15
de octubre de 2019 – TO – MARTES DE LA XXVIII
SEMANA
Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia
Den como
limosna lo que tienen y todo será puro
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo
a
los cristianos de Roma 1, 16-25
Hermanos:
Yo
no me avergüenzo del Evangelio, porque es el poder de Dios para la salvación de
todos los que creen: de los judíos en primer lugar, y después de los que no lo
son. En el Evangelio se revela la justicia de Dios, por la fe y para la fe,
conforme a lo que dice la Escritura: El justo vivirá por la fe.
En
efecto, la ira de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad y la
injusticia de los hombres, que por su injusticia retienen prisionera la verdad.
Porque todo cuanto de se puede conocer acerca de Dios está patente ante ellos:
Dios mismo se lo dio a conocer, ya que sus atributos invisibles -su poder
eterno y su divinidad- se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde
la creación del mundo, por medio de sus obras.
Por
lo tanto, aquellos no tienen ninguna excusa en efecto, habiendo conocido a
Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde. Por el
contrario, se extraviaron en vanos razonamientos y su mente insensata quedó en
la oscuridad. Haciendo alarde de sabios se convirtieron en necios, y cambiaron
la gloria del Dios incorruptible por imágenes que representan a hombres
corruptibles, aves, cuadrúpedos y reptiles.
Por
eso, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, Dios los entregó a una
impureza que deshonraba sus propios cuerpos, ya que han sustituido la verdad de
Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador,
que es bendito eternamente. Amén.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
18, 2-3. 4-5ab (R.: 2a)
R. El
cielo proclama la gloria de Dios.
El
cielo proclama la gloria de Dios
y
el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un
día transmite al otro este mensaje
y
las noches se van dando la noticia. R.
Sin
hablar, sin pronunciar palabras,
sin
que se escuche su voz,
resuena
su eco por toda la tierra
y
su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41
Cuando
terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se
sentó a la mesa. El fariseo se extrañó que no se lavara antes de comer.
Pero
el Señor le dijo: «¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa
y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El
que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como
limosna lo que tienen y todo será puro.»
Palabra
del Señor.
Para reflexionar
La
fe estará en el centro de toda la Carta a los Romanos. La fe en Cristo es
recibida por pura gracia. Tener fe en alguien es entregarse a él, abandonarse a
él, poner todo el ser en sus manos. Tener fe en alguien es creer
suficientemente en su palabra para que ella se haga nuestra propia palabra.
Para
Pablo el Evangelio, es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que
cree: del “judío” en primer lugar y también del «griego» después. El evangelio
no es “algo” estático, pasivo; es un “dinamismo de Dios”, es una “fuerza en
acción”.
La
“Justicia de Dios” se revela en el Evangelio. Esta justicia no es la que
corresponde a un juez que recompensa o castiga, sino la que salva y justifica.
El hombre la recibe si colabora. Esta justicia no se alcanza ni mediante los
esfuerzos del hombre, ni por cumplir la ley, ni por pertenecer a la raza de
Abraham. Se obtiene mediante la fe, la obediencia al Evangelio y la aceptación
de su poder.
Se
trata de una actitud activa de Dios que «justifica», que «hace ser justo». Es
Dios quien salva por su gracia. Y la fe del hombre es, justamente, la
«correspondencia» a ese acto divino. Nos salvamos acogiendo por la fe la
salvación, la justicia, que Dios nos da.
Pablo
aborda después la cuestión del conocimiento natural de Dios. Para Pablo, la
incapacidad en la que el hombre se encuentra, de conocer a Dios a través de lo
creado, no es de tipo intelectual; sino de orden moral: el hombre ha hecho de
sí mismo el centro del mundo, perdiendo así progresivamente la posibilidad de
leer la presencia de Dios en las cosas creadas.
El
hombre es libre para rechazar a Dios, pero no puede evitar las consecuencias de
tal acción. La sabiduría de Dios es distinta de la de los hombres. Al que vive
entregado a los caprichos de su yo y a las exigencias del mundo, le parece mera
locura. La sabiduría de Dios se manifiesta en la Cruz de Cristo de un modo
claro e incomprensible, al mismo tiempo.
***
Continúa
el viaje de Jesús, camino de Jerusalén. Lucas sitúa en este contexto una serie
de recomendaciones y episodios. Durante tres días escucharemos sus duras
invectivas contra los fariseos. La preocupación farisea por la pureza legal,
dividía a la humanidad en “puros” e “impuros”, en judíos y no-judíos,
desfigurando el verdadero Rostro de Dios.
Jesús
confronta al fariseo y a los presentes y los llama a revisar su actitud de
vida. Muchos de ellos empleaban la pureza ritual para encubrir los robos, las
injusticias y las malas intenciones que cometían diariamente. El pueblo acudía
a ellos buscando un juicio justo, la defensa de sus derechos, pero a ellos sólo
les interesaba sacar beneficio económico de su servicio.
Jesús
denuncia, especialmente en los fariseos, una concepción de la vida que apaga la
Palabra y le impide alcanzar a los hombres. Jesús cuestiona estas prácticas y
muestra cómo son continuadores de una mala tradición que no reconoce el valor
del ser humano. La ley por la ley esclaviza, mata, aleja cada vez más la
probabilidad de la acción de Dios en nuestros corazones. Lo que verdaderamente
mancha, es la maldad interior, que convierte al hombre y a la mujer en injustos
respecto de los otros.
La
práctica cristiana consiste en el mandamiento del amor. El amor es el que hace
el corazón puro, no las prácticas rituales vacías de contenido. La pureza
interior es el resultado del amor a los demás.
Aparece
una nueva ley, que no es una ley preceptual que achica la vida y la somete,
sino la novedad de la verdadera la libertad. Jesús habla de la limosna,
considerada por los judíos como una de las obras más excelentes, pero insiste,
en la necesidad de un cambio interior y sincero, que sin descuidar las normas
de vida comunitaria o cultural, supere el cumplimiento del dar dinero en atención
a la prescripción legal, y permita la realización de una sociedad más justa y
equilibrada. No alcanza que entreguemos ofrendas en el templo o alguna limosna,
si no sentimos en carne propia, el dolor del que sufre la miseria, y
descuidamos la práctica de la misericordia y del amor solidario.
Para discernir
¿Qué
concepto tengo de pureza?
¿Qué
relación encuentro entre pureza y caridad?
¿Qué
lugar ocupa la limosna en mi camino de fe?
Repitamos a lo largo de este día
Tu
Palabra Señor es mi alegría
Para la lectura espiritual
«El
que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?»
…”«Vosotros,
los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato». Como veis, nuestros
cuerpos son llamados aquí con los nombres de objetos de tierra y frágiles, que
una simple caída puede romper. Y los íntimos sentimientos del alma son llamados
por expresiones y gestos del cuerpo, tal como lo que encierra el interior de
una copa se deja ver por fuera. .. Ved, pues, que no es el exterior de una copa
o de un plato lo que nos ensucia el interior.
Como
buen maestro, Jesús os ha enseñado cómo limpiar las manchas de nuestro cuerpo,
diciendo: Más bien dad como limosna lo que tenéis y todo le demás será puro en
vosotros». ¡Veis bien cuántos remedios hay! La misericordia nos purifica. La
palabra de Dios también nos purifica, tal como está escrito: «Vosotros estáis
ya limpios gracias a la palabra que os he anunciado» (Jn 15,3)…
Es
el punto de partida de un buen pasaje: el Señor nos invita a buscar la
simplicidad y condena el estar ligado a lo que es superfluo y ramplón. Los
fariseos, a causa de su fragilidad, son comparados, y no sin razón, a la copa y
al plato: observan escrupulosamente puntos que no tienen ninguna utilidad para
nosotros, y olvidan aquello donde se encuentra el fruto de nuestra esperanza.
Cometen, pues, una gran falta, despreciando lo mejor. Y sin embargo, también a
esta falta se le ha prometido el perdón si viene detrás de la misericordia y la
limosna”…
San Ambrosio
(hacia 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia Comentario al evangelio
de Lucas, 7, 100-102
Para rezar
Oración
para la acción
Señor,
danos la sabiduría
que juzga desde arriba y ve a lo lejos
danos el Espíritu que omite
lo insignificante en favor de lo esencial.
Enséñanos a serenarnos
frente a la lucha y a los obstáculos
y a proseguir en la fe, sin agitación
el camino por ti trazado.
Danos una actividad serena
que abarque con una visión
unitaria, la totalidad.
Ayúdanos a aceptar la crítica
y la contradicción
Haz que sepamos evitar
el desorden y la dispersión.
Que amemos todas las cosas
juntamente contigo
Oh Dios, fuente de ser,
únenos a Ti y a todo lo que te converge
hacia la alegría y la eternidad. Amén.
que juzga desde arriba y ve a lo lejos
danos el Espíritu que omite
lo insignificante en favor de lo esencial.
Enséñanos a serenarnos
frente a la lucha y a los obstáculos
y a proseguir en la fe, sin agitación
el camino por ti trazado.
Danos una actividad serena
que abarque con una visión
unitaria, la totalidad.
Ayúdanos a aceptar la crítica
y la contradicción
Haz que sepamos evitar
el desorden y la dispersión.
Que amemos todas las cosas
juntamente contigo
Oh Dios, fuente de ser,
únenos a Ti y a todo lo que te converge
hacia la alegría y la eternidad. Amén.
Padre
Ignacio Larrañaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.