28
de septiembre de 2019 – TO – SÁBADO DE LA XXV
SEMANA
El Hijo del
hombre va a ser entregado
Lectura
de la profecía de Zacarías 2, 5-9. 14-15a
Yo
levanté los ojos, y tuve una visión: Había un hombre que tenía en la mano una
cuerda de medir. Entonces le pregunté: «¿A dónde vas?» El me respondió: «Voy a
medir Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y cuánto de largo.»
Mientras
el ángel que hablaba conmigo estaba allí, otro ángel le salió a su encuentro y
le dijo: «Corre, habla a ese joven y dile: Jerusalén será una ciudad abierta
por la gran cantidad de hombres y animales que habrá en ella. Yo seré para ella
-oráculo del Señor- una muralla de fuego a su alrededor, y seré su Gloria en
medio de ella.»
Grita
de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti
-oráculo del Señor- . Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas
serán un pueblo para él y habitarán en medio de ti.
Palabra
de Dios.
SALMO Jer
31, 10. 11-12b. 13 (R.: 10d)
R. El
Señor nos cuidará como un pastor a su rebaño.
¡Escuchen,
naciones, la palabra del Señor,
anúncienla
en las costas más lejanas!
Digan:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
y
lo cuidará como un pastor a su rebaño.» R.
Porque
el Señor ha rescatado a Jacob,
lo
redimió de una mano más fuerte que él.
Llegarán
gritando de alegría a la altura de Sión,
afluirán
hacia los bienes del Señor. R.
Entonces
la joven danzará alegremente,
los
jóvenes y los viejos se regocijarán;
yo
cambiaré su duelo en alegría,
los
alegraré y los consolaré de su aflicción. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 9, 43b-45
Mientras
todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
«Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en
manos de los hombres.»
Pero
ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que
no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.
Palabra
del Señor.
Para reflexionar
Ahora
el que habla es el profeta Zacarías, contemporáneo también de Ageo y de los
acontecimientos de la vuelta del destierro y la restauración de Jerusalén.
Nos
presenta un gesto simbólico: una persona que quiere tomar, con una cuerda, las
medidas de Jerusalén. Un ángel le dice que no, que no hace falta medir nada,
porque Jerusalén va a ser ciudad abierta, llena de riqueza, y que Yahvé será su
única muralla y defensa: “alégrate, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro
de ti”. Es la vuelta a los tiempos de las buenas relaciones entre Yahvé y su
pueblo.
La
salvación de Dios no sólo alcanza al pueblo judío, sino que va a ser universal.
Este
texto de Zacarías nos invita al optimismo y a la vez nos recuerda que la
Iglesia ha de ser abierta, universal. Espacio de esperanza para todos.
***
Los
discípulos «no comprendían» las palabras de Jesús, no porque éstas fueran
oscuras o ininteligibles, sino porque su proceder no iba conforme a las ideas
vigentes. No podían admitir que el camino del enviado de Dios tuviera que pasar
necesariamente por la cruz. Ellos, igual que gran parte del pueblo, esperaban
un Cristo triunfante que mediante un poder absoluto y arrollador realizara la
liberación tan esperada. Las palabras de Jesús cuestionaban hondamente a los
discípulos y había “algo” que les impedía comprender.
Ese
“algo” eran las falsas expectativas mesiánicas que tenían y no coincidían con
el obrar de Jesús. Esto lo llevó en el momento de la prueba a enfrentar su
destino en absoluta soledad.
Ese
“algo” era un mundano triunfalismo que los volvía ciegos ante la novedad
definitiva de un Dios, que se abaja hasta las profundidades más absolutas de la
vida de los hombres, para elevarlas hacia Dios. Esa ceguera les impedía ponerse
del lado del hombre, que realmente los podía salvar.
Todavía
hoy, el anuncio de la pasión de Jesús continúa provocándonos y
desconcertándonos. Que el Autor de la Vida anuncie su entrega en manos de
aquéllos por quienes ha venido a darlo todo es una clara provocación. Tal es
así que los mercaderes de muchas seudo religiones siguen proclamando que “hay
que parar de sufrir”. El cristiano no elige el sufrimiento por el sufrimiento
mismo. Opta por la vida y ésta tiene sus límites; muchas veces dolorosos. El
sufrimiento está ahí, aunque no lo llamemos. La verdad y la justicia se luchan
y se paren y no hay parto sin dolor.
Aceptar
el camino de la cruz de Jesús es dejarlo ser nuestro redentor, más aún, es
dejarnos amar por Dios, y salir de nuestras cortas categorías y de la
inmediatez y de éxito.
Cristo
asumió libremente el dolor hasta la muerte, para que sea para nosotros, camino
de encuentro con el Padre de toda vida y no castigo de Dios. Olvidamos una y
otra vez, que Cristo vino a redimirnos del pecado, y no se redime lo que no se
asume. Por eso cargó sobre sí todos nuestros sufrimientos y por sus llagas
hemos sido curados. El camino de nuestra verdadera liberación pasa por dejarnos
perdonar por un Dios que nos ama hasta el punto de morir por nosotros.
Una
de las claves de la sabiduría cristiana que nos lleva a la verdadera libertad,
es el reconocimiento de la grandeza y de la inmensidad del Amor de Dios, al
mismo tiempo que admitimos nuestra pequeñez.
Para discernir
¿Acepto
el camino del dolor?
¿Me
desilusiona un Jesús que sufre?
¿Cómo
vivo mis sufrimientos?
Repitamos a lo largo de este día
Quiero
seguirte Señor, quiero imitar tu entrega
Para la lectura espiritual
«Al
Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres»
…”Los
soldados romanos, después de flagelar a Jesús, coronarlo de espinas y
revestirlo de un manto de burla, lo condujeron a Pilato. Este militar de
corazón duro, aparentemente se sobrecogió al ver a este hombre desecho, roto.
Lo presentó a la multitud, invitándola a la compasión, declarando: «Idou ho
anthropos; Ecce homo» que nosotros traducimos habitualmente por: « ¡Ahí tenéis
al hombre!» (Jn 19,5). Pero, en griego, quiere decir más exactamente: « ¡Ved,
este es el hombre!» En boca de Pilato, estas palabras eran las de un cínico que
quiere decir: «Nos gloriamos de ser hombres, pero ahora, miradle, este gusano de
tierra, es el hombre! ¡Cuán menospreciable y pequeño es!». En estas cínicas
palabras, el evangelista Juan, ha reconocido, sin embargo, unas palabras
proféticas que ha transmitido a la cristiandad.
Sí,
Pilato tiene razón al decir: «¡Ved, este es el hombre!». En él, en Jesucristo,
podemos leer qué es el hombre, el proyecto de Dios, y cuál es el trato que le
reservamos. Viendo a Jesús destrozado podemos ver cuán cruel, pequeño y
mezquino puede llegar a ser el hombre. En él podemos leer la historia del odio del
hombre y la historia del pecado. Pero en él, en su amor que sufre por nuestra
culpa, podemos ver todavía mejor la respuesta de Dios: Sí, éste es el hombre
que Dios ha amado hasta el polvo, que Dios ha amado hasta el punto de seguirle
hasta el último sufrimiento de la muerte. Hasta en la máxima bajeza, sigue
siendo el llamado de Dios, el hermano de Jesucristo, llamado a tomar parte en
el amor eterno de Dios.
La
pregunta «¿Qué es el hombre?» encuentra su respuesta en la imitación de
Jesucristo. Poniendo nuestros pasos en los suyos, podemos aprender día tras día
qué es el hombre en la paciencia del amor y del sufrimiento junto a Jesucristo,
y así llegar a ser hombres. Así es que queremos levantar los ojos hacia aquel
que Pilato y la Iglesia nos presentan. El hombre, es Él. Pidámosle que nos
enseñe a llegar a ser verdaderamente unos hombres, a ser hombre”…
Cardenal Joseph
Ratzinger – Sermones de Cuaresma 1981, nº 3
Para rezar
Jesús
que tu salvación no sea inútil para nadie
Para
los que ya murieron, sea Resurrección.
Los que no te conocen, un verdadero rescate.
Los que conociéndote no creen, un reto.
Los que creyendo no te buscan, una llamada.
Los que te buscan y no logran salir de sus errores, un regalo.
Los arrastrados por la maldad que no han podido encontrarte,
sea esperanza de purificación.
Sacerdotes y religiosas que están cerca de Ti,
sea camino de cristificación y su fin único.
Los que aceptando la salvación no saben como asumirla desde el alma,
sea la muestra de tu amor, fuente de sabiduría y paz.
Los autosuficientes que creen que no necesitan ser salvados,
sea la única verdad.
Los que no entienden ni valoran tu sacrificio redentor,
sea reconciliación profunda.
Los que sufren y se debaten en luchas sin sentido,
sea aliciente que reconforte.
Los que deseamos tu salvación y nuestro camino ha sido de
búsquedas y caídas, sea un pozo profundo de misericordia.
Los acusados, calumniados, incomprendidos, perseguidos,
desechados, sea tu justificación prometida.
Para culpables e inocentes,
sea la liberación que nos acerca a TI.
PARA TODOS,
SIGAS SIENDO PROMESA ETERNA DE PERDÓN Y VIDA
Los que no te conocen, un verdadero rescate.
Los que conociéndote no creen, un reto.
Los que creyendo no te buscan, una llamada.
Los que te buscan y no logran salir de sus errores, un regalo.
Los arrastrados por la maldad que no han podido encontrarte,
sea esperanza de purificación.
Sacerdotes y religiosas que están cerca de Ti,
sea camino de cristificación y su fin único.
Los que aceptando la salvación no saben como asumirla desde el alma,
sea la muestra de tu amor, fuente de sabiduría y paz.
Los autosuficientes que creen que no necesitan ser salvados,
sea la única verdad.
Los que no entienden ni valoran tu sacrificio redentor,
sea reconciliación profunda.
Los que sufren y se debaten en luchas sin sentido,
sea aliciente que reconforte.
Los que deseamos tu salvación y nuestro camino ha sido de
búsquedas y caídas, sea un pozo profundo de misericordia.
Los acusados, calumniados, incomprendidos, perseguidos,
desechados, sea tu justificación prometida.
Para culpables e inocentes,
sea la liberación que nos acerca a TI.
PARA TODOS,
SIGAS SIENDO PROMESA ETERNA DE PERDÓN Y VIDA
María
Eugenia Ochoa Medina – MVP – Colombia
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.