19 de octubre de 2018 – TO – VIERNES DE LA XXVIII SEMANA
No teman a los que matan el cuerpo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de
Efeso 1,11-14
En él hemos sido constituidos herederos, y
destinados de antemano -según el previo designio del que realiza todas las
cosas conforme a su voluntad – a ser aquellos que han puesto su esperanza en
Cristo, para alabanza de su gloria. Los que escucharon la Palabra de la verdad,
la Buena Noticia de la salvación, y creyeron en ella, también han sido marcados
con un sello por el Espíritu Santo prometido.
Ese Espíritu es el anticipo de nuestra herencia y
prepara la redención del pueblo que Dios adquirió para sí, para alabanza de su
gloria.
Palabra de Dios
SALMO Sal 33 (32) ,1-2.4-5.12-13
R: Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como
heredad.
Aclamen, justos, al Señor;
es propio de los buenos alabarlo.
Alaben al Señor con la cítara,
toquen en su honor el arpa de diez cuerdas; R
Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.
¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se eligió como herencia!
El Señor observa desde el cielo
y contempla a todos los hombres;
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 12, 1-7
Se reunieron miles de personas, hasta el punto de
atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus
discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No
hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser
conocido. Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será
escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más
ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.
A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que
matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién
deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar a
la Gehena. Sí, les repito, teman a ese.
¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas?
Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos
sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros.»
Palabra del Señor.
Para
reflexionar
El pasaje, que pertenece al himno inicial de la
carta, está lleno de motivos de esperanza.
El Padre nos ha destinado a ser su pueblo y
propiedad suya, en Cristo hemos sido salvados, y todos hemos recibido la marca
del Espíritu, que es “prenda de nuestra herencia” final. El término usado por
Pablo evoca el «sello» con el que se marcaba a las ovejas para comprobar a
quien pertenecen. La presencia del Espíritu en nosotros nos marca para poder
ser reconocidos por El, como suyos.
Pablo dice que en este admirable plan salvador de
Dios, por medio de Cristo Jesús, están comprendidos tanto los judíos como los
paganos. Pablo, judío de origen, estuvo obsesionado toda su vida por la
convicción de introducir a los gentiles en la Iglesia, en pie de igualdad.
Los judíos, que ya “esperaban en Cristo”, son los
primeros en heredar su gracia, pero también los paganos, que han escuchado la
extraordinaria noticia de que han sido salvados y “han creído”, tienen la misma
suerte.
Los que han conocido la Buena Noticia de que hemos
sido salvados por el amor de Dios y han creído en la Buena Noticia ya están
heredando, y ya son salvados; pero “mientras llega la redención completa”, el
Espíritu es la garantía de la herencia que espera al final.
La vida cristiana para Pablo es un dinamismo vital,
lo realizado hasta hoy no es más que un inicio, un «primer avance» que un día
llegará a la plenitud y su total cumplimiento.
***
Lucas nos dice que Jesús rodeado de la multitud que
lo sigue se dirige en primer lugar a sus discípulos para advertirlos de la
levadura de los fariseos. Jesús aquí está hablando de una actitud externa de
justicia, sabiduría, observancia de la ley; que no está respaldada por el amor,
la misericordia, la justicia y el respeto por la dignidad de la persona humana.
Jesús está convencido que para muchos será difícil
dejar de lado las exigencias legalistas con las que han crecido y vivido hasta
su llegada. Muchos temen abandonar ciertos criterios y prácticas religiosas
pensando que Dios los va a desechar.
La hipocresía es el pecado típico del fariseo y
Jesús teme que esa “mala levadura” se filtre en la nueva comunidad; por eso
invita a los discípulos a estar atentos y a cuidar sus corazones. Con fuerza y
con paciencia los irá llevando desde el cumplimiento de ritos externos hacia lo
central, lo fundamental de la vida del creyente: el amor y la misericordia de
Dios, que no necesita absolutamente de nuestros cumplimientos ni los exige so
pena de castigo.
El discípulo de Jesús debe proceder sin disimulo,
sin doblez, sin mentira. Su conducta debe ser siempre franca, como quien obra a
la luz del día, como en plena plaza. Toda su acción, toda palabra suya será un
día testimonio público.
La libertad de Jesús frente a la ley, frente al
legalismo y fariseísmo de su tiempo deben incorporarse en el comportamiento de
los que lo siguen para ser verdaderos discípulos suyos.
Para que sean libres, Jesús insiste en que no deben
tener miedo de nadie ni de nada. Si tenemos miedo, ya estamos atrapados. Lo
dice, cuando está cercado por sus adversarios que no lo pueden atrapar por
dentro porque su corazón sólo pertenece al Padre.
Temamos más bien al mismo Dios, pero no con ese
temor servil que actúa solamente por evitar el castigo, sino con ese temor
santo de quien sabiéndose amado por Dios, le corresponde amorosa y fielmente.
Dios conoce hasta lo más profundo del ser del
hombre, y a pesar de todo, lo llama a trabajar por su Reino. Será necesario
afrontar todos los riesgos y consecuencias que trae ese anuncio. No hay que
temer a quienes al rechazar a los enviados de Dios, que trabajan por su Reino,
intenten hacerlos desaparecer o atraparlos con toda clase de seducciones, pues,
finalmente, la vida pertenece a Dios.
Dios jamás se olvida de nosotros. A pesar de
nuestros pecados e infidelidades, Él siempre vuelve su mirada compasiva y nos
contempla con gran amor. Prueba de ello es su propio Hijo que, hecho uno de
nosotros, dio su vida por nosotros en un amor que llegó hasta el extremo. “Dado
que aquí no puedes elegir el no morir, mientras vives elige el no morir
eternamente». San Agustín
Para
discernir
¿Somos verdaderamente aquello que mostramos?
¿Tememos a Dios o lo amamos?
¿Qué lugar ocupa el cumplimiento en mi vida de fe?
Repitamos a
lo largo de este día
No temo Señor, te sigo
Para la
lectura espiritual
…”Debemos darnos cuenta de que nosotros «somos la
gloria de Dios». Leemos en el libro del Génesis: «Entonces el Señor Dios formó
al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz un hálito de vida, y el
hombre se convirtió en un ser viviente» (Gn 2,7). Nosotros vivimos porque
participamos de la respiración de Dios, de la vida de Dios, de la gloria de
Dios. La cuestión no es tanto la de «cómo vivir para la gloria de Dios», como
la de «cómo vivir lo que somos, cómo realizar nuestro ser más profundo».
Tú eres el lugar donde Dios ha elegido habitar, tú
eres el tópos tú theú (el «lugar de Dios»), y la vida espiritual no es otra
cosa que permitir la existencia de ese espacio donde Dios pueda morar, crear el
espacio donde pueda manifestarse su gloria. Cuando medites, pregúntate a ti
mismo: « ¿Dónde está la gloria de Dios? Si la gloria de Dios no está aquí donde
yo estoy, ¿en qué otra parte puede estar?».
Naturalmente, todo esto es más que una intuición,
más que una idea, más que un modo de ver las cosas y, por consiguiente, es más
tema de meditación que de estudio. Pero apenas empieces a «darte cuenta», de un
modo íntimo y personalísimo, de que eres verdaderamente la gloria de Dios, todo
se volverá diferente y tu vida llegará a un viraje decisivo. Entonces, por
ejemplo, esas pasiones que parecían tan reales, más reales que el mismo Dios,
revelarán su naturaleza ilusoria y, en cierto sentido, se disiparán”…
H. J. M. Nouwen, He escuchado el silencio, Brescia 101998.
Para rezar
Quiero seguirte, Señor
A pesar de las incomprensiones de los demás.
A pesar de mis momentos débiles.
A pesar de las horas de cansancio.
Quiero ser dichoso con los que te siguen
con corazón sencillo.
A pesar de mis momentos débiles.
A pesar de las horas de cansancio.
Quiero ser dichoso con los que te siguen
con corazón sencillo.
Con los pobres que sienten necesidad de Ti.
Con los que sufren en su caminar por la vida.
Con los que trabajan por implantar la justicia.
Con los de corazón puro.
Con los que llevan consigo la paz y la transmiten
Con los que sufren en su caminar por la vida.
Con los que trabajan por implantar la justicia.
Con los de corazón puro.
Con los que llevan consigo la paz y la transmiten
Quiero seguirte Señor…
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