14
de febrero de 2019 – TO – JUEVES DE LA V SEMANA
Los cachorros comen de las migajas
Lectura
del libro del Génesis 2, 18-25
Dijo
el Señor Dios: «No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda
adecuada.»
Entonces
el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a
todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les
pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el
hombre. El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las
aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró
la ayuda adecuada.
Entonces
el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando este se
durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío. Luego, con
la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la
presentó al hombre. El hombre exclamó:
«¡Esta
sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha
sido sacada del hombre.»
Por
eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos
llegan a ser una sola carne.
Los
dos, el hombre y la mujer, estaban desnudos, pero no sentían vergüenza.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
127, 1-2. 3. 4-5 (R.: cf. 1a)
R. ¡Felices
los que temen al Señor!
¡Feliz
el que teme al Señor
y
sigue sus caminos!
Comerás
del fruto de tu trabajo,
serás
feliz y todo te irá bien. R.
Tu
esposa será como una vid fecunda
en
el seno de tu hogar;
tus
hijos, como retoños de olivo
alrededor
de tu mesa. R.
¡Así
será bendecido
el
hombre que teme al Señor!
¡Que
el Señor te bendiga desde Sión
todos
los días de tu vida:
que
contemples la paz de Jerusalén. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 7, 24-30
Jesús
partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que
nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto.
En
seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar
de él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen siro
fenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio.
El
le respondió: «Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de
los hijos para tirárselo a los cachorros.»
Pero
ella le respondió: «Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa,
comen las migajas que dejan caer los hijos.»
Entonces
él le dijo: «A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de
tu hija.» Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y
liberada del demonio.
Palabra
del Señor.
Para reflexionar
La
página de hoy, a través de imágenes ingeniosas, nos sugerirá toda una
“sabiduría” sobre la pareja y la sexualidad. El Señor Dios hizo caer al hombre
en un sueño profundo, le sacó una de sus costillas, formó de ella una mujer y
la llevó ante el hombre. Este dijo entonces: Esta vez sí que es hueso de mis
huesos y carne de mi carne. Será llamada “mujer”.
Ahí
hay un “juego de palabras” porque el nombre que le pone, en hebreo es
sencillamente la forma femenina del término hombre. Todo ello pone de relieve
la similitud de los dos seres complementarios. La mujer es más delicada, es
como un sutil refinamiento de la carne del varón. La atracción de los seres,
tan vehemente, tan misteriosa, es presentada por el sabio, como el deseo de
reunir lo que procede del mismo origen.
Es
el deseo de todo amor: no formar más que uno. Aunque parece difícil no resulta
imposible, porque uno procede del otro y porque han sido creados para no
«formar más que uno».
La
vida sexual, lejos de ser una prohibición, algo vergonzoso, es presentada aquí
como una creación de Dios. La inclinación del varón por la mujer y de ésta por
el varón, son queridos por Dios. La vida conyugal es una realidad tan fuerte y
tan natural que llega a romper el primer vínculo, el de hijo con sus padres,
para crear otro, más importante que los del parentesco: “el hombre dejará a su
padre y a su madre”.
***
En
el evangelio nos encontramos con un episodio que sucede en el extranjero, en
territorio de Tiro y Sidón, en Fenicia. La mujer que protagoniza esta escena no
es judía, lo que le da un sentido muy particular al gesto de Jesús.
El
relato nos cuenta cómo esta mujer extranjera pide a Jesús un milagro para su
hija. Jesús pone a prueba su fe usando una frase que se utilizaba para
despreciar a los extranjeros: “no está bien tomar el pan de los hijos para
tirárselo a los cachorros”. Esta actitud hacia ellos era avalada por los jefes
y jerarcas del pueblo judío.
Pero
esta mujer, tan lejos de las leyes, entendía que ella y su hija, pertenecientes
a un sexo menospreciado, relegadas por ser extranjeras y por ser personas
sencillas y humildes, tenían cabida en el Reino de Dios. A pesar de las
palabras un tanto duras de Jesús, responde reconociendo para los despreciados,
al menos un mínimo derecho humano, el derecho a la supervivencia, a la vida.
Ante
las palabras de la mujer y con el corazón admirado, Jesús sana a su hija. Un
ejemplo más de la opción de Dios por los oprimidos, los relegados, los que
están fuera toda protección humana y de las leyes. Una mujer, extranjera,
ilegal, pero con la claridad necesaria para acercarse a Jesús que trasparentaba
la bondad de Dios a través de sus palabras.
Jesús
tiene claro que ella pertenece a los escogidos del Reino porque en búsqueda,
ella descubre un Dios que no discrimina al ser humano por su sexo ni su origen.
Queda claro en este encuentro, que a Dios se lo conquista con la fe, no con el
orgullo. De Dios se obtiene todo no con especulaciones racionales, sino con la
confianza. En Dios siempre se encuentra respuesta cuando uno se acerca con
humildad y no con autosuficiencia.
Lo
que Jesús dice, de que primero son los hijos de la casa es razonable: la
promesa mesiánica es ante todo para el pueblo de Israel.
Pero
su actitud posterior muestra claramente a los allí presentes, que la salvación
mesiánica no es exclusiva del pueblo judío, sino que también los extranjeros
pueden ser admitidos a ella, si tienen fe. No es la raza lo que cuenta, sino la
disposición de cada persona ante la salvación que Dios ofrece.
Nadie
tiene el monopolio de Dios, ni de la gracia, ni de la salvación. Esta escena es
también para nosotros una lección de universalismo. Por mucho que algunos nos
parezcan alejados o marginados, pueden tener fe y recibir el don de Dios. Esto
nos pone en sobre aviso: tenemos que saber recibir a los que no conocemos, a
los que no piensan como nosotros, a los distintos, a los que no pertenecen a
nuestro círculo.
Necesitamos,
mirar con otros ojos las distintas realidades que se nos presentan, no
estableciendo líneas divisorias. Respetar el legado cultural y ancestral que
otros pueblos tienen, para hacer de este mundo una casa donde todos quepamos.
Igual
que la primera comunidad apostólica tuvieron sus dudas sobre la apertura a los
paganos, a pesar de haber visto la actitud de Jesús, también podemos tener la
mente o el corazón sin amplitud, encerrándonos en nuestros puntos de vista, en
nuestros privilegios y tradiciones, negando a otros la posibilidad del
encuentro con el Salvador.
Cristo
nos invita a dar, no sólo las migajas de nuestro amor, de nuestra ayuda; sino
dar incluso nuestra propia vida, para que los demás recobren su dignidad y
vivan como hijos de Dios y hermanos nuestros.
Para discernir
¿Busco
manifestaciones espectaculares de Dios, de la Iglesia?
¿Me
presento con humildad ante Dios?
¿Acepto
a los distintos, a los que creen con otros parámetros o no creen?
Repitamos a lo largo de este día
Purifica
y aumenta mi fe Señor
Para la lectura espiritual
…”Me parece que
es necesaria una nueva cultura en la que la dimensión litúrgica ocupe el puesto
central y, tal vez, determine el principio ético. Si tuviera que dar un título
general a este esfuerzo, una noción clave para lo que quiero expresar, ésta
podría ser: «El hombre, sacerdote de lo creado».
Siento que
nuestra cultura necesita revivificar el reconocimiento formal de que la
superioridad de los seres humanos respecto al resto de las criaturas no
consiste en la razón que poseen, sino en su capacidad de ponerse en relación de
tal modo que creen acontecimientos de comunión, a partir de los cuales los
seres individuales sean liberados de su estar centrados sobre sí mismos y, por
consiguiente, de sus límites, y se vean referidos a algo más general que ellos
mismos, a «otro». A Dios, si se quiere hacer uso de esta terminología
tradicional. Un hombre así puede obrar no como agente pensante, sino como
persona.
La noción de
«sacerdocio» debe ser liberada de sus connotaciones peyorativas y debe ser
pensada como portadora en sí de la característica del ofrecer, en el sentido de
abrir seres particulares a una relación trascendente con el otro -una idea que
corresponde más o menos a la de amor en su sentido más radical”…
I. Zizioulas, Lo
creado como Eucaristía, Magnano 1994, p. 9.
Para rezar
Muchas ideas y
pensamientos se mueven en mi mente,
pero…ante todo hoy Dios de la vida quiero expresarte:
que toda yo quiero darme a tu servicio,
toda yo pongo mi vida en tus manos,
esas manos de amor, justicia y paz…
Toda yo, todo mi ser…
con mis cargas,
con mis alegrías,
con mis tristezas,
con mis triunfos,
con mis fracasos,
con mis reflexiones,
con mis dudas y temores…
Y…sabes por qué?
Por qué estoy plenamente segura
de que tal como soy, me aceptas, me amas y me incorporas
al quehacer diario buscando igualdad, luchando por la justicia!.
Ayúdame Señor a ser ejemplo para que otros también se den por entero
a ti, y unidos dar esfuerzos, dones y tiempo…
Hay tanto por hacer, por realizar, por expresar…
para poder enfrentarnos al nuevo milenio
con nuevas esperanzas, con nuevos sueños, con nuevas fuerzas de
vivir unidos en paz, amor e igualdad.
pero…ante todo hoy Dios de la vida quiero expresarte:
que toda yo quiero darme a tu servicio,
toda yo pongo mi vida en tus manos,
esas manos de amor, justicia y paz…
Toda yo, todo mi ser…
con mis cargas,
con mis alegrías,
con mis tristezas,
con mis triunfos,
con mis fracasos,
con mis reflexiones,
con mis dudas y temores…
Y…sabes por qué?
Por qué estoy plenamente segura
de que tal como soy, me aceptas, me amas y me incorporas
al quehacer diario buscando igualdad, luchando por la justicia!.
Ayúdame Señor a ser ejemplo para que otros también se den por entero
a ti, y unidos dar esfuerzos, dones y tiempo…
Hay tanto por hacer, por realizar, por expresar…
para poder enfrentarnos al nuevo milenio
con nuevas esperanzas, con nuevos sueños, con nuevas fuerzas de
vivir unidos en paz, amor e igualdad.
Amén
Elisa
de Bulmes
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.