14
de mayo de 2019 - MARTES DE LA IV SEMANA DE PASCUA
14 de mayo – San
Matías Apóstol (F)
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos
Lectura
de los Hechos de los Apóstoles Hech.1, 15-17. 20-26
Uno
de esos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos – los que estaban
reunidos eran alrededor de ciento veinte personas – y dijo:
“Hermanos,
era necesario que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por
boca de David, habla de Judas, que fue el jefe de los que apresaron a Jesús. El
era uno de los nuestros y había recibido su parte en nuestro ministerio.
En
el libro de los Salmos está escrito: “Que su casa quede desierta y nadie la
habite”. Y más adelante: “Que otro ocupe su cargo”.
Es
necesario que uno de los que han estado en nuestra compañía durante todo el
tiempo que el Señor Jesús permaneció con nosotros, desde el bautismo de Juan
hasta el día de la ascensión, sea constituido con nosotros testigo de su
resurrección”.
Se
propusieron dos: José, llamado Barrabás, de sobrenombre el Justo, y Matías. Y
oraron así: “Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de
los dos elegiste para desempeñar el ministerio del apostolado, dejado por Judas
al irse al lugar que le correspondía”. Echaron suertes, y la elección cayó
sobre Matías, que fue agregado a los once apóstoles.
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 112,1-8
R. El
Señor lo hizo sentar entre los nobles de su pueblo.
Alaben
servidores del Señor,
alaben
el nombre del Señor.
Bendito
sea el nombre del Señor,
desde
ahora y para siempre. R.
Desde
la salida del sol hasta su ocaso,
sea
alabado el nombre del Señor.
El
Señor está sobre todas las naciones,
su
gloria se eleva sobre el cielo. R.
¿Quién
es como el Señor, nuestro Dios,
que
tiene su morada en las alturas,
y
se inclina para contemplar
el
cielo y la tierra? R.
Él
levanta del polvo al desvalido,
alza
al pobre de su miseria,
para
hacerlo sentar entre los nobles,
entre
los nobles de su pueblo. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17
Jesús
dijo a sus discípulos:
Como
el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si
cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les
he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
Este
es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.
No
hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si
hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor
ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer
todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo
el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese
fruto sea duradero.
Así
todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo
que yo les mando es que se amen los unos a los otros.
Palabra
del Señor
Para reflexionar
Judas,
elegido del Señor, abandonó al Maestro, entregándolo para ser apresado y
condenado; y desde ese momento, en el número simbólico de Doce apóstoles quedó
una vacante que convenía ocupar. La comunidad de Jerusalén, y Pedro con ella,
decidieron cubrir esa ausencia eligiendo entre todos a un nuevo apóstol. Las
exigencias para el candidato son: haber acompañado a Jesús durante su
ministerio y ser testigo de su resurrección.
“Echaron
suerte”, y Matías, fue elegido por la comunidad para que ocupara el puesto
número doce, quedando asociado al grupo de los once apóstoles. Para Lucas, era
urgente recomponer el número de doce, porque ellos constituyen las doce
columnas de la Iglesia, en claro paralelismo con las doce tribus de Israel.
***
El
breve pasaje del evangelio según san Juan, que la liturgia nos presenta en la
festividad de san Matías, nos sitúa ante el misterio de la llamada de Dios que
siempre escapa a nuestros cálculos humanos demasiado razonables.
El
Padre demostró su amor a Jesús comunicándole la plenitud de su Espíritu. Jesús
demuestra su amor a los discípulos de la misma manera, comunicándoles el
Espíritu que está en Él; la unión a Jesús se formula ahora en términos de amor.
Los discípulos son llamados a vivir en el ámbito de ese amor. Jesús pone en
paralelo la relación de los discípulos con Él y la suya con el Padre.
El
cumplimiento de sus mandamientos es signo de la permanencia en su amor, así
como Él permanece en el amor del Padre porque cumple sus mandamientos. Estos
mandamientos implican una vida de servicio a los hombres. No existe amor a
Jesús sin compromiso con los demás.
Los
mandamientos del Padre a Jesús son el cumplimiento de su misión de salvar a la
humanidad. La verdad de la experiencia interior de amor a Jesús, y de Jesús al
Padre está dada por el amor puesto en obra.
La
alegría que Jesús les anuncia nace de la experiencia que produce el amor
practicado. Los discípulos viven por el amor de Jesús y Él comparte con ellos
su propia alegría que procede de la experiencia de amor con el Padre.
Lo
que constituye la nueva comunidad y le da identidad es la unidad en el amor y a
su vez es el fundamento de la misión. Donde no existe comunidad de amor mutuo
no hay nada que anunciar. Jesús les explicará que la adhesión y el amor hacia
Él, se da en términos de amistad. No son siervos sino amigos. La diferencia
entre el siervo y el amigo se basa en la confianza. Esta es una amistad
exigente y comprometida con la causa del Reino. Por eso el llamado no se agota,
en la intimidad del corazón del discípulo, ni es un asunto exclusivo de
religiosos o religiosas, presbíteros o diáconos.
El
llamado de Jesús es una oportunidad para entablar amor y amistad con Él que se
corrobora en la misión; los discípulos son sus colaboradores. Él espera que el
trabajo de los suyos tenga un fruto duradero que vaya cambiando la humanidad.
Por otro lado los frutos de alegría y la paz en la vida del discípulo y la
comunidad son el resultado lógico y sobrenatural del amor a Dios y del espíritu
de servicio al prójimo. A través de los discípulos se derrama la corriente de
su amor.
Esta
fiesta del apóstol Matías nos muestra que todo es don en nuestra vida. El
nombre de Matías significa don, regalo de Dios, y también nos recuerda cómo
Jesús puede hacer el llamado, a través de la comunidad de creyentes.
Todos
somos amados, elegidos de Dios. Jesús llama a todo hombre a comprometerse para
hacer de este mundo casa de todos, y esto, de forma totalmente gratuita. Dios
reparte su gracia con generosidad a la que debemos corresponder también con
generosidad para ser, igual que Matías, testigos fieles del amor y elección de
Jesús.
Para discernir
¿Vivo
mi relación con Jesús en términos de amistad?
¿Experimento
la llamada gratuita de Dios?
¿Descubro
los llamados que hace a partir de la comunidad?
Repitamos a lo largo de este día
Me
eligió para ser su amigo
Para la lectura espiritual
…”El
apóstol Pablo escribe: ¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!» (Rm
11,33)… «Lo has hecho todo con sabiduría», dice el salmo (103, 24), es decir,
en tu Verbo. Si todo ha sido hecho en el Verbo y por el Verbo (Jn 1,3), ¿quién
dudará que se ha hecho con sabiduría, y que eligió perfectamente sus discípulos
sin acepción de personas? «Nos eligió en él, dice el apóstol, antes de la
creación del mundo» (Ef 1,4)…
Consideremos la elección de Matías. Los apóstoles habían elegido a Barsabás,
llamado Justo, y a Matías…; a continuación se pusieron a invocar al que juzga
según el corazón y que «conoce el corazón de cada uno» de ellos para que
indicase quién era el elegido. Y seguramente que él tenía ya elegido a Matías
para este honor antes que se echaran las suertes, incluso antes que el mundo
fuera creado…
«Todo cuanto pidáis en la oración, dice el Señor, creed que ya lo habéis
recibido y lo obtendréis» (Mc 11,24). Por eso la Iglesia acostumbra a orar
unánimemente todas las veces que se ve necesitada de pedir algo al Señor; y no
hay medio tan eficaz sobre el querer divino como la oración, al menos si se
hace con fe, serenidad, humildad y perseverancia. El echar las suertes no ha
supuesto ningún prejuicio a la elección de este glorioso apóstol ya que, como
dice la Escritura, los apóstoles comenzaron por orar; el echarlo a suerte fue
más bien una inspiración del Señor en respuesta a su oración. Por
otra parte, Matías no obtuvo una gracia menor que Pedro o cualquier otro de los
apóstoles, aunque fuese el último. Recibió el Espíritu con la misma plenitud
que los demás, y los mismos dones espirituales que ellos. El Espíritu Santo,
viniendo sobre él, lo llenó de caridad, le concedió expresarse en todas las
lenguas, hacer milagros, convertir naciones, predicar a Cristo y alcanzar el
triunfo del martirio…
San Lorenzo
Justiniano (1381-1455)
Para rezar
Salmo de alegría
y esperanza
Con un corazón
limpio y
sincero queremos
darte gracias.
Tu Palabra es
sincera y llena el corazón de alegría;
tus obras son
grandiosas,
y están
iluminadas de verdad;
Tú amas, Dios
nuestro, la justicia; toda la tierra está rociada
con la lluvia de
tu bondad.
Dios, nos
sentimos pequeños,
como granitos de
arena, ante ti;
Tú tienes
palabras de vida que no pasan;
palabras que se
hacen acción;
solamente Tú,
Señor, tienes poder
para hacer lo
que dices.
Tú contemplas
nuestro suelo
desde la altura
de tus cielos;
tu corazón de
Padre ama,
uno a uno, a
todos los hombres;
desde tu casa te
alegra el bien del hombre
y su progreso;
desde tu casa te entristece
el mal del
hombre y su retroceso.
Tus ojos llenos
de amor y ternura
cuidan de la
obra de tus manos,
todos los que
esperamos en el triunfo de tu amor,
tendremos
respuesta; porque Tú,
Oh Dios, has
liberado nuestra alma de la muerte
entregando en la
cruz al Hijo amado,
al Enviado: El
nos ha dado vida nueva
y en El te
decimos: Abba, Padre.
Emilio
Mazariegos
Oremos
Señor, Dios, tú
que, para completar el número de los doce apóstoles, elegiste a San Matías,
concédenos, por la intercesión de este apóstol, a nosotros, que hemos recibido
el don de tu amistad, poder ser contados un día entre tus elegidos. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.