
escuchamos hoy, ella es también verdaderamente la “Madre” de la nueva familia
de Jesús. María fue la primera y mejor cumplidora de la voluntad divina, cuando
respondió: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38) y al proponer sin
vacilar, pese a un aparente rechazo en Caná: “Hagan todo lo que Él les diga”.
Jn 2, 5.
Este
trozo de Mateo, entonces, lejos de significar un rechazo de María, en labios de
su propio Hijo, revela a plena luz el gran papel de esta Madre en los planes de
Dios: fue elegida para ser madre de muchos hermanos, que por la fe y la
obediencia, darían constantemente nueva carne al Hijo que ella presentó al
mundo.
He
ahí la gran enseñanza de María para la Iglesia en este tiempo: haber sido
reconocida por su Hijo como cumplidora de la Palabra, pero también, su gran
invitación: tratar de ser reconocidos nosotros por lo mismo. Cumplir la Palabra
es el gran mensaje de hoy, en esta Fiesta de la Presentación de María. Será
necesario mirar a fondo nuestro caminar, para encontrar nuevas opciones para cumplirla.
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”María
se consagra para siempre al servicio de Dios, y si sale del Templo es solamente
porque Ella es el templo vivo en que debe habitar Jesús. ¿No es verdad acaso
que te has presentado alguna vez a Dios para servirlo? Pero, cobarde de tí,
pronto te has cansado de servir a un Señor tan bueno: te has retractado, con
tus acciones, de la promesa que le habías hecho! Virgen Santa, preséntame a tu
Hijo muy amado; quiero ser todo de Él hasta el fin de mi vida. En un cristiano,
no es el comienzo, sino el fin lo que merece elogios”…
San Jerónimo.
De la feria
Si hubieras
comprendido el mensaje de paz
Lectura
del primer libro de los Macabeos 2, 15-29
Los
delegados del rey, encargados de imponer la apostasía, llegaron a la ciudad de
Modín para exigir que se ofrecieran los sacrificios. Se presentaron muchos
israelitas, pero Matatías y sus hijos se agruparon aparte. Entonces los
enviados del rey fueron a decirle: «Tú eres un jefe ilustre y gozas de
autoridad en esta ciudad, respaldado por hijos y hermanos. Sé el primero en
acercarte a ejecutar la orden del rey, como lo han hecho todas las naciones, y
también los hombres de Judá y los que han quedado en Jerusalén. Así tú y tus
hijos, serán contados entre los Amigos del rey y gratificados con plata, oro y
numerosos regalos.»
Matatías
respondió en alta voz: «Aunque todas las naciones que están bajo el dominio del
rey lo obedezcan y abandonen el culto de sus antepasados para someterse a sus
órdenes, yo, mis hijos y mis hermanos nos mantendremos fieles a la Alianza de
nuestros padres. El Cielo nos libre de abandonar la Ley y los preceptos.
Nosotros no acataremos las órdenes del rey desviándonos de nuestro culto, ni a
la derecha ni a la izquierda.»
Cuando
acabó de pronunciar estas palabras un judío se adelantó a la vista de todos,
para ofrecer un sacrificio sobre el altar de Modín, conforme al decreto del
rey. Al ver esto, Matatías se enardeció de celo y se estremecieron sus
entrañas; y dejándose llevar por una justa indignación, se abalanzó y lo
degolló sobre el altar. Ahí mismo mató al delegado real que obligaba a ofrecer
los sacrificios y destruyó el altar. Así manifestó su celo por la Ley, como lo
había hecho Pinjás con Zimrí, hijo de Salú.
Luego
comenzó a gritar por la ciudad con todas sus fuerzas: «Todo el que sienta celo
por la Ley y quiera mantenerse fiel a la Alianza, que me siga.» Y abandonando
todo lo que poseían en la ciudad, él y sus hijos huyeron a las montañas.
Entonces
muchos judíos, amantes de la justicia y el derecho, se retiraron al desierto
para establecerse allí.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
49, 1-2. 5-6. 14-15 (R.: 23b)
R. Al
que va por el buen camino, le haré gustar la salvación de Dios.
El
Dios de los dioses, el Señor,
habla
para convocar a la tierra
desde
la salida del sol hasta el ocaso.
El
Señor resplandece desde Sión,
que
es el dechado de toda hermosura. R.
«Reúnanme
a mis amigos,
a
los que sellaron mi alianza con un sacrificio.»
¡Que
el cielo proclame su justicia, porque el Señor
es
el único Juez! R.
«Ofrece
al Señor un sacrificio de alabanza
y
cumple tus votos al Altísimo;
invócame
en los momentos de peligro:
yo
te libraré, y tú me glorificarás.» R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 19, 41-44
Cuando
estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: «¡Si tú
también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está
oculto a tus ojos.
Vendrán
días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te
sitiarán y te atacarán por todas partes. Te arrasarán junto con tus hijos, que
están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has
sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
En
la lectura de hoy volvemos del segundo al primer libro de los Macabeos, y nos
encontramos con los comienzos de la revuelta macabea encabezada por el
sacerdote Matatías, hijo fiel a Yahvé y su Ley, en los días y persecución de
Antíoco Epífanes.
Un
inspector real llega a Modín, un pueblo, situado a unos 30 kilómetros de
Jerusalén donde reside el sacerdote Matatías. Este pueblo ha escapado durante
cierto tiempo al control policial hasta que finalmente se presenta un enviado
real y obliga a hacer un sacrificio.
Invita
a Matatías para que lo haga dado que posee mucho ascendiente sobre el pueblo;
pero éste se niega rotundamente. Un judío, por miedo a represalias posteriores
intenta cumplir las órdenes del rey. Matatías lo mata y mata también al
inspector real.
Este
acto da pie, para pasar de la resistencia pasiva a la lucha abierta. Matatías
hace una invitación general para unirse a sus filas y refugiarse en la montaña.
Al grupo de Matatías se suman, entre otros, los asideos ya en esta época un
partido religioso más o menos estructurado. Los “piadosos” son los que han
permanecido fieles a las tradiciones patrias, mientras muchos judíos se han
relajado en lo que respecta a la observancia de la ley.
Entre
todos forman un verdadero ejército, no suficiente para enfrentarse abiertamente
con el real, pero sí para no dejarlos tranquilos haciendo una guerra de
guerrillas constantes.
Al
comienzo de la revuelta, Matatías ya es anciano y no puede resistir por mucho
tiempo esa vida. A punto de morir deja una especie de testamento espiritual
donde hace memoria de la historia de Israel y de sus personajes más
importantes, tratando de demostrar que Dios, no abandona a los que luchan por
Él. Termina con una exhortación al coraje y designa a sus sucesores.
***
El
evangelio de Lucas nos viene indicando desde el comienzo del camino el
progresivo acercamiento de Jesús a Jerusalén. Los conflictos de igual modo han
venido creciendo y están a punto de estallar.
La
escena que nos transmite Lucas se sitúa en la ladera del monte de los Olivos,
junto a Jerusalén donde se puede apreciar la ciudad en todo su esplendor. Lo
que aparece en primer plano es la silueta imponente del templo y la puerta
dorada que da al este. Jesús contempla la magnificencia de la ciudad y
prorrumpe, llorando, en una lamentación. Jesús ama a su pueblo. Lo ama de una
forma violenta y dolorosa. La que estaba llamada a ser símbolo de paz será
escenario de devastaciones y guerras.
Jerusalén
se había convertido en el centro religioso, político y militar que dominaba las
ciudades que la rodeaban. El templo edificado para dar culto al Dios verdadero,
era el centro comercial por excelencia de la nación. Allí se guardaba el tesoro
donde se apoyaban las riquezas de los dirigentes y poderosos. Por otro lado, en
la ciudad de Dios, los pobres andaban marginados, sin empleo y hambrientos.
Como ciudad capital se ha convertido en el centro de la explotación económica
de la población, siguiendo un camino que en vez de acercar, aleja la paz.
Todo
lo que los dirigentes religiosos y políticos habían hecho era para mantener el
templo y el sistema reinante y no por el bien común; y esto caería en cualquier
momento. La actitud belicosa de los nacionalistas inevitablemente los
conduciría a una guerra.
Pero
esa realidad histórica y social es la muestra de algo más profundo: Jerusalén
no reconoce en ella la presencia de su salvador. Esa es la gran paradoja. Lo
tienen delante y no lo ven. Está con ellos y no lo reconocen. Los jefes
religiosos de la ciudad rechazan al Mesías de la paz. No quieren aceptar que
este es un momento decisivo, es la gran posibilidad que Dios ofrece. No
reconocen el tiempo en que son visitados por la gracia. Está oculto a sus ojos,
es decir, como si Dios ocultase la salvación cuando los hombres la rechazan.
Jesús
llora sobre Jerusalén y no es la única vez que lo hace. Jesús no ha venido a
destruir el viejo pueblo sino a reconstruirlo. Jesús no está pensando sólo en
el sufrimiento de sus compatriotas; está pensando en la negativa humana a
recibir la gran liberación.
La
palabra profética de condena toca toda realidad que se cierra al mensaje de
Dios. La condena de Jerusalén, como la condena de las ciudades del lago, es la
constatación de que toda sociedad construida al margen de Dios, ya está en vías
de su destrucción.
Pero
Jesús sabe también, que ese poder de rechazar, no va a impedir que actúe el
amor salvador de Dios. La historia de la salvación seguirá otros caminos. El
ofrecimiento de la paz, suma de todos los bienes para realizar la propia
existencia en dignidad, puede ser libremente aceptada o libremente rechazada.
Pero de su aceptación o rechazo depende la posibilidad o no de la vida en
plenitud. La vida en la fe, está ligada siempre, a las visitas de Dios.
Repetidas veces en el curso de nuestra historia, Dios se ha acercado a nosotros
y en infinidad de ocasiones no supimos reconocer el paso salvador de Dios. Dios
prefiere “llorar de impotencia en Jesús antes que privar al hombre de su
libertad”. Stöger.
Se
impone abrir el corazón para ser sensibles a la Palabra que Dios mismo nos dice,
y a esa palabra que son nuestros hermanos, especialmente los más pobres y
dejados de lado; que son oportunidades que Dios pone en nuestro camino;
oportunidades para realizar nuestra misión.
PARA DISCERNIR
¿Estoy
atento al paso de Dios?
¿Puedo
reconocerlo en la vida cotidiana?
¿Lo
reconozco en los sufrimientos de mis hermanos?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
Que
me abra Señor a tu visita
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Cuando
se fue acercando, al ver la ciudad, lloró por ella.»
…”Cuando
Nuestro Señor y Salvador se acercó a Jerusalén, al ver la ciudad lloró por
ella.»Si en este día comprendieras tú también los caminos de la paz!» Pero tus
ojos siguen cerrados. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán con
trincheras, te cercarán y te acosarán por todas partes…» (Lc 19,41ss) Puede que
alguien diga: -Está claro el sentido de estas palabras; de hecho, se han
realizado en cuanto a Jerusalén; el ejército romano la sitió y devastó hasta el
exterminio y el tiempo vendrá en que no quedará piedra sobre piedra…
No
lo niego; Jerusalén ha sido destruido a causa de su ceguera, pero pregunto: ¿El
llanto no se refería a nuestra Jerusalén? Porque nosotros somos aquella
Jerusalén sobre la que Jesús lloró, nosotros que imaginamos tener una vista tan
penetrante. Si, una vez instruidos sobre los misterios de la verdad, después de
haber recibido la palabra del evangelio y la doctrina de la Iglesia, alguien de
entre nosotros peca, provocará lamentos y llantos, porque no se llora sobre los
paganos sino sobre aquel que después de haber formado parte de Jerusalén se ha
separado de ella.
Hay
llantos sobre nuestra Jerusalén porque a causa de sus pecados los enemigos van
a sitiarla, es decir, las fuerzas adversas, los espíritus malos. Levantarán en
torno a ella trincheras, la sitiarán, y no quedará piedra sobre piedra. Esto es
lo que sucederá cuando después de largos años de continencia y de castidad, el
hombre sucumbe, vencido por las seducciones de la carne….Esta es la Jerusalén
sobre la cual se llora”…
Orígenes (hacia
185-253) presbítero y teólogo
Homilía 38,
sobre el evangelio de Lucas; PG 13, 1896-1898
PARA REZAR
Dios,
tu comunidad está acá para pedirte nos ayudes
a
construir un Mundo Nuevo donde abunde la Paz.
Somos tus hijos e hijas que de diferentes lugares
Somos tus hijos e hijas que de diferentes lugares
de
esta tierra bendita que nos regalaste,
estamos aquí para compartir nuestras necesidades
estamos aquí para compartir nuestras necesidades
y
ponerlas en tus manos.
Estamos confiados que nos escucharás y ayudarás,
Estamos confiados que nos escucharás y ayudarás,
pues
eres un Dios de amor que te brindas a toda la humanidad.
Te pedimos para que transformes los corazones duros
Te pedimos para que transformes los corazones duros
de
aquellos que sólo quieren poder y riquezas.
Te pedimos por nuestros niños y niñas que mueren día a día
Te pedimos por nuestros niños y niñas que mueren día a día
por
hambre, violencia, enfermedades, marginalidad.
Te pedimos por tantas familias que quedaron devastadas
Te pedimos por tantas familias que quedaron devastadas
por
la muerte violenta de sus seres queridos,
ocasionados
por atentados, robos, secuestros, falta de seguridad.
Te pedimos que nos ayudes a librarnos del egoísmo,
Te pedimos que nos ayudes a librarnos del egoísmo,
el
individualismo, del orgullo, del odio,
que
sólo nos lleva a generar más muerte.
Te pedimos que nos acompañes a transitar los senderos más sinuosos
Te pedimos que nos acompañes a transitar los senderos más sinuosos
y
a llegar a los lugares más inhóspitos para conocer,
ayudar
y valorar a las personas que son ignoradas
y
abandonadas por los sistemas políticos y económicos.
Te pedimos que nos ayudes a renovar nuestras fuerzas
Te pedimos que nos ayudes a renovar nuestras fuerzas
y
seamos luces en el camino para quienes te estén buscando.
Y, porque sabemos que Tú todo lo puedes,
Y, porque sabemos que Tú todo lo puedes,
te
pedimos nuestro Dios que nos ayudes a construir
Comunidades
de Paz para Todos.
Tú nos diste a Jesús y por Él aprendimos a ser fuertes y a amar incondicionalmente.
Por Él y en Él, es que te lo pedimos. Amén.
Tú nos diste a Jesús y por Él aprendimos a ser fuertes y a amar incondicionalmente.
Por Él y en Él, es que te lo pedimos. Amén.
Virginia
Mínico
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