8
de junio de 2020 – TO - LUNES DE LA X SEMANA
Felices los
pobres
Lectura
del primer libro de los Reyes 17, 1-6
Elías
el tisbita, de Tisbé en Galaad, dijo a Ajab: «¡Por la vida del Señor, el Dios
de Israel, a quien yo sirvo, no habrá estos años rocío ni lluvia, a menos que
yo lo diga!»
La
palabra del Señor le llegó en estos términos: «Vete de aquí; encamínate hacia
el Oriente y escóndete junto al torrente Querit, que está al este del Jordán.
Beberás del torrente, y yo he mandado a los cuervos que te provean allí de
alimento.»
El
partió y obró según la palabra del Señor: fue a establecerse junto al torrente
Querit, que está al este del Jordán. Los cuervos le traían pan por la mañana y
carne por la tarde, y él bebía del torrente.
Palabra
de Dios.
SALMO Sal
120, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: cf. 2)
R. Nuestra
ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Levanto
mis ojos a las montañas:
¿de
dónde me vendrá la ayuda?
La
ayuda me viene del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra. R.
El
no dejará que resbale tu pie:
¡tu
guardián no duerme!
No,
no duerme ni dormita
el
guardián de Israel. R.
El
Señor es tu guardián,
es
la sombra protectora a tu derecha:
de
día, no te dañará el sol,
ni
la luna de noche. R.
El
Señor te protegerá de todo mal
y
cuidará tu vida.
El
te protegerá en la partida y el regreso,
ahora
y para siempre. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12
Al
ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se
acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
«Felices
los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el
Reino
de los Cielos.
Felices
los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices
los afligidos, porque serán consolados.
Felices
los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices
los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices
los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices
los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices
los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece
el Reino de los Cielos.
Felices
ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda
forma a causa de mí.
Alégrense
y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo;
de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.»
Palabra
del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Durante
tres semanas nos encontraremos con lecturas del Antiguo Testamento
correspondientes a la segunda parte del Libro de los Reyes. Este período de la
Historia del pueblo de Dios cubre desde el cisma en dos reinos, hasta la fecha
de la destrucción de Jerusalén por el rey Nabucodonosor.
La
debilidad del pueblo elegido por Dios: infiel, olvidadizo y voluble hacen que
caiga en la idolatría, las divisiones y las injusticias sociales sobre todo con
los más pobres y desvalidos. Todo esto pone de relieve la decadencia humana y
religiosa del pueblo de Dios haciéndolo presa fácil de los grandes imperios
vecinos.
Dios
suscita en este tiempo profetas como Elías y Eliseo, defensores valientes de
los derechos de Dios y también de los del pueblo.
Esta
época es el «ciclo de Elías». Su nombre significa «Yahvé es mi Dios». Elías es
figura de Jesús, sobre todo por lo que sufrió debido a la valentía de sus
denuncias.
Se
enfrenta a Ajab, era un rey débil, manejado por su esposa fenicia Jezabel, que
ha llevado al pueblo a la idolatría. Por otro lado Acaz se aprovecha del poder
para amontonar riquezas a expensas del pueblo sencillo en beneficio de la
corte. Ajab se acuesta en camas de marfil y construye un templo a Baal
empujando al pueblo a este culto idolátrico, mientras tanto sus súbditos viven
en la miseria, bajo el yugo de rigurosos impuestos.
Elías
le anuncia una gran sequía, que Acaz interpreta como castigo a sus pecados. Hay
una clara ironía en el relato, porque el dios fenicio Baal, al que se habían
pasado muchos israelitas, era considerado precisamente como el dios de la
lluvia y la fertilidad.
Elías
tiene que huir, y esconderse junto a un torrente en una vida de ermitaño, es
ayudado milagrosamente por Dios en ese tiempo de sequía y hambre.
***
Empezamos
a leer el evangelio de Mateo con el sermón de la montaña. Jesús presenta la
«carta magna» del Reino anunciando ocho veces, a quienes quieran ser sus
discípulos, la felicidad, el camino del proyecto de Dios, que es proyecto de
vida plena.
Jesús
contempla la muchedumbre que simboliza a toda la humanidad doliente. Y siente,
como en tantas ocasiones, compasión. Hace suyos los sufrimientos de cada uno.
Los entiende por dentro.
Sube
a la montaña, se sienta y comienza a hablar. El contenido es paradójico: llama
felices a los pobres, a los humildes, a los de corazón misericordioso, a los
que trabajan por la paz, a los que lloran y son perseguidos, a los limpios de
corazón. Esto no quiere decir que la felicidad está en la misma pobreza, o en
las lágrimas, o en la persecución; sino, en lo que esta actitud de apertura y
de sencillez representa y en el premio que Jesús promete.
Son
llamados bienaventurados por Jesús, los «pobres de Yahvé» del Antiguo
Testamento, los que no se bastan a si mismos, los que no se apoyan en sus propias
fuerzas, sino en Dios. A los que quieran seguir este camino, Jesús les promete
ser hijos de Dios, poseer la tierra y el Reino.
La
sociedad en que vivimos llama dichosos a los ricos, a los que tienen éxito, a
los que ríen, a los que consiguen satisfacer sus deseos. Jesús, en cambio,
promete la felicidad por caminos muy distintos.
Si
lo que cuenta en este mundo es pertenecer a los poderosos, a los importantes,
las preferencias de Dios van a los humildes, los sencillos y los pobres de
corazón. Jesús mismo será testimonio de esta felicidad porque es el único que
la ha llevado a plenitud: Él es el pobre, el que crea paz, el misericordioso,
el limpio de corazón, el perseguido que ahora, está glorificado como Señor, en
la felicidad plena.
Las
bienaventuranzas no son un código de obligaciones ni un programa de moral, sino
el retrato de cómo es Dios, de cómo es Jesús, de qué es lo verdaderamente
importante, por lo que vale la pena renunciar a todo. No son promesa; son ya,
realidad gozosa para todo el que las vive.
La
propuesta de Jesús, el Reino de Dios, es la alternativa para construir un mundo
mejor desde lo pequeño, desde lo insignificante, desde lo que nunca ha contado
en la sociedad; y que se comience a disfrutar ya en esta tierra y no sólo en el
más allá.
Hoy,
en un mundo donde reina la injusticia, la violencia y la muerte, se nos pide el
compromiso profético de anunciar la misericordia de Dios, de construir la paz y
de denunciar todo lo que, de una u otra manera genere infelicidad y muerte.
Como discípulos misioneros de Jesús debemos asumir la increíble y
desconcertante novedad de las bienaventuranzas, tomando el mensaje del
evangelio como la nueva ley del Reino que invita a la verdad, la justicia, la
solidaridad y la libertad, aunque tengamos que correr el riesgo de entregar,
como Jesús, la propia vida por los demás.
PARA DISCERNIR
¿Dónde
buscamos la felicidad?
¿Aceptamos
la propuesta de Jesús?
¿Qué
lugar ocupa la renuncia en mi camino de vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Dame
un corazón pobre
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Dichosos
los pobres en el espíritu»
…
“Todos los hombres, sin excepción, desean la felicidad, la dicha. Pero
referente a ella tienen ideas muy distintas; para uno está en la voluptuosidad
de los sentidos y la suavidad de la vida; para otro, en la virtud; para otro,
en el conocimiento de la verdad. Por eso, el que enseña a todos los hombres,
comienza por enderezar a los que se extravían, dirige a los que se encuentran
en camino, y acoge a los que llaman a su puerta… Aquel que es «El Camino, la
Verdad y la Vida» (Jn 14,6) endereza, dirige, acoge y comienza por esta
palabra: «Dichosos los pobres en el espíritu».
La
falsa sabiduría de este mundo, que es auténtica locura (1C 3,19), pronuncia sin
comprender lo que afirma; declara dichosa «la raza extranjera, cuya diestra
jura en falso, cuya boca dice falsedades» porque «sus silos están repletos, sus
rebaños se multiplican y sus bueyes vienen cargados» (Sl 143, 7-13). Pero todas
sus riquezas son inseguras, su paz no es paz (Jr 6,14), su gozo, estúpido. Por
el contrario, la Sabiduría de Dios, el Hijo por naturaleza, la mano derecha del
Padre, la boca que dice la verdad, proclama que son dichosos los pobres,
destinados a ser reyes, reyes del Reino eterno. Parece decir: «Buscáis la
dicha, y no está donde la buscáis, corréis, pero fuera del camino. Aquí tenéis
el camino que conduce a la felicidad: la pobreza voluntaria por mi causa, éste
es el camino. El Reino de los cielos en mí, ésta es la dicha. Corréis mucho
pero mal, cuanto más rápidos vais, más os alejáis del término…»
No
temamos, hermanos. Somos pobres; escuchemos al Pobre recomendar a los pobres la
pobreza. Podemos creerle pues lo ha experimentado. Nació pobre, vivió pobre,
murió pobre. No quiso enriquecerse; sí, aceptó morir. Creamos, pues a la Verdad
que nos indica el camino hacia la vida. Es arduo pero corto; la dicha es
eterna. El camino es estrecho, pero conduce a la vida (Mt 7,14)
Isaac de la
Estrella (?- hacia 1171)
Sermón 1, para
la fiesta de Todos los Santos
PARA REZAR
Entre
los más pobres
Este
es tu escabel, y tus pies se posan aquí,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Cuando trato de inclinarme ante ti, mi gesto no alcanza
la profundidad en la que se posan tus pies
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
La soberbia no puede acercarse adónde tú caminas,
vestido como los humildes,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Mi corazón nunca podrá hallar el camino
hasta donde tú estás acompañando
a los que no tienen compañía,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Cuando trato de inclinarme ante ti, mi gesto no alcanza
la profundidad en la que se posan tus pies
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
La soberbia no puede acercarse adónde tú caminas,
vestido como los humildes,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Mi corazón nunca podrá hallar el camino
hasta donde tú estás acompañando
a los que no tienen compañía,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
R.
Tagore
+ María Carmen Viña Q.E.P.D.- Al cumplirse 3 años de tu partida física 08-06-2017 * 08-06-2020 rogamos se eleve una Oración Comunitaria en La Parroquia Dulcísimo Nombre de Jesús de Saavedra en los distintos oficios a realizarse en el día de la fecha. Permanecerás siempre en el recuerdo de tus hijos y nieta y queremos que sepas que hace solo cinco días llegó tu primer bisnieta a este Mundo ... desde el cielo tu alma estará protegiéndola y siendo su ángel de la guarda tal como lo has hecho siempre y lo continúas realizando con todos nosotros!
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