28
de febrero de 2019 – TO – JUEVES DE LA VII SEMANA
Si tu mano es ocasión de pecado, córtala
Lectura
del libro del Eclesiástico 5, 1-8
No
te fíes de tus riquezas
ni
digas: «Con esto me basta.»
No
dejes que tu deseo y tu fuerza
te
lleven a obrar según tus caprichos.
No
digas: «¿Quién podrá dominarme?»,
porque
el Señor da a cada uno su merecido.
No
digas: «Pequé, ¿y qué me sucedió?»,
porque
el Señor es paciente.
No
estés tan seguro del perdón,
mientras
cometes un pecado tras otro.
No
digas: «Su compasión es grande;
Él
perdonará la multitud de mis pecados»,
porque
en él está la misericordia, pero también la ira,
y
su indignación recae sobre los pecadores.
No
tardes en volver al Señor,
dejando
pasar un día tras otro,
porque
la ira del Señor irrumpirá súbitamente
y
perecerás en el momento del castigo.
No
te fíes de las riquezas adquiridas injustamente:
de
nada te servirán en el día de la desgracia.
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: 39, 5a)
R.
¡Feliz el que pone su confianza en el Señor!
¡Feliz
el hombre
que
no sigue el consejo de los malvados,
ni
se detiene en el camino de los pecadores,
ni
se sienta en la reunión de los impíos,
sino
que se complace en la ley del Señor
y
la medita de día y de noche! R.
El
es como un árbol
plantado
al borde de las aguas,
que
produce fruto a su debido tiempo,
y
cuyas hojas nunca se marchitan:
todo
lo que haga le saldrá bien. R.
No
sucede así con los malvados:
ellos
son como paja que se lleva el viento,
porque
el Señor cuida el camino de los justos,
pero
el camino de los malvados termina mal. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 9, 41-50
Jesús
dijo a sus discípulos:
«Les
aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua
por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
Si
alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería
preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran
al mar.
Si
tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la
Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si
tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado
en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. Y si tu ojo es para
ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en
el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el
gusano no muere y el fuego no se apaga.
Porque
cada uno será salado por el fuego.
La
sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a
salar?
Que
haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros.»
Palabra
del Señor.
Para reflexionar
El
sabio nos da hoy un serio aviso: «No confíes en tus riquezas… no confíes en tus
fuerzas, porque el Señor te exigirá cuentas».
Algunos
se sienten seguros porque se fían de sus riquezas; otros se sienten «poderosos»
porque se escudan en la bondad y la paciencia de Dios: «He pecado y nada malo
me ha sucedido, porque él es un Dios paciente». Esto no debe ser excusa para
hacer nuestro capricho; Dios tiene mucha paciencia, pero también es justo.
La
consigna del sabio: «No tardes en volverte a él y no des largas de un día para
otro», nos invita a que no nos fiemos de nuestras fuerzas, ni estemos demasiado
satisfechos de cómo vaya nuestra vida, sino más bien que pensemos si estamos
dando los frutos que Dios espera de nosotros y nos preocupemos de hacer el
bien.
***
El
evangelio de hoy nos recuerda una serie de rasgos que deberían presentar los
que quieren seguir al Maestro de Nazaret. Jesús invita a una actitud resuelta,
incluso radical, expresada con imágenes casi agresivas: “Si tu mano te es
ocasión de pecado, córtatela”. Jesús se mantiene duro en las exigencias. Hay
situaciones o realidades en las que la pedagogía del Señor carecerá de espera
compasiva. Llama la atención la firmeza de sus palabras y su juicio
determinante. ¿Es que acaso pide verdaderamente una mutilación cuando una parte
del cuerpo es causa de escándalo? Como en otros casos, las palabras son fuertes
y despiadadas, a fin de indicar la gravedad de la situación.
Estamos
ante expresiones que han de ser comprendidas en su significado y no aceptadas
en su sentido literal, porque llevarían a constatar una incoherencia con el
resto del mensaje de Jesús.
Las
imágenes que usa Jesús son fuertes: hay que extirpar todo lo que en uno mismo
se oponga a vivir el mensaje de salvación y cause daño a los que quieren ser
fieles a él. Sólo una decisión fuerte lleva a la vida, la opción contraria
lleva a la muerte. La imagen de la vida, está en paralelo con la del reino de
Dios. La propuesta invita a asegurar la plenitud de vida tanto en el mundo
presente como en el futuro. Hay que hacer opciones, por dolorosas que sean,
pues son opciones entre el éxito y el fracaso de la existencia: toda tarea,
comportamiento o anhelo que esté viciado por el egoísmo o la ambición de poder
hay que suprimirla, porque pone en peligro la fidelidad al mensaje e impide
nuestro crecimiento.
La
petición de Jesús trae de la mano la actitud de conversión y ésta “compromete”
toda la vida. La mano, o el pie, o el ojo que pecan están dirigidos por un
cerebro y por una voluntad muchas veces enferma.
De
nada serviría privarse de un miembro sin entrar en las causas. La conversión
tiene que ver con todo el hombre y no con una de sus partes. La maldad viene
del interior del hombre y no del exterior (cf. 7, 20-23).
Las
palabras fuertes en los pasajes de hoy, nos hablan de mensajes fuertes y
arriesgados, sin apelación, destinados a concientizar a las personas y
enfrentarlas sin posiciones lavadas ante la presencia trágica del mal.
Nosotros
también, sin darnos cuenta, muchas veces nos encontramos rodando en una
complaciente connivencia con el mal, cubierta de un lustre de espiritualismo,
necesidades sociales o jurídicas: “¿qué tiene de malo?”, “lo hacen todos”. Esta
nefasta actitud tiene el poder de licuar la conciencia moral, de modo que los
valores quedan empobrecidos y degradados, y el indiferentismo reine como
soberano. No es cuestión de irnos cortando de a partes (lo que por cierto no
haremos), sino de convertir el corazón y desde la vida de la gracia darle a
nuestro cuerpo y nuestra alma la unidad que necesitan.
Para discernir
¿Qué
parte de mí arrancaría con fuerza?
¿Con
qué lugar de mi corazón está conectado lo que arrancaría?
¿Cuáles
son los caminos positivos para revertir la situación, sin bisturí, ni navaja,
ni hacha?
¿Qué
situaciones avalo con el refugio de “todos los hacen”?
Repitamos a lo largo de este día
No
escandalicemos a los pequeños que tienen fe
Para la lectura espiritual
Los caminos para
entrar en la vida eterna
…” ¿Queréis que os indique los caminos de la conversión? Son numerosos, variados y diferentes, pero todos conducen al cielo. El primer camino de la conversión es aborrecer nuestros pecados. “Empieza tú a confesar tus pecados para ser justo.” (Is 43,26) Esto porque dice el profeta: “Me dije: -confesaré al Señor mis culpas.- Y tú perdonaste mi falta y mi pecado.” (Sal 31,5) Condena tú mismo las faltas que has cometido y esto bastará para que el Maestro te escuche. El que condena sus pecados irá con más cuidado para no recaer en ellos…
…” ¿Queréis que os indique los caminos de la conversión? Son numerosos, variados y diferentes, pero todos conducen al cielo. El primer camino de la conversión es aborrecer nuestros pecados. “Empieza tú a confesar tus pecados para ser justo.” (Is 43,26) Esto porque dice el profeta: “Me dije: -confesaré al Señor mis culpas.- Y tú perdonaste mi falta y mi pecado.” (Sal 31,5) Condena tú mismo las faltas que has cometido y esto bastará para que el Maestro te escuche. El que condena sus pecados irá con más cuidado para no recaer en ellos…
Hay un segundo
camino que no es inferior al primero y es: no guardar rencor a nuestros
enemigos, dominar nuestra cólera para perdonar las ofensas que nos infligen
nuestros compañeros de servicio, porque así obtendremos el perdón de las
ofensas contra el Maestro. Es la segunda manera de obtener la purificación de
nuestras faltas. “Si perdonáis a vuestros deudores, dice el Señor, mi Padre que
está en el cielo perdonará también vuestras faltas.” (Mt 6,14)
¿Quieres conocer
el tercer camino de la conversión? ES la oración ferviente y atenta desde el
fondo del corazón… El cuarto camino es la limosna. Tiene un poder considerable
e indecible… Luego, la modestia y la humildad no son medios menores para destruir
el pecado desde la raíz. Tenemos como testimonio de ello el publicano que no
podía proclamar sus buenas acciones sino que en su lugar ofreció su humildad y
depositó ante el Señor el pesado fardo de sus faltas.
(Lc 18,9ss)
Acabamos de
indicar cinco caminos hacia la conversión… ¡No te quedes inactivo sino que cada
día avanza por estos caminos! Son fáciles, y a pesar de tus miserias puedes ir
por ellos”…
Juan Crisóstomo
obispo de Antioquia y Constantinopla, doctor de la Iglesia
Sermón sobre el demonio tentador; PG 49, 263-264
Sermón sobre el demonio tentador; PG 49, 263-264
Para rezar
La alegría de
los limpios de corazón
Felices los que
tienen
un corazón puro,
porque verán a
Dios.
¡Feliz de ti!
Si tienes un
corazón limpio,
libre de
maldades y malicias,
libre de
dobleces y falsedades,
libre de orgullo
y autosuficiencia,
libre de odios y
rencores.
Feliz de ti
si tienes un
corazón limpio,
libre de
cegueras y caprichos,
de egoísmos y
resentimientos,
abierto a la
verdad y el amor,
para buscarlos
apasionadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.