5 de julio de 2022 – TO - MARTES DE LA XIV SEMANA
Rueguen al
dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha
Lectura
de la profecía de Oseas 4,1; 8, 4-7. 11-13
Así
habla el Señor:
Entronizaron
reyes, pero sin contar conmigo; designaron príncipes, pero sin mi aprobación.
Se hicieron ídolos con su plata y su oro, para su propio exterminio. Yo rechazo
tu ternero, Samaría; mi ira se ha encendido contra ellos.
¿Hasta
cuándo no podrán recobrar la inocencia? Porque ese ternero proviene de Israel:
lo hizo un artesano, y no es Dios. Sí, el ternero de Samaría quedará hecho
pedazos. Porque siembran vientos, recogerán tempestades.
Tallos
sin espiga no produce harina, y si la produce, se la tragarán los extranjeros.
Efraím
multiplicó los altares para expiar el pecado, pero esos altares le han servido
sólo para pecar. Por más que escriba para él mil prescripciones de mi Ley, se
las tendría por una cosa extraña.
En
cuanto a los sacrificios que me ofrecen, ¡que los inmolen, que se coman la
carne! ¡El Señor no los aceptará! Ahora, él se acordará de sus culpas y pedirá
cuenta de sus pecados: entonces ellos regresarán a Egipto.
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 113b, 3-4. 5-6. 7ab y 8. 9-10 (R.: 9a)
R.
Pueblo de Israel, confía en el Señor.
Nuestro
Dios está en el cielo y en la tierra,
Él
hace todo lo que quiere.
Los
ídolos, en cambio, son plata y oro,
obra
de las manos de los hombres. R.
Tienen
boca, pero no hablan,
tienen
ojos, pero no ven;
tienen
orejas, pero no oyen,
tienen
nariz, pero no huelen. R.
Tienen
manos, pero no palpan,
tienen
pies, pero no caminan;
como
ellos serán los que los fabrican,
los
que ponen en ellos su confianza. R.
Pueblo
de Israel, confía en el Señor:
él
es tu ayuda y tu escudo;
familia
de Aarón, confía en el Señor:
él
es tu ayuda y tu escudo. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 9, 32-38
En
cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a Jesús un mudo que estaba
endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud,
admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel.»
Pero
los fariseos decían: «El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los
demonios.»
Jesús
recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas,
proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y
dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y
abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces
dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son
pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la
cosecha.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Por
la convivencia con poblaciones cananeas los hebreos consienten en que se vayan
introduciendo elementos del culto de Baal.
Baal
era un dios de la fecundidad de la naturaleza, simbolizado por un toro. En su
honor tenían lugar frenéticos ritos sexuales. Esas concepciones religiosas,
eran una súplica al dios de la fecundidad, para obtener abundantes cosechas y
sanos rebaños así como el nacimiento de muchos hijos en las familias.
El
profeta habla en nombre de Dios para condenar la contaminación de la religión
auténtica por la idolatría.
Israel
había sido liberado de la esclavitud de Egipto, y por eso tenía una vocación
única entre todos los pueblos, debía ser el testigo de la Alianza: si no cumple
esta misión, «volverá a la esclavitud».
El
profeta interpreta en este texto, el sentido de los grandes acontecimientos que
afectan interna y externamente a la vida del reino de Israel. Oseas anuncia
castigos; está a punto de suceder la desgracia, el destierro del reino del
Norte, igual o peor que la esclavitud en Egipto.
El
castigo es presentado como consecuencia natural del pecado. Israel rechaza al
Señor porque rechaza el bien. La contradicción que denuncia enérgicamente el
profeta es que, a pesar de este rechazo, el pueblo sigue invocándolo en el
culto y proclamando que es su Dios. Oseas declara enérgicamente que el culto es
una parodia de fe si no va acompañado por la práctica del bien.
***
Hoy
la curación de un endemoniado mudo provoca diferentes sentimientos y actitudes
en los que presencian el hecho. Los fariseos observantes de la ley, ante
la evidencia de un prodigio innegable, lo atribuyen a poderes diabólicos
mientras que la multitud se maravilla.
A
Jesús no le preocupa la animosidad de los fariseos, Él continúa fiel a su
misión. Es más importante el “bien por hacer”, que el “mal recibido” por celos
o envidia.
Recorre
aldeas y ciudades anunciando la buena noticia y sellando con signos eficaces su
palabra. Se da cuenta que la tarea es grande. El pueblo se halla perdido,
desorientado y desesperanzado. Los guías de Israel, en vez de cuidar y
apacentar el rebaño, lo que hacen es descarriarlo. Jesús se apiada de aquella
multitud cansada y abatida, como ovejas sin pastor y es consciente de la
necesidad de que otros contribuyan en la obra de la evangelización.
Si
nos hacemos evangélicamente permeables, al mirar a nuestro alrededor y
contemplar el espectáculo de la historia y del mundo, no podemos dejar de
sentir en nuestro corazón, los mismos sentimientos que Jesucristo.
Es
muy grande la desproporción que existe entre las multitudes que esperan una
Buena Noticia y la escasez de obreros. La solución nos la da Jesús al final del
Evangelio: rueguen al dueño de los sembrados que suscite hombres y mujeres que
le apuesten todo al servicio del Reino de la Vida que nos dejó Jesús.
PARA DISCERNIR
¿Me
siento llamado por la realidad a dar una respuesta?
¿Experimento
el llamado de Dios a hacer algo por el mundo?
¿Siento
la necesidad de comunicar la Buena Noticia?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Envíame
Señor, quiero anunciarte
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Rogad
al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies
…
“Hay personas que por tener un porte exterior bien compuesto y el interior
lleno de grandes sentimientos de Dios, se detienen en eso…; se contentan con
las dulces conversaciones que tienen con Dios durante la oración… No nos
engañemos: toda nuestra tarea consiste en pasar a los actos. Y esto es de tal
manera así que el apóstol san Juan nos dice que tan sólo nuestras obras podrán
servirnos para la otra vida (Ap 14,13).
Reflexionemos
pues sobre ello tanto más cuanto que, en este tiempo hay muchos que parecen
virtuosos y, efectivamente, lo son, y sin embargo se inclinan hacia una vida
dulce y cómoda más que a una devoción trabajosa y sólida.
La
Iglesia es comparada a una gran mies que precisa obreros, pero obreros que
trabajen. No hay nada más conforme al Evangelio que acumular, por un lado,
luces y fuerzas para su alma en la oración, en la lectura y en la soledad, e
ir
seguidamente a hacer participar a los hombres de este alimento espiritual. Es
hacer lo que nuestro Señor ha hecho y, después de él lo han hecho los
apóstoles; es unir el oficio de Marta al de María; es imitar la paloma que,
para alimentar a sus pequeñuelos, digiere la mitad de la comida que ha tomado y
después, con su pico, mete el resto en la boca de sus hijos. Esto es lo que
debemos hacer nosotros, así es como, con nuestras obras, hemos de dar a Dios,
testimonio de que le amamos. Toda nuestra tarea consiste en pasar a las
acciones” …
San Vicente de
Paul (1581-1660), fundador de comunidades religiosas – Conversaciones
espirituales a los Misioneros
PARA REZAR
Señor
de la Vida, abre nuestro corazón a Tu Palabra.
Queremos anunciar Tu Reino y construirlo con nuestras vidas.
Queremos ser testigos de Tu amor y Tu proyecto para todos.
Ayúdanos a escuchar Tu Palabra, a leer y rezar con la Biblia,
a contemplar la vida y la historia para descubrir Tu propuesta
y caminar hacia Tí.
Tú Señor, que aprendiste de la mano de María,
la Virgen fiel, enséñanos a seguir su ejemplo.
Maestra de las cosas de Dios,
quien guardaba en su corazón lo que vivía,
y meditaba en el silencio lo que iba descubriendo.
María, mujer sencilla, que no entendía todo
pero se animó a decir Sí a todo.
Ella nos enseña que para vivir la fe hay que escuchar mucho,
hay que escuchar siempre…
Tú, Señor, que mostraste a los discípulos la necesidad
del encuentro con Dios, única compañía que acompaña todo,
muéstranos cómo seguir Tus pasos.
Ayúdanos a buscar momentos para el diálogo con el Padre.
Enséñanos a percibir el aliento del Espíritu
que sopla en nuestras vidas.
Guíanos al encuentro con la Palabra que espera en la Biblia
para descubrir nuevos caminos y revelar la presencia de Dios
en la vida y en la historia que vivimos.
Danos hambre y sed de Tu Palabra cimiento verdadero
donde asentar un proyecto de vida en la huella hacia el Reino.
Despierta en nosotros el gusto por la lectura cotidiana de la Biblia,
para aprender a escuchar, y discernir que estás cerca…
Que pasas a nuestro lado, que caminas en nuestra historia…
y nos llamas para ser tus testigos y anunciar que es posible
un mundo distinto, más fraterno, humano, justo y en paz.
Marcelo
A. Murúa
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