28 de noviembre de 2018 – TO – MIÉRCOLES DE LA XXXIV SEMANA
Gracias a la constancia salvarán sus vidas
Lectura del Libro del Apocalipsis 15,1-4.
Después vi en el cielo otro signo grande y
admirable: siete Ángeles que llevaban las siete últimas plagas, con las cuales
debía consumarse la ira de Dios.
También vi como un mar de cristal, mezclado de
fuego. Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre,
estaban de pie sobre el mar, teniendo en sus manos grandes arpas, y cantaban el
canto de Moisés, el servidor de Dios, y el canto del Cordero, diciendo:
“¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y
verdaderos son tus caminos, Rey de los pueblos ¿Quién dejará de temerte, Señor,
quién no alabará tu Nombre? Sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán a
adorarte, porque se ha manifestado la justicia de tus actos”.
Palabra de Dios
SALMO Sal 98,1.2-3.7-8.9.
R: Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.
Al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 21, 12-19
Jesús dijo a sus discípulos:
«Se levantará una nación contra otra y un reino
contra otro. Habrá grandes terremotos, pestes y hambre en diversos lugares. Se
verán también cosas espantosas y señales terribles en el cielo.
Los detendrán, los perseguirán, los entregarán a
las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a
causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su
defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de
sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y
hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán
odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les
caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»
Palabra del Señor.
Para
reflexionar
A los cristianos perseguidos por el emperador
romano, a fines del siglo I, el vidente de Patmos los quiere convencer de que
la victoria es segura, que el Cordero y sus seguidores, aunque tengan que pasar
por mil penalidades, van a terminar cantando himnos de gozo.
El fin del mundo y de la historia es como la
plenitud de la Pascua, de la cual la primera a orillas del Mar Rojo, no era más
que un anuncio.
En el nuevo éxodo, en la nueva Pascua del pueblo
nuevo guía Cristo Jesús, el Gran Libertador.
La «bestia» simboliza el Imperio Romano,
perseguidor e idólatra. Las siete cabezas de la Bestia representan siete
colinas sobre las que Roma está construida. También se ha identificado a la
«bestia» con el mismo Nerón.
Los que han vencido a la Bestia de pie, junto al
cristal mezclado de fuego, llevaban las cítaras de Dios y entonan cantos
acompañados de sus liras; salvados definitivamente.
***
Después de hablar de los signos engañosos que
acompañarán el final, el evangelio de hoy se refiere a los verdaderos signos.
El principal es la persecución por “predicar el evangelio”. Jesús mismo
protegerá a su comunidad si se mantiene firme y fiel dando testimonio.
La persecución “por causa de Jesús” es un signo
evangélico ya anunciado en las Bienaventuranzas: “Dichosos los perseguidos por
causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos
ustedes cuando los insulten y los persigan y los calumnien de cualquier modo
por mi causa”.
Cuando Lucas escribía su evangelio, la comunidad
cristiana ya tenía mucha experiencia de persecuciones, cárceles y martirios,
por parte de los enemigos de fuera; y dificultades, divisiones y traiciones
desde dentro.
La situación de los cristianos en el mundo antiguo
fue dificultosa y precaria desde el comienzo. Sufrieron la persecución de los
judíos que los veían como un peligro para la religión oficial y luego fueron
perseguidos por el estado romano, que los veía como la misma encarnación del
mal y un peligro para el imperio.
La persecución no fue una contingencia producida
por odios personales. Esta situación se produjo por la actitud de los
cristianos que se caracterizaron por poner en duda todo el sistema de valores
religiosos y políticos vigentes en el mundo antiguo. Este modo de ver y sentir
la vida, los llevó a inevitables enfrentamientos con los defensores del sistema
cultual, político, financiero que era considerado de carácter sagrado.
A lo largo de dos mil años, la Iglesia por otros
motivos y en lugares diversos, ha seguido teniendo la misma experiencia de
calumnia, odio, persecución y muerte. Mártires de todos los tiempos, también
del nuestro, estimulan con el ejemplo de su vida y de su muerte. Mártires de
sangre y mártires silenciosos de la vida diaria, que viven según los criterios
del evangelio de Jesús con admirable coherencia y constancia.
Cuando la predicación del Evangelio no molesta a
nadie es porque se ha amoldado a los criterios del mundo y ha perdido su fuerza.
Quiénes siguen a Cristo decididamente deben optar por Él, sin hacer
concesiones. Por eso el mensaje de vida del evangelio, paradójicamente, genera
rechazo, persecución y muerte. Los testigos son excluidos, traicionados,
difamados, encarcelados, expulsados, torturados, asesinados. Muchos se
preguntaron si vale la pena un futuro de este tipo.
Jesús no nos ha engañado: nunca prometió que en
esta vida seremos aplaudidos y que nos resultará fácil el camino. Lo que sí nos
asegura es que salvaremos la vida por la fidelidad, y que Él dará testimonio
ante el Padre de los que hayan dado testimonio de Él ante los hombres.
Por eso sigue siendo válido seguir a Cristo. Porque
la Vida siempre triunfa sobre la muerte, porque no hay nada por encima del
poder de Dios. Ser cristiano cuando las cosas andan bien no es problema. Lo
difícil es perseverar en los momentos de dificultad. El cristianismo, es un
estilo de vida que, necesariamente, si es fiel al Evangelio va a encontrarse
muchas veces en contraposición con los valores, pensamientos y actitudes del
mundo, y ésta es la causa de los problemas.
Necesitamos ser valientes y mostrar al mundo la
buena noticia del reino como verdaderos discípulos de Jesús. Él ha prometido
ayudarnos y estar con nosotros hasta el final. Su palabra no pasa ni cambia:
permanece para siempre.
Para
discernir
¿Me arriesgo por causa de la Buena Noticia?
¿Soy capaz de aceptar el rechazo por manifestar mi
fe?
¿Hago concesiones con tal de no ser cuestionado?
Repitamos a
lo largo de este día
Toda mi vida quiero serte fiel
Para la lectura espiritual
«Todos os odiarán por causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra
cabeza perecerá»
…”Jesús prometió siempre la paz a sus discípulos,
tanto antes de su muerte como después de su resurrección, siempre la paz (Jn
14,27; Lc 24,36). Los discípulos jamás alcanzaron la paz exterior, pero
vivieron la paz en la lucha y el amor en el sufrimiento; y en la muerte
encontraron la vida. Encontraron también
un gozoso triunfo cuando, antes de la muerte, se les interrogaba, juzgaba y condenaba. Fueron verdaderos testimonios.
un gozoso triunfo cuando, antes de la muerte, se les interrogaba, juzgaba y condenaba. Fueron verdaderos testimonios.
Sí, hay muchos hombres que viven llenos de dulzura
en su cuerpo y en su alma hasta el punto de estar penetrados de ella hasta el
meollo y hasta las venas, pero cuando seguidamente viene el sufrimiento, las
tinieblas, el abandono interior y exterior, no saben qué hacer. Se paran,
simplemente, y de ahí nada sacan. Cuando llegan los terribles huracanes, el
abandono interior, la tentación exterior del mundo, de la carne y del Enemigo,
el que sabrá pasar a través de todo ello encontrará la paz profunda que nadie
le podrá quitar. Pero el que no coge este camino se queda atrás y jamás
saboreará la paz verdadera. Así se ve cuáles son los verdaderos testimonios de
Cristo”…
Juan Taulero (hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Sermón 21, para la Ascensión
Para rezar
Oración del testigo
Es hora de ser tus testigos, Señor del alba.
Es hora de construir juntos la Civilización del amor.
Es hora de salir a las plazas y ciudades como hermanos.
Es hora de hacer del mundo un arco iris de unidad y de color.
Es hora de construir juntos la Civilización del amor.
Es hora de salir a las plazas y ciudades como hermanos.
Es hora de hacer del mundo un arco iris de unidad y de color.
Es hora de anunciar la vida desde la vida hecha fiesta.
Es hora de gritar al mundo de los hombres tu salvación.
Es hora de gritar como voceros del alba a hombres y mujeres,
que el Crucificado ha resucitado, y el mundo sabe a redención.
Es hora de gritar al mundo de los hombres tu salvación.
Es hora de gritar como voceros del alba a hombres y mujeres,
que el Crucificado ha resucitado, y el mundo sabe a redención.
Es hora de vivir en la luz y abrir caminos sin fronteras.
Es hora de darse la mano y hacer un coro grande al sol.
Es hora de decir a los miedosos; no teman, tengan ánimo,
que el mundo, el corazón del mundo, vive en Resurrección.
Es hora de darse la mano y hacer un coro grande al sol.
Es hora de decir a los miedosos; no teman, tengan ánimo,
que el mundo, el corazón del mundo, vive en Resurrección.
Es hora de juntarnos como amigos en un solo pueblo.
Es hora de marchar unidos sembrando la paz y el amor.
Es hora de llamar al hombre hermano, hermano mío.
Es hora de vivir en armonía, en lazos de hermandad y comunión.
Es hora de marchar unidos sembrando la paz y el amor.
Es hora de llamar al hombre hermano, hermano mío.
Es hora de vivir en armonía, en lazos de hermandad y comunión.
Que así sea.
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